𝟏𝟕. 𝑻𝒐𝒐 𝒎𝒂𝒏𝒚 𝒕𝒆𝒂𝒓𝒔.

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𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟕; 𝑫𝒆𝒎𝒂𝒔𝒊𝒂𝒅𝒂𝒔 𝒍𝒂𝒈𝒓𝒊𝒎𝒂𝒔.

CON LOS SOLLOZOS ESCAPANDO DE SU GARGANTA Y LOS OJOS IRRITADOS, GOLDY volvió andando a su casa sin dar explicaciones a ninguno de sus amigos

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CON LOS SOLLOZOS ESCAPANDO DE SU GARGANTA Y LOS OJOS IRRITADOS, GOLDY volvió andando a su casa sin dar explicaciones a ninguno de sus amigos. John B le bombardeó con mensajes pidiendo contexto, pero ella no tenía el valor suficiente para contar lo que había ocurrido entre ellos y las cosas que se habían gritado sin remordimientos. Se sentía estúpida. No había una palabra que describiera mejor sus sentimientos que impotencia. El estaba enamorado de ella, se lo confesó, y aún así Goldy no fue capaz de darle la respuesta que se merecía. No importaba si era un rechazo o no, ella debería haber sido capaz de entablar una conversación justa con el chico, admitiendo las recientes dudas que estaba teniendo.

Lo quería mucho. Eso estaba claro. Puede que no de la misma manera que el, pero sentía cosas. Sentía mucho por el. Goldy siempre había considerado al chico como su alma gemela, no necesariamente de forma romántica. Era uno de los pilares que mantenía su vida en un balance. Recurría a el antes que a cualquier otra persona-incluido su padre-cuando tenía un problema o algo la mantenía despierta por las noches. JJ contestaba el teléfono aunque fueran las cinco de la mañana. Ellos se complementaban de una forma inefable.

Llegó a su casa con las lágrimas aún cayendo de sus ojos, ignorando las llamadas perdidas de Kiara. No quería hablar con ninguno.

—Cariño, ¿Te encuentras bien?—preguntó la voz de su padre en la cocina. El hombre dejó la copa de whisky a un lado, levantándose de la silla para acunar el rostro de la chica—. ¿Por qué estás llorando?, ¿Qué ocurre?

Sus palabras lograron romperla más. Sollozó con fuerza y el la rodeó en sus brazos de inmediato.

—Goldy, me estás asustando. ¿Qué pasa?

Ni siquiera ella entendía porqué lloraba tanto. Quizás porque nunca antes había visto tanto dolor en la mirada del rubio, y ella era la causante de ese dolor. Quería vomitar.

Lloró durante unos minutos más, su padre no se atrevió a soltarla en ningún momento. Susurraba palabras de ánimo mientras acariciaba sus mechones de pelo, esperando a que ella se sintiera capaz de hablar.

—Papá, ¿Alguna vez le has hecho daño a una persona que quieres?—preguntó bajito, limpiando sus mejillas. Los dos se habían sentado en el sofá de la sala de estar, el con un brazo alrededor de su hombros.

—Le he hecho daño a muchas personas que quiero, Goldy.

—¿Se lo hiciste a mamá?

El tema de la madre de Goldy era extremadamente delicado. A Gerard no le gustaba hablar de ello. Helena fue el primer amor de su vida, con el que tuvo un romance adolescente que acabó convirtiéndose en un matrimonio feliz con una preciosa hija. Fueron felices. Se querían ardientemente, eran la persona favorita del otro. Pero Helena enfermó cuando Goldy recién cumplía siete años y la perdieron en un trágico día de invierno. El hombre rehizo su vida tiempo después, pero el sentimiento de amor que tuvo con esa mujer nunca desapareció, tampoco lo sintió con Jackie.

ACHILLES HEEL➵ Outer BanksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora