XIV

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El tiempo pasaron aquellos momentos todos juntos habían sido realmente grandiosos, al menos el tiempo que les quedaron juntos pues de un momento a otro todo se congeló en el mundo de la familia Black-Potter.

La chica escuchó una noticia en la radio.

Había habido un ataque de Voldemort o como ellos habían dicho "el que no debe ser nombrado". La chica realmente entró en pánico, no era 31 pero debía de ir a comprobar que todo estaba en orden. Dejo a ambos con padre, y simplemente corrió hacia la casa de su hermano que se encontró manzanas más adelante. En cuanto llego un balde de agua fría había caído sobre ella, la puerta abierta y la mayoría de las cosas patas arriba.

- ¡¿Jaime?! ¡¿Lily?! —gritó como pudo pues ya sintió como sus mejillas estaban empezando a mojarse. Al menos hasta que vio una cabellera negra entrar por la puerta con los ojos mirando todo, la chica corrió rápidamente a abrazar a su hermano el cual soltó la cena que había ido a comprar para él y Lily.
- ¿Q-que sucedió? —dijo James mirando la sala de la casa.
- ¿No escuchaste la radio? —el negó y la chica se llevó la mano a la boca, no tenía ni idea de que posiblemente su esposa estuviera muerta en el suelo ahora mismo— Voldemort.

Nada más decir esas palabras al pelinegro se le había caído el mundo encima, sintió como su corazón latía cada vez más rápido, pero no sabía si era por el miedo de ver a su esposa y su hijo muertos o si era por la impotencia de no poder haberlos salvado por culpa de ir a comprar un estúpido antojo de Lily.

- ¿Dónde está Lily? ¿Y Harry? —dijo su hermano mirándola, la chica negó simplemente encogiéndose de hombros y él subió corriendo a la habitación de Harry encontrándose a su esposa muerta en el suelo, Harry con una herida en su frente.

Mientras la chica subía las escaleras lo único que pudo escuchar fue un grito de James, el cual hizo que se le estrujara el corazón y fuera hacia él encontrándolo arrodillado en el suelo con su mano en el corazón llorando, como si le acabaras de decir a un niño pequeño que tienen que irse del parque.

- James... —su hermano seguía en la misma posición llorando, agarrándose el corazón para intentar aliviar aquel dolor tan insoportable.
- ¡No era hoy! ¡No es 31! —dijo mezclando sus gritos con lloros, la chica se agachó a su lado y lo abrazó, su hermano aún no quitaba la mirada del cadáver de su esposa, pero al menos había apoyado la cabeza en el hombro de su hermana mientras este ya había comenzado a llorar en silencio, simplemente en blanco.
- Jaimie —dijo la chica que dio un beso en la frente, acto que hizo que el chico saliera de su trance y mirara a su hermana— se que no quieres, pero tenemos que irnos de aquí, a fuera está la policía muggle, tendremos que diciendo algo a ellos y algo a la mágica.
- ¿Qué? No, No puedo dejarla... —el pelinegro había decidido ir hacia ella pero la chica se había puesto en medio.
- James —le cogió los hombros para que parara.
- Solo...un último abrazo por favor... —la chica asintió y dejó que su hermano la abrazara a su esposa, mientras cogía al pequeño Potter o como todos lo llamaban "mini Cornamenta" aunque mientras se dirigían a casa de la chica después de que le hubieran preguntado mil cosas acerca de que sabia sobre la muerte de ella, le había arrebatado al niño de sus brazos. supongo que era normal, era lo único que le quedaba de ella. Lo único que podía hacer era aferrarse a Harry. 

Momentos después llegaron a la casa donde los dos merodeadores restantes estaban al igual que Regulus pues ambos habían decido irse a vivir juntos a la casa de los padres de la chica una vez ambos murieron, que por desgracia, había pasado hace un año. Desde ese momento ambos vivían juntos. Nada más entrar en aquella casa el chico menor de los pelinegros le dio un beso en los labios a la chica.

