X

343 30 0
                                    

Era extraño para ambos hacia una semana que no se veían y ya les había parecido una eternidad, por suerte poco antes del dia de navidad una pequeña sorpresa se llevó la chica cuando vio a su novio con un regalo y una sonrisa en la puerta. Iba a ir corriendo a por él pero unos seis brazos más o menos la pararon y la apartaron haciendo que el chico mirara algo preocupado. Tres cabezas aparecieron detrás de la chica no eran menos que su padre y se podría decir que sus dos hermanos, aunque uno fuera...¿adoptado?

- ¿Quien eres? —dijo el padre de la chica, con sus ojos azules y su pelo negro al igual que los mellizos.
- Regulus, Regulus Black, señor.—dijo algo nervioso pues la mirada que aquel hombre le estaba dando no era para nada tierna.
- Asi que Black eh... ¿Que intenciones tienes con mi hija? — le señaló frunciendo el ceño.

El menor de los presentes iba a contestar pero la chica logró soltarse e ir corriendo a por su novio a besarle la mejilla una y otra vez mientras él le sostenía de la cintura para que no se cayera con la mayor sonrisa que podría dar.

- Te dejaron venir —dijo la chica con su mejor sonrisa mientras tenía su mano cogida entrelazando los dedos, mientras que los tres chicos eran echados de la puerta por la madre amenazándoles.
- No se lo digas a nadie, realmente me escape para verte. —miramos a la puerta y vimos como cuatro cabezas se escondieron, reímos— por cierto, en Navidad no podré venir así que ya te traje tu regalo.
- No tenías que comprarme nada, pero ven yo también tengo algo para ti. —ambos entraron corriendo mientras la chica gritaba avisando de que estarían arriba.

La chica con una sonrisa se sentó en la cama y él se sentó al lado de ella, la puerta estaba cerrada, por lo que los tres hombres de aquella casa pegaron su oreja para escuchar.

- Ten —el chico fue el primero en entregarle su regalo, eran dos cosas, un regalo algo grande lo cual suponía que era ropa y una cajita más pequeña, empezó por esa encontrándose con dos collares idénticos, en un pepel traía. "Compártelo con la persona que más quieras" la chica sin duda alguna cogió el collar y se lo colocó a él en su cuello, el chico sonrió, mientras que la chica sonreía y se cogía el pelo se giró dándole la espalda.
- ¿Me lo pones?
- Te lo pongo —el chico con cuidado saco el collar que quedaba de la caja y se lo colocó en el cuello de ella con cuidado— perfecto —dijo para luego dejarle un beso en la nuca.
- Idiota para que esta mi familia en casa —ambos rieron pero las risas se acabaron al ver como el padre abría la puerta y James y Sirius caían al suelo.

-¿Papa? —la chica miro a su padre cruzada de brazos mientras que él daba un paso para atrás.
- Perdona princesa, Justo pasábamos por aquí y escuchamos eso y pues...
- Pensaste que iba a hacer algo "indebido" ¿cierto? —la chica casi junta sus cejar de lo fruncidas que estaban mientras que Regulus intentaba aguantar la risa.
- No, No solo...ADIÓS! —cerró la puerta tan rapido como pudo, para luego volver a abrirla— la puerta abierta mejor ¿vale? —el hombre mayor sonrió forzado ahora si dejándolos solos.
- Familia de locos —da un leve suspiro y sonríe para luego mirar de nuevo a Regulus, el cual sonreía algo triste. — ¿ocurre algo? —la chica cogió las manos de él y las acarició haciendo que él subiera la mirada y se encontrara con la sonrisa de su novia.
- oh no nada tranquila, es solo que me encantaría tener algún momento así con mi familia —sonríe levemente aun un poco desanimado y la chica le da un beso dulce en los labios.
- Cuando tengamos la nuestra todo estará bien —el chico asintió al igual que ella para acabar en un beso jugando con la lengua del contrario el cual fue interrumpido por el padre de la chica, con una tos algo forzada.
- ¿que quieres ahora papá? —la chica dijo con un tono ya cansino, mientras que Regulus miraba hacia el lado contrario de donde estaba el padre de T/n, le daba mucho apuro, verlo ahora mismo.
- Lo siento princesa ya dejo de molestar pero tú madre me dijo que os trajera algo de beber —dijo sacando una bandeja flotante por detrás de él.
- Ag si muchas gracias papá. —la chica se levantó con una sonrisa y le fue a dar un beso en la mejilla a su padre haciendo que recibiera una caricia en la cabeza.
- Ahora si os dejo chicos.

Ahora si cerró la puerta con una pequeña sonrisa, era extraño pero bueno supongo que porfin entendió que no iban a hacer nada malo después de una pequeña charla con la madre.

La tarde continuó para todos, ambos se habían dado sus regalos y habían pasado un rato a solas al menos hasta que empezó a nevar. Como buena Potter, en cuanto se enteró que nevaba, salió de la habitación con la mano cogida de Regulus. Bajaban las escaleras corriendo y pudo ver como los otros cuatro estaban poniéndose unos gorros y guantes para salir, la chica hizo un mal gesto y salió corriendo afuera aún agarrada de la mano de su novio.

- ¿Que haces? —rie levemente ya que había sido arrastrado por toda la casa mientras aún tenían las manos entrelazadas.
- Tradición Potter —la chica rie levemente y ríe más cuando recibe una bola de nieve.
- La mejor tradición querrás decir! —dijo el culpable, Fleamont, su padre, el cual recibió una bola de nieve de la madre , Euphemia.
- Ten cuidado que la niña no va abrigada!

Y así fue como lo que quedaba de tarde se la pasaron jugando en el jardín de la parte de atrás todo nevado, mientras escuchaban la radio muggle, reían y se lo pasaban en grande. Después de eso, Euphemia, los hizo pasar para darles un buen chocolate caliente el cual tomaron al lado de la hoguera los cuatros sentados ya que los padres habían salido a algún lugar el cual no querían preguntar.
La chica apoyó la cabeza en el hombro de su novio el cual depositó un pequeño beso en esta. La conversación entre los cuatros era lo más normal del mundo pero había dos que no apartaban la mirada del fuego.

Los Black, ambos sabían lo que iba a suceder y ninguno quería que sucediera.

Algo complicado [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora