Capítulo 23.

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Narrador omnisciente.

"¡Mierda!" Gritó la pelirroja. "¡¿De dónde salió esa montaña?! ¡Ese color no da buena espina!"

"He visto eso antes, es un monstruo llamado slime que ataca mujeres y disuelve sus ropas." Contó Brook.

"¡Oh, es conveniente en este momento!" Agregó Sanji.

Mientras el cocinero y el esqueleto imaginaban la posible situación de sus fantasías, el samurái se limitaba a mirar el slime sonrojado y desviando su mirada de momentos a los cuerpos femeninos que estaban presentes.

Zoro se interpuso entre los otros tres hombres y la pelirroja, claramente irritado, y señaló detrás suyo mientras hablaba. "Dejen de imaginar cosas inútiles y presten atención. Tocar esa cosa probablemente los llevará a una muerte instantánea."

"Zoro tiene razón, además, está por invadir completamente en agua del lago, necesitamos recuperar el torso." Agregó Umiko.

Sanji se quitó el abrigo y saltó directo al agua sin gastar más tiempo.

Esperando, el resto trataba de alejar a los slimes, pero tan pronto como eran cortados soltaban gas tóxico.

"¡Es gas! ¡Mis ojos, mis ojos! Aunque no tengo... ¡Has algo, Zoro!"

"Acabas de verme intentar cortarlos, no funcionará." Espetó hartó, la situación no los favorecía para nada y estaban en una carrera contra el tiempo.

"Son cómo gelatina, ¿Por qué no los comes y ves que pasa?"

"¡Hey, no me tomes el pelo en estas situaciones, samurái, tengo como 70 años más que tú!"

Umiko ignoraba la discusión y se limitaba a ver el lago preocupada, pues este cada vez estaba más lleno de veneno. Estando a segundos de ser completamente lleno, Sanji salió de golpe junto al torso del samurái, la chica corrió a ellos y colocó un abrigo rápidamente. "Gracias, Umiko-chan."

Antes de que pudieran alegrarse por el hombre de Wano y su repentino cambio de corazón, los 5 presentes se preocuparon por sus alrededores.

Kinnemon desenvainó su espada y cortó el slime, los cuales explotaron, haciendo creer que serían atrapados en el fuego. Para sorpresa de los Mugiwara, estaban intactos.

El samurái explicó cómo es que con su técnica cortaba por medio de las llamas y así también era capaz de cortar estás, salvandose de la explosión. "Si me disculpan, tengo que ir por mi hijo al laboratorio principal."

Zoro sonrió interesado y se paró junto al azabache decidido. "Te acompañaré, tengo interés en ver cómo pelea un samurái de Wano."

Incluso si se deshicieron de los slimes frente suyo, la montaña de slime detrás parecía molesta y ahora los perseguía más rápido y atacando.

La chica no lo pensó dos veces y tomó rápidamente de la mano al marimo, reflejo que desarrolló por la falta de orientación de este. Antes de siquiera esperar una respuesta, ya se encontraba corriendo en la dirección contraria junto a sus nakamas.

El pelo verde se soltó agresivamente del agarre de su contraria tan pronto como supo que sucedía, la chica lo miró confundida y frunció el ceño irritada." ¡¿Cuál es tu maldito problema, eh?!"

"¡¿Huh?! ¡¿Por qué crees que tengo un problema?!"

"¡¿Crees que soy estúpida, Zoro?! ¡¿Acaso te hice algo?! ¡Has estado evitandome y tratando de tomar distancia con una actitud grosera!"

"¡No es-!"

Umiko negó con la cabeza, interrumpiendolo y volviendo su cabeza al frente con una mirada que el espadachínno lograba descifrar. "Olvídalo, tenemos peores cosas en las que concentrarnos."

TERROR || Roronoa ZoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora