Pansmione [One-Shots].

Algo Extraño.

Siempre a tu lado

Hermione Granger, una chica de padres dentistas, siempre fue una persona muy particular, difícil de tratar según aquellos que no se dieron el tiempo de conocerla durante sus años de adolescente e infante cuando pasaba gran cantidad de su tiempo entre las hojas de multitud de libros. De pocos amigo pero de gran importancia en la vida de la castaña. Su amor por los libros era tan o más grande que su interés en la política, todos pensaban que terminaría por estudiar algo que le guiara al mundo político. Pero eso no ocurrió. Cuando el momento de escoger carrera llego a su vida, con un promedio de excelencia en mano, decidió entrar de lleno y sin miedo a la carrera de literatura y letras, sus padres le apoyaron sin dudarlo ni por un momento, como siempre lo habían hecho.

Su carrera fue un paseo por el parque, claro que tuvo noches de desvelo durante su tiempo en la universidad, pero incluso en esos momentos duros podía encontrar el gusto en todo lo que debía hacer. La gran mayoría de sus profesores no dudaron en adular, alentar e incluso felicitar el desempeño de la castaña, pero entre tantos fue la profesora Minerva McGonagall quien marco con mayor profundidad a la alumna, quien se había visto obligada a abandonar su hogar para ir a la mejor universidad, una que estaba casi al otro lado del país con respecto a su ciudad natal. Fue la profesora quien tomo un roll maternal, volviéndose su tutora de carrera, alguien a quien le terminaría dedicando su titulo al finalizar la carrera.

A sus 22 años las cosas habían cambiado en su vida y bastante, tras un año de descanso de su intenso periodo estudiantil; esos meses le fueron de mucha utilidad para definir su camino, mantuvo contacto con su profesora, le menciono sus dudas e inseguridades ante el futuro que le parecía muy incierto. En una de las tantas reuniones que tuvieron durante el periodo vacacional de la mayor, se dio la platica...

Fue durante el periodo invernal, en una cafetería muy cerna a su hogar, la joven licenciada escuchaba atentamente las historias de su ex profesora, le encantaba el escuchar las diversas aventuras de los nuevos alumnos que cursaban por la que fue su facultad – Oh profesora, me parece increíble todo lo que ocurre en la escuela, me encantaría algún día poder revivir aquellos años.

Creo que usted sabe tanto como yo que si existe una manera – Tomo un sorbo a su taza de té – Desde que usted se graduó, cuando me informo de este periodo de descanso, he estado pensando en una opción para su futuro – De la bolsa que había llevado saco una carpeta de color beige – no quiero presionarle de alguna forma, solo le quiero dar una opción para calmar sus dudas – Viendo que su antigua alumna estaba por comenzar a leer, decidió pararle – Por favor, Hermione, léelo con tranquilidad en tu casa, disfrutemos del día.

Así lo hicieron. Cuando la noche cayó en la fría ciudad la castaña se tomó el tiempo necesario de leer cada uno de los documentos que le habían dado, cartas de recomendación, requisitos, todo lo que debía saber para adentrarse en la noble tarea de la educación; Hermione nunca había considerado el ser maestra, no sentía que fuera algo para ella, pero bien sabía que si su maestra le había ofrecido la opción por algo debía de ser. Consciente de que aún tenía toda una vida por delante y que lo que hiciera en los próximos cinco años no definiría del todo su destino, tomo la gran decisión de aceptar la oferta de su maestra.

Durante los siguientes cuatro años se dedicó de forma completa a su actividad de docente en el nivel medio-superior, aunque durante sus tiempos libres se encargaba de hacer múltiples borradores de historias de fantasía y magia que aparecían en su mente siempre que terminaba su hornada. El trabajo le apasionaba y eso se hizo presente en su relación con sus alumnos y compañeros, en poco tiempo se volvió una de las más queridas maestras, con sus alumnos tenía una relación de respeto y confianza, siempre llevando buenos tiempos en su método de enseñanza, con periodos de intensas clases a cambio de otros segmentos muy relajados, una dualidad que le había sido de mucha utilidad para que sus alumnos estuvieran atentos.