El polvo de la madera destrozada voló por todas partes, cubriéndolos de la vista de aquellos que se atrevieron a atacarlos, los chicos Kamado fueron protegidos bajo un fuerte abrazo por parte de Tomioka, algunos pedazos de madera cayeron sobre él y las heridas que le habían provocado se curaban lentamente, Yushiro y Tamayo se encontraban ocultos tras uno de los muebles que quedaron intactos, parecía que solo les había llegado un poco de polvo, además de tener una evidente confusión marcada en el rostro por lo sucedido.
— Maldita sea, es una seguidora de Muzan... — lograron escuchar al demonio de cabello verde — Demonios, ¡Tamayo-sama!
Uno de los balones casi golpeo a la demonio, su acompañante la cubrió, pero la pelota cambió abruptamente su dirección, realizó un rápido movimiento en zig zag y terminó reventándole al cabeza a Yushiro frente la atenta mirada de los cuatro presentes, la sangre pintó parte de las murallas que seguían de pie y el suave tatami, una risa diabólica se escuchó desde el otro lado.
— Tsk... ¿Lo puedes sentir Tanjiro? — preguntó el azabache — Esos demonios no huelen como los otros, son más fuertes... Debemos de mantener a la mujer que salvaste en un lugar donde ellos no puedan matarla fácilmente.
— Hay... Hay un sótano, podemos dejarla ahí por mientras — el de ojos azules asintió y volvió a mirar a los hermanos.
— Ustedes dos resistan a sus ataques, iré a dejarles a salvo y volveré a ayudarles, ¿entendido? — los dos más pequeños asintieron y tomaron sus espadas.
El demonio desapareció y los dos jóvenes se pusieron en alerta, las pelotas volaban por todas partes, destruyendo el consultorio en el que vivían la señorita Tamayo y Yushiro, ambos pares de ojos rojizos seguían atentamente los movimientos incesantes de los temari, gracias al olor característico, Tajiro pudo seguir el rastro y centímetros antes de que el ataque impactara sobre ellos logró clavar su espada en el balón. Sin embargo, fue inútil, ya que el temari comenzó lentamente a vibrar, intentando liberarse del agarre de la katana.
Nezuko siguió atenta a lo que podría seguir, los balones eran muy rápidos e impredecibles, podían cambiar en un parpadeo su dirección. Atrás de ellos podían escuchar la suave voz de la demonio médico que llamaba a su asistente, los hermanos miraron de reojo la horrorosa escena en la que pequeñas fibras de piel y músculos comenzaban a levantarse como si tuvieran vida propia, pronto la mandíbula de abajo del demonio peliverde estaba completamente formada, incluyendo sus dientes y lengua.
— ¡Tamayo-sama, le dije que no nos juntáramos con esos cazadores de demonios! — decía frenéticamente la media cabeza parlante — ¡Mi técnica de ocultación no está perfeccionada y lo sabe! ¡Una cosa es ocultarlos y otra es hacerlos desaparecer! — el tono de voz del demonio era estrangulado, sonaba casi desesperado, los hermanos estaban seguros que si tuviera cabeza se estaría arrancando el cabello de la desesperación.
Los hermanos se movieron ágilmente por el lugar destrozado, cortando cada balón que se atravesaba en su camino, los veían deshacerse en un montón de sangre flotante, inmediatamente otra pelota se acercaba peligrosamente a la pareja de demonios que intentaban proteger.
— Ustedes dos, no se preocupen por nosotros, podemos sanarnos.
— ¡Encárguense de las flechas, síganlas y vencerán! — un pequeño tic de confusión marcó el rostro de los hermanos — Entiendo... Ninguno de los dos las ven... — de su haori sacó dos pequeños trozos de papel — Si es así, les prestaré mi visión — sus ojos brillaron por un breve momento y los dos papeles volaron hasta sus frente, un dibujo ocupó toda la extensión y la magia comenzó.
En un momento, los movimientos de los balones eran impredecibles se volvieron claros como el agua, enormes flechas trazaban el camino de las temari por el aire desvaneciéndose como acuarelas. Gracias a su nueva visión esquivaron todos los ataques sin preocupación alguna, cortando de vez en cuando una de las pelotas.
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Una historia diferente
FanficLa familia Kamado nunca creyó en la existencia de los demonios, pero eso cambiaría cuando una trágica noche el rey de los demonios entra a su casa e intenta matar a la familia... Sí, intenta. Un hombre de largas hebras azabaches entra en escena y sa...