- ¿Cómo es que no vino Lily? —el hermano de la chica aguanto sus lágrimas, al ver esa reacción y antes haber escuchado la radio donde decía que Voldemort había atacado, unió ambas cosas— ¡Por Merlín! Tu y Harry ¿estáis bien?

-¿Qué pasa por que os quedáis en la puerta con el frio que hace entrar de una vez pesados. —dijo un tal Sirius Black, que parecía que aquel sofá, donde dormía, algunas veces era más su casa que la de el. pues al parecer, la casa de los Black, le traía muy malos recuerdos y se sentía muy solo asique tenia que venir a jugar con sus sobrinos.


Todos empezaron a ver a James, Remus, Sirius, Regulus, incluso ambos pequeños que querían jugar con Harry. La chica suponía que debían estar solos los cuatro, suponía que entre hombres se arreglarían mejor o incluso podían consolarlo, solo rezaba por que no se pusieran alcohólicos perdidos los cuatro, aunque viendo como había bebido Sirius antes de que dieran aquella horrible noticia y viendo la situación actual, probablemente, todos queden más mal que bien esta noche.




Años después:

Era navidad y era también el primer año de Hogwarts de los mellizos, así que claramente nada más que la familia "Black-Potter" apareció por la puerta de casa, después de unos cuantos "no sabéis cuanto os eche de menos" y algún que otro "en dos años iremos juntos a ese sitio" les calló una gran interrogatorio, sobre todo por parte del padre a Sandy pues para que negar el con 11 años ya sabia con quien quería casarse así que rezaba por la chica aún no tuviera esas ideas en su cabeza, bueno, el y sus dos tíos. 


- Sandy, cielo, ¿por que no les hablas de Cedric? —la pequeña de once años le puso a la madre la mano en la boca y esta se rio.

- ¡Mamá! —protestó la niña— ¡me prometiste que no les dirías nada!

- ¿Ah si? Lo siento cielo, no lo recordaba —dice mirando hacia los tres hombres con una sonrisa de triunfadora mientras ellos comenzaban a hacerle mil preguntas sobre el hijo de uno de sus viejos amigos, el cual, estaba más que claro que iban a invitar a cenar como siempre hacian los Potter.


Después de unos cuantos días de juergas y revoloteos, hoy habían vuelto a Hogwarts y Harry ya estaba dormido, así que decidieron darse el lujo de beber un poco para celebrar esa tranquilidad que hacia unas semanas que no sentían. 


- Es verdad, ¿Cuándo tenéis pensado casaros? Lleváis viviendo juntos desde hace 12 años y ni si quiera lo habéis pensado— la pareja río levemente.

- James, llevamos 10 años casados. Lo que pasa que nos casamos en lo tranquilo no hicimos una gran boda como tu y Lily. —dijo la chica haciendo que Regulus se acomodara temiendo lo que venia.

-¡No me pediste la mano de mi hermana! ¡Como te atreves! —dijo James señalándolo, aunque con un tono  claramente de broma, pues sabia que su palabra no tenia voz ni voto en aquella relación y por mucho que el se hubiera negado a que ambos se casasen iban a hacerlo igual. 

- Yo no veo ningún anillo en vuestros dedos —ambos sacaron el anillo en colgante con una sonrisa.

- Soy auror,¿ realmente crees que iba a llevar mi anillo para que sepan que estoy casada y empiezan a investigar? —la chica le miró ofendida— ¡No me mires así!

- Yo lo empecé haciendo y cuando tuvimos aquel incidente decidiste quitártelo tu, mentiroso fue idea mía.

- Términos sin importancia — hizo un gesto como restándole importancia, causando la risa en los otros dos mientras que le chica abrió la boca ofendida.— te amo — el chico le dio un beso en su mejilla recibiendo una mala mirada de la chica para, segundos después, darle un beso en los labios que tanto tiempo le había costado probar.


FIN

Algo complicado [Regulus Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora