Algo complicado [Regulus Black]

IV

Tras un suspiro y unas cuantas quejas más sobre el haberlos interrumpido ambos caminaron tranquilamente por los pasillos. Bueno al menos así fue hasta que de nuevo alguien llamó la atención del menor de los Black.

- ¡Regulus! —el menor camino a dirección de la voz encontrándose al pelinegro de gafas.
- Dime James —ambos se miraban, se tenían rencores, uno por tener con su hermano lo que él nunca más volvería a tener y el otro por todo lo que hizo pasar su familia y encima culparlo de haberse ido.
- ¿Que intenciones tienes con mi hermana? —se cruzó de brazos ampollándose en la pared que había detrás de él.
- No tengo malas intenciones con ella, si es lo que piensas. —el de gafas frunció el ceño, no creía para nada al contrario, como hermano protector que es— no me creas, nunca lo harás diga lo que diga —se giró para irse, pero la mano de James en su muñeca le detuvo.
- Si mi hermana quiere estar contigo y eso la hace feliz me da igual quien seas, no me importa que seas hermano de Sirius o que seas un Slytherin y probablemente estés con el señor tenebroso, no me hace ilusión que tú seas esa persona, pero si ella te quiere así lo aceptaré. A si que si necesitas ayuda en algo te ayudaré — ambos se miraron. Entendían que ahora ambos se respetaban.
- Está bien, digo lo mismo. —ahora volvió a caminar pero el mayor de los Potter por unos minutos habló de nuevo.
- Esto no nos convierte en amigos Regulus.
- Lo se.

Aquellos tres volvieron a caminar hacia sus respectivas casas, una pareja de mejores amigos hacia las mazmorras y un hermano sobre protector hacia aquellas escaleras molestas.

- ¿Donde estabas? —preguntó asustando un poco a aquel hermano.
- Por Merlín Lunático, casi me muero del susto —dijo mientras se acercaba a la chimenea donde él estaba sentado con una manta.
- ¿Donde estabas?—pregunto de nuevo.
- Estaba hablando con Regulus —recibió una mala mirada del contrario— no le dije nada malo, hasta le ofrecí mi ayuda.
- ¿Quien eres y que hiciste con el hermano celoso y protector que todos conocemos?
- Supongo que algún momento tendré que aceptar que en algún momento tendrá que alejarse de mi, bueno, de nosotros... aunque realmente no quiero que se vaya de nuestro lado.
- ¡Lunático! —una chica peli negra llego corriendo sentándose al lado de él— James, no te había visto —tío levemente y le dio un beso en la mejilla a su hermano— te traje un chocolate caliente a ver si así puedes dormir un poco, se que la víspera a luna llena es complicada.
- Gracias princesa —el licántropo dejó un beso en la frente de la chica, ella era la única que sabía su otro secreto al igual que él era el único que sabía el secreto de ella.

FlashBack
Era tal vez el segundo o tercer año que cursaban, había pasado dos años juntos y durante ese tiempo a la chica no se le habían pasado desapercibidos los ojitos que le hacía el pequeño lobo a aquel pelinegro.

Un día después de haber visto el partido de Quidditch y haber ganado los dos estaban esperando a James y a Sirius. Así que la chica decidida a preguntarle hablo.

- Remus —el más alto la miró— se tú secreto—este se tensó aun no les había dicho que era un licántropo— pero estate tranquilo no se lo diré a nadie. De todas formas tengo curiosidad. ¿Como supiste que te gustaban los chicos y no las chicas?

El más alto sintió un peso quitarse de encima ahora tenia a alguien con quien podía hablar de eso y aun no sabía que era un hombre lobo. Así que digamos que para él fue un gran alivio que la chica no supiera su secreto del todo.

- Realmente, siempre tienes esas señales, siempre me gustaron los chicos y por desgracia chulos —ambos se rieron, sabían a quien se refería— pero bueno, es algo como que tienes prioridades, no se como explicarlo.
- Entonces... —la chica miro hacia arriba ya que no tenían la misma altura— yo creo que no tengo prioridades, ¿eso es malo? —la chica bajo su mirada, para que segundos después ser levantada por aquel chico.
- No, no es malo, que más da no tener preferencias, que más da que te guste una chica y un chico, no importa y no es malo. Así que no te desanimes, yo estaré aquí estás con un chico o con una chica.
- Yo también estaré contigo salgas con el chico que salgas —ambos se sonrieron para luego abrazarse, escuchando un grito de un hermano celoso viniendo corriendo.
- SUELTALA! —ambos abrazados rieron y el más alto subió las manos como si le estuvieran apuntado con una pistola.

A partir de ese momento, estos dos se hicieron inseparables, sólo ellos sabían ese pequeño secreto y hasta dentro de unos cuantos años nadie sabría que ninguno de los dos no eran heterosexuales.
Fin del Flashback

- No me las des tonto, no me importa. —se sonrieron y James los miraba cruzados de brazos.
- Enserio, se que llevo preguntándolo años, pero... ¿de verdad que no estáis saliendo?
- A mi no me importaría pero creo que él tiene más problemas ¿verdad Lunático? —le da un codazo haciendo que el otro la empuje de nuevo.
- Imbécil —abre su libro y sin haber contestado se pone a leer haciendo que la pequeña Potter se riera.

La chica apoyó la cabeza en su hermano, el cual le acariciaba el pelo y el Lobo al darse cuenta de eso se quitó la manta y se la puso a ella por encima, la chica soltó una sonrisa y se acomodó aún más en el pecho de su hermano para poco después quedarse dormida allí. Mientras uno tomaba su chocolate caliente el otro miraba a su hermana para que no cogiera frío, ni nada parecido, por suerte en el suelo había una alfombra roja con detalles dorados donde se echaban si no pasarían bastante más frío.

- James —dijo el que estaba leyendo— si quieres irte a dormir puedes yo me quedaré con ella hasta que se despierte, de todas formas no puedo dormir.
- No, tranquilo, me quedo con vosotros, no me importa estar aquí.

Los tres al final se quedaron ahí echados dos durmiendo abrazados y el otro simplemente leyendo con la poca luz que le otorgaba la chimenea. Estaba de mal humor se le notaba en la cara y en como pasaba las páginas del libro. Pero por muy de mal humor que esté no iba a hablar mal a sus amigos, aunque alguna vez para él era inevitable.

La mañana fue apareciendo y las voces de los alumnos bajando a desayunar también, por lo que aquellos dos que estaban durmiendo se fueron despertando, aunque lo que más les asustó fue un grito claramente de una celosa Lily Evans.

- James?! Que se supone que haces?!
- Eh? Ah? ¿Quien eres? —se pone las gafas que se le habían caído por la noche y ve a la pelirroja cruzada de brazos y con una mala cara, mirando a la chica que aún estaba en el pecho del mayor de los Potter— Evans, nos hemos quedado aquí dormidos no importa.
- Si importa. ¿Quien es ella? —señala a la chica que estaba en su pecho— sabes... mejor ni me lo digas. —suspira algo candada y se va al comedor para desayunar...
- Corre vete a explicarle, yo me quedo —el lobo puso la cabeza de la chica en sus piernas ya que aún seguía alto adormilada mientras el contrario corría a por Evans para explicarle lo sucedido.