Los dos tenían una tijera en mano, cortaron mechón por mechón de su cabello, mientras que Urokodaki preparaba algo en la cocina, les observo de reojo en un momento, no se mentiría... Tenía miedo y mucho de lo que podía llegar a pasar en la selección final.
— Oigan ustedes... Es hora de comer... — dijo mientras llevaba las cosas.
Los jóvenes limpiaron sus cabellos y luego de lavarse bien las manos fueron a comer, Nezuko recortó su cabello hasta los hombros, lo amarró en una media cola hacía el costado, mientras que Tanjiro se lo dejó hasta por lo menos poder amarrarlo en una pequeña coleta baja. El hombre les vio con orgullo y tristeza, le rezaba a todos los dioses que la selección final fuera distinta para sus dos recientes discípulos.
— Aquí tienen... — habló mientras les pasaba un poco del estofado que les había preparado.
— Muchas gracias... Itadakimasu...
Los menores comenzaron a comer lentamente, degustando poco la caliente y sabrosa comida del anciano, este comía lentamente intentando no mirarlos ni mostrar su preocupación, porque Tanjiro le descubriría seguramente.
— ¿Quieren más? — preguntó una vez que terminaron.
— ¡Sí, por favor!
Disfrutaron en calma la cena, riendo de algunas cosas que pasaron o comentando cosas de su día a día.
Algún día llevarían a su familia y comerían con Urokodaki-san y con Tomioka-san como si fueran una familia...
...
Era hora de partir, las cartas de su familia deseándoles buena suerte en la prueba final les hizo sentir aún más confianza en sus habilidades, el hombre que los cuido esos dos años les dio unos haoris iguales a los suyos para que fueran con algo distinto.
— Antes que se vayan... — el viejo abrió una puerta y de allí sacó dos máscaras Kitsune — Estas máscaras se las talle y pinté a mano, les hice un hechizo de protección... Les deseo mucha suerte.
Tanto Nezuko como Tanjiro abrazaron la figura de su maestro, este no hizo más que acariciarles la cabeza, colocando las máscaras a un lado de sus cabezas comenzaron a caminar, mas recordaron algo importante.
— Dígale a Tomioka-san que volveremos pronto...
— Y a Sabito y Makomo que nos vemos pronto...
El hombre se quedó completamente congelado... ¿Cómo? ¿Cómo lo sabían? ¿Cómo sabían el nombre de los muertos? En su mente agradeció que Giyuu no escuchara eso con tanta falta de delicadeza por la ignorancia... Ni quería imaginar que es lo que hubiera pasado en ese caso.
...
Les tomó un tiempo en llegar, era un lugar lejos del pueblo, pese a estar de noche, parecía ser iluminado como si las mismas Glicinas, que rodeaban todo el lugar, tuvieran luz propia. Había miles de jóvenes en aquella prueba, el que más destacaba era un chico de cabello rubio y kimono amarillo con triángulos, otra persona que destacaba era una linda niña con un broche de mariposa y ropajes rosas y por último otro chico con rostro enojado y un peculiar corte de cabello, el resto se destacaba por sus ropas oscuras, asimilaron que era para mantenerse ocultos en la oscuridad.
— Que lindo — le dijo Nezuko a su hermano — Este lugar es precioso... Mira las flores...
— Para la próxima vez vengamos con Tomioka-san.
— Mejor invitémoslo al hanami.
— ¡Sí! Esa sería una excelente idea, Nezuko.
Pronto su conversación fue interrumpida por la llegada de dos figuras, una de ellas tenía el cabello blanco como la nieve, la otra tenía el cabello negro cual carbón, a algunos les dio miedo la mirada que tenían "ambas niñas". Les dieron una pequeña bienvenida y les explicaron lo que tenían que hacer durante toda una semana, se fueron con una reverencia, además de desearles suerte.
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Una historia diferente
FanfictionLa familia Kamado nunca creyó en la existencia de los demonios, pero eso cambiaría cuando una trágica noche el rey de los demonios entra a su casa e intenta matar a la familia... Sí, intenta. Un hombre de largas hebras azabaches entra en escena y sa...