TERROR || Roronoa Zoro

Capítulo 5.

"¿Umiko-chan?" llamó Sanji acercándose preocupado.

El resto también se acercó y ella rió nerviosa por lo que pudiera pasarle luego de haber empleado su poder en un nivel que nunca antes había intentado. Sin embargo, toda preocupación por si misma se esfumó cuando vio a Luffy caer rendido.

"¡Luffy!" gritó ella, haciendo que todos volteran hacía su capitán.

Sin poder moverse, vio como iban a lado de su capitán y sonrió brevemente recordando como sus antiguos nakamas iban hacía ella cuando resultaba herida. Al comenzar a sentir el dolor que la adrenalina de antes no la había dejado sentir, empezó a ver todo negro y lágrimas salieron de sus ojos al intentar soportar aquello. Pasó una mano por su cabello sudado y lo quitó de su cara para después apretar la mandíbula adolorida.

Sus propios pensamientos se esfumaron y dejó de sentir, siendo lo último que escuchó una voz ajena a los mugiwara y a Robin espetando la palabra "shichibukai".

Cuando comenzó a recuperar sus sentidos, sintió nuevamente dolor, pero no podía abrir los ojos y saber lo que pasaba.

"¿Cómo están?" preguntó Nami a Chopper, quien se mantenía a un lado de Zoro y Umiko durante el banquete.

"No sé como Zoro llegó a ese punto, pero es un milagro que esté vivo, sus heridas internas son demasiado graves. Por otro lado, no sé lo que le pasa a ella, es como si la presión en su cerebro hubiera afectado al resto de su cuerpo, similar a que la hubieran golpeado desde dentro."

"¿Tendrá algo que ver con su fruta del diablo?"

"Franky dijo algo sobre su poder, aparentemente afecta mentalmente a las personas a su alrededor. Tengo la hipótesis de que cuando se enfrenta a alguien con una fortaleza mental mayor a la suya, ella se verá afectada." explicó el doctor. "Es una espada de doble filo, si quiere usar su poder tiene que tener una mentalidad fuerte o la afectada será ella."

Kokai, quien escuchaba lo dicho, pero no podía participar en la conversación, simplemente se dedicaba a divagar en sus pensamientos. Su mayor duda de momento era si realmente estaba capacitada para abordar el barco de los mugiwara, pues tal y como había dicho el peliverde antes, era un problema si también los afectaba a ellos.

Sus pensamientos negativos se vieron interrumpidos por un gran grito de parte de Brook. "Estoy feliz de estar vivo" fueron aquellas palabras que retumbaron en la chica, pues múltiples veces había pensado en rendirse e ir con sus antiguos nakamas.

Y es que el esqueleto tenía razón, habían pasado 50 años, pero tenía una razón para seguir adelante. La chica comenzó a dejar lágrimas salir de sus aún cerrados ojos, cosa que preocupó a sus nuevos amigos que estaban a un lado suyo.

Volvió a perder la conciencia y cuando la retomó se paró abruptamente tomando un gran respiro.

Acostumbrándose a la luz de la habitación y analizando sus alrededores, notó que se encontraba en lo que parecía una pequeña sala médica. Salió de la camilla tratando de no despertar al reno que se encontraba descansando en su escritorio y se dirigió fuera, donde admiró las olas en aquel barco con pasto.

Kokai se acercó al borde y respiró tranquilamente, admiró el cielo de noche y se sentó sobre el barandal de madera.

"¡Oi!" gritó alguien mientras la sujetaba y cargaba en estilo de princesa. "¡¿Pensabas lanzarte al mar?!"

La pelirroja miró a quien la sostenía y sonrió confundida. "¿Yo? Solo estaba viendo el mar, calma, marimo."

"¡¿Huh?! ¡¿'Marimo'?!" El resto de la tripulación salió de la cocina al escuchar el escandalo y se topó con la extraña escena: Zoro cargando a la nueva y sonriente nakama.