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- Eris, por favor, coopera- la peli rosa le insistía a su roomie/mejor amiga, que se dejara ayudar.
- Eres linda- su voz salió arrastrada y con un dejo de coqueteo, la contraría la miró con el ceño fruncido- Sabes, te pareces a- hip- a una ami- hip-ga- la más alta miro con gracia a la castaña entre sus brazos por los hipidos que la interrumpieron al final.
Hace tiempo que Eris había dejado el alcohol, pero fue su culpa haberle invitado a ese bar, la castaña iba a bien hasta que la perdió de vista, y para el segundo que la encontró la más baja estaba riendo y hablando con el barista que la miraba con diversión, ya que Eris no tiene pintas de ser tan risueña como cuando esta alcoholizada.
Y ahí se encontraban, caminando- o intentándolo -hacia su hogar.
- Espera- dijo la castaña.
- Ya estamos cerca- replicó su acompañante.
- No enserió espera, me siento-- una arcada la interrumpió- Mal...
Vi entendió, y alejó con cuidado de no mover con brusquedad a la más baja. Tomo su corto cabello entre sus manos, y con cierto asco y miedo, empezó sobar la espalda de su amiga, intentando transmitirle tranquilidad, la cual ella ni siquiera sentía.
Paso lo que tenía que pasar. Eso pareció aterrorizar a Eris, ya que termino sentándose en el suelo, recargándose en la pared detrás de sí, las lágrimas salían por sus ojos como cascadas, pero ningún sollozo o jadeo salía de ella. Vi se acercó a ella con cierta preocupación, al recordar que su amiga le desagradaba de sobremanera el vomitar. Se sentó a su lado y la abrazo, obligándola a recostar su cabeza en su hombro.
- Ya ya, estas bien, estas bien- repetía una y otra vez mientras acariciaba la cabellera de la castaña.
- Desconocida- llamó a su acompañante con voz temblorosa. La peli rosa la volteó a ver con una sonrisa burlona genuina.
- Si...
- Nadie me había tratado tan bonito, exceptuando a mi mejor amiga, y futura novia: Vi- su voz salió más risueña y fuerte con la última oración- Gracias
Vi la miro con sorpresa, pero después, la emoción y las esperanzas se esfumaron al recordar que estaba borracha y no estaba pensando con todos sus sentidos.
- No hay de que, y gracias por el halago
- Ohh créeme, lo es- soltó unas risitas, haciendo que la sonrisa de Vi se ensanchara.
Hubo un silencio por un rato hasta que la peli rosa se percató que Eris estaba dormida.
La cargo al estilo nupcial emprendiendo camino hacia su hogar. En el camino la más alta no paro de darle vueltas a la última conversación tenida, su corazón se aceleraba con tan sólo pensar en la idea de gustarle a su crush de la infancia, pero también estaba la inseguridad y su lado lógico el cual le decía e insistía en recordarle- casi que asegurarle -que no se debía tomar enserio lo que la chica en sus brazos decía, o sea no es como que estuviera muy consciente de sus acciones ni de lo que decía.
Se le complico un poco buscar las llaves mientras aún cargaba a la otra, la castaña se encontraba profundamente dormida, con su cabeza en el hueco de su cuello y hombro.
Cuando por fin encontró las dichosas llaves, abrió la puerta y se adentró procurando no moverse mucho más para no interrumpir el plácido sueño que estaba teniendo su amiga, a la cual nunca había visto dormir por tanto tiempo.
Subiendo las escaleras Eris se empezó a remover con inquietud entre sus brazos. Vi por instinto aferró su agarre en su cintura y piernas. Intento calmarla, pero parecía que lo que sea que estaba soñando no era, para nada, agradable.
Abrió la puerta de su recamara la cual quedaba más cerca y la recostó en su cama, en ese mismo instante la castaña se despertó inhalando exageradamente, la peli rosa se alejó para no sofocarla.
Tosió en busca de aire, estrujo la tela de su blusa justo donde se supone está el corazón. Cuando por fin sintió que su cuerpo recibía aire se tranquilizó y se volvió a recostar en la cama, sin percatarse de la "desconocida" a los pies de la cama, viéndola con preocupación.
Vi se le acercó para verificar que se encontrara bien.
- ¡Oh! ¡Hola linda!- dijo con una enorme sonrisa al percatarse de su invitada.
- Hola querida- respondió la peli rosa con una sonrisa de alivio al recibir tan animado saludo.
Vi se percató que la contraria se estaba quedando de nuevo dormida así que le pidió que se enderezara para poder quitarle la chamarra y las prendas pesadas. La más baja le hizo un ademán para que no se preocupara.
- Yo lo hago, no te preocupes- se levantó, tambaleando, de la cama de su amiga y se recargo en el escritorio, miró para enfrente, con gran cansancio, encontrándose con una vista bastante común en Zaun.
Se tomo unos segundos, y ya que se sentía con la capacidad suficiente de mantenerse en equilibrio por sí misma, empezó a sacarse las prendas más pesadas: la chamarra de cuero, que claramente no era de ella sino de Vi, y sus botas negras, después se empezó a sacar su blusa, hasta quedar en su sostén, y para cuando iba por los pantalones se acordó de golpe que había una "desconocida" viéndola desnudarse, o bueno casi.
Un bochorno la acaloro e hizo que volteara lentamente para encontrarse con la mirada atenta de la peli rosa. La castaña quedó anonadada al percatarse que la desconocida se parecía bastante a Vi, camino unos pasos hacia ella viendo como la contraria se ponía nerviosa, hasta que quedó frente a ella y la inspeccionó.
- Wow- soltó en un susurro, tomo la mejilla de Vi y acaricio en donde estaba su tatuaje- ¡Son idénticas!- soltó con entusiasmo.
Vi rio nerviosa al haberla tenido tan cerca.
- Si no fuera porque sé que son diferentes personas ya hasta te me hubiera declarado JA- la castaña siguió riendo diciendo más incoherencias que Vi dejó de escuchar al entender la tremenda declaración que su roomie le había dado.
La peli rosa se le quedó viendo pasmada, sus risas sonaban como ecos, y lo único que sentía era a su corazón a punto de salirse, su mente estaba en blanco. El nerviosismo más el júbilo que la abrazo con fuerza, hicieron que casi se le abalanzara, pero recordó que no estaba en todos sus sentidos así que prefirió contenerse.
- Eris- la llamó sin intentar contener su alegría, la nombrada la volteó a ver confundida- Duerme- le indico con el dedo índice la cama, Eris hizo caso y se fue a recostar.
Vi se encargó de arroparla bien, y antes de salir le indico que si necesitaba algo- lo que fuera -que tocara la puerta de al fondo, la castaña medio adormilada asintió con una media sonrisa.
- Descansa- susurro la peli rosa al ya haber cerrado la puerta detrás de sí.
