Dos

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Corrió tan rápido como sus piernas le permitieron, su mente se vio afectada con solo el oler a sangre, se imaginó lo peor, su familia siendo atacada por un ladrón o algún animal salvaje, su cuerpo quemaba y su respiración se volvía cada vez más rápida, quería parar más no se dejó caer y siguió su camino hasta su hogar.

Al llegar vio la puerta de entrada en la nieve, el marco de esta estaba completamente destruido y había un montón de sangre que tiño el blanco paisaje, alterado se adentro a la casa, deseando no encontrarse con su familia muerta.

— ¡Okaa-chan! — gritó con todas sus fuerzas — ¡Nezuko! ¡Takeo! ¡Alguien!

— ¡Tanjiro!

El aire que contenía fue expulsado cuando vio a su madre, pero volvió a contenerlo cuando vio la sangre en sus manos, ¿qué demonios había pasado mientras estaba afuera? ¿Por qué no llegó la noche anterior? ¿Por qué no estuvo aquí con su familia?

— ¡Okaa-chan! — el niño que estaba completamente asustado corrió y abrazó a su madre.

Kie se sintió aliviada, temía que ese demonio lo hubiera atacado cuando regresaba y lo había asesinado, pero aquí estaba... Sano y a salvo. Le obligo a sentarse, después de todo se veía muy cansado y agitado, también le daría una explicación de lo que había pasado en su hogar.

— Tanjiro — dijo sirviéndole un poco de té — Anoche tu hermana estaba despierta esperándote, escuchó la puerta de entrada abrirse y pensó que habías vuelto, pero no fue así... — el niño se ponía cada vez más nervioso y culpable con lo que relataba su madre — Nunca lo habíamos visto, pero intentó asesinarlos, ¿recuerdas esas historias de tu abuela sobre los demonios? — el menor asintió — Quién nos atacó era uno... Si no fuera por esa persona estaríamos todos muertos, me sorprende que siga vivo.

— ¿Esa persona?

— Un joven, un niño, a penas tiene diecinueve años — explicó — entró y nos salvó , dio una gran pelea, nosotros nos alejamos poco a poco, pero podíamos escuchar los gritos y el sonido de su espada... Cuando estuvimos afuera corrimos lo más lejos y no regresamos hasta que Takeo sintió el olor a sangre.

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— ¡Vayanse de aquí! — gritó el joven — No vuelvan... — le susurró a la niña antes de lanzarse sobre el demonio.

Con un movimiento de su espada llevó el cuerpo del demonio hacía la otra parte del salón, poniéndose al frente de la familia, Tomioka escuchó los pasos lentos de los niños y la mujer, ¿por qué diablos no se daban prisa? ¡Ese demonio los iba a matar a todos! Realmente él no entendía por qué las personas eran tan necias.

— Tu eres el nuevo pilar del agua... Sí... Fuiste ascendido hace unos años atrás si no me equivocó — dijo con esa voz burlona — Será un placer para mi matarte y enseñarle a Ubuyashiki Kagaya una lección y darle un poco de dolor al enterarse de que mate a otro de sus amados hijos...

Giyuu no retrocedió, sabía perfectamente quién era y no dejaría que se acercará a esa familia... Aún si le costaba su vida... Él lucharía hasta el amanecer...

Respiración de agua... Tercera postura: Danza de las corrientes...

Se deslizo por el área con gracia y rapidez, dando fluidos giros que llegaban con éxito a su enemigo, mas nunca llegó a ser un gran problema para el rey de los demonios, este solo esquivaba o simplemente los recibía y se regeneraba como si no fuera nada.

El joven de largo cabello sintió como la familia había salido de la casa y se alejaban rápidamente de allí, se alegró por ello, pero debía de distraer lo suficiente a su oponente para que no los siguiera. 

Una historia diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora