⌦ 𝙑𝙞 𝘐

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ᴺᴼᵂ ᴾᴸᴬᵞᴵᴺᴳ : Hᴇᴀʀᴛʙᴜʀɴ ᵇʸ ʷᵃᶠⁱᵃ
ғᴏʀ ᴀɴᴅ ʙʏ: B_suyeon

La habitación, el departamento, en general, todo lo que la rodeaba la hacía entrar en un estado melancólico y de irritación

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La habitación, el departamento, en general, todo lo que la rodeaba la hacía entrar en un estado melancólico y de irritación. Sabía, sabía que esto iba a acabar así y aun así no le importo, no paro, no se alejó, y termino distanciándose de quienes realmente velaban por su bienestar.

La de pelo corto y oscuro tomo con desesperación los últimos tragos de lo que quedaba de su cerveza, esta era la novena botella y aun así no sentía los estragos del alcohol, una lágrima resbalo de su mejilla, más un persistente y punzante dolor la hacía sentirse aún más estúpida, inservible. Intento mover su otro brazo, pero no lo logró, como consecuente soltó un gruñido por la colera creciente y termino aventando la botella contra la pared más cercana.

Se tiro de rodillas, empezando a golpear cada parte de su cuerpo, lo detestaba, se detestaba, cada maldita cosa de ella la odiaba con todo su repugnante y patético ser.

El recuerdo de la discusión que apenas hace una hora había tenido con su novia, bueno, ahora ex novia, la atormentaba, la hacía vivir un infierno en carne propia.

La causa de la pelea y la de que terminaran fue por simples e insignificantes cosas, que si porque Suyeon hablaba con cualquier otra persona la otra ya creía que la estaba engañando, la manipulación se volvió base en esa relación al igual que los golpes.

"¡SI TANTA PUTA RAZÓN TIENEN PORQUE MIERDA NO LES HACES CASO! ¿¡EH!? ¡Ah! Cierto, eres una idiota, una idiota que se deja por cualquiera, eso es lo que eres Suyeon: una cualquiera"

"¿Por qué no me amas? ¿Acaso no soy suficiente para ti? Siempre intento no terminar así, ¿lo sabes, verdad? Sabes cuanto te necesito, y que si termino hiriéndote es porque no te controlas"

"¡DEBERÍAS DEJAR DE CREERTE UNA SANTA! ¡Dios! ¡Suyeon! ¡Abre los malditos ojos, no eres nadie! Honestamente no sé ni de que te quejas o porque lloras, eres realmente idiota"

"Patética"

"Inservible"

"Idiota"

Y un golpe siempre la esperaba al final de cada pelea, y esta no fue la excepción. La de mechas violetas había terminado realmente mal, no podía abrir bien un ojo ni podía respirar debidamente, y ni hablar del inmenso dolor de cabeza y piernas, sumándole que no sentía su brazo izquierdo.

— Soy patética, soy repugnante, una maldita idiota— repetía entre balbuceos, una y otra vez.

La gente de su alrededor pudo observar en primera fila la decadencia en la deplorable chica, de pasar a ser alguien expresiva, cooperativa y sumamente alegre, con una sonrisa en los labios casi todo el tiempo, a ser alguien retraída, agresiva, que con el más mínimo acercamiento se volvía irascible y actuaba de forma violenta.

Y encontró su salvación, o también, en otras palabras, su analgésico; el alcohol. La podías ver siempre con una botella de cerveza o de wiski en la mano, también de vez en cuando fumaba tabaco o consumía drogas alucinógenas, estas últimas no tan recurrentes como el alcohol, porque al día siguiente se sentía peor que si fuera una cruda.

No le gustaba estar sobria, lo detestaba, todos los sentimientos, los recuerdos, el dolor, el sufrimiento, todo, jodidamente todo regresaba.

Con el paso del tiempo Suyeon empezó a guardarle rencor, y como no, la de pelo negro comprendido que lo que realmente había iniciado como un romance adolescente, había sido consumido y lo único que quedaban eran escombros de pura miseria. Lo peor era que, aunque tuviera esto presente, el miedo de volver a ser la misma de antes perduro, nunca más la abandono, el pánico se apoderaba de ella cuando una situación que ya no podía controlar aparecía, al principio actuaba de forma bruta y sin sentido, de forma desastrosa e irascible, pero ahora, ahora era diferente, aprendió a sembrar miedo con tan solo su presencia, aprendió a controlarse cuando algo la sobrepasaba, ahora pensaba en frío, sólo su mente y ella, sus emociones las enterró, enterró los estragos de ese asqueroso incendio.

Tomo la sucia y débil perilla abriendo la puerta de un solo tirón, las risas, las voces, la música, todo paró al percatarse de quien era. Sin tomarle gran relevancia a su alrededor se sentó en la barra, dos hombres que coqueteaban con una joven– claramente borracha –se alejaron temerosos de que siquiera los viera. Le dedico una mirada fría e inexpresiva a la chica a su lado, era linda, no lo iba a negra, cabello largo hasta las caderas, lacio y rubio, sus facciones eran como de un sueño, pero lo que no contrastaba nada con el aura que desprendía era la enorme cicatriz en el centro de su rostro, una equis, más uno de sus ojos era completamente gris.

— ¿Lo de siempre SuSu?— preguntó con calma la niña al otro lado de la barra, Suyeon retiro la vista de la chica a su lado para prestarle atención a quien le llamaba.

— Lo de siempre Lily— confirmó la mayor, la niña de cortes desprolijos y ropas anchas le regalo una sonrisa la cual no correspondió, pero que a la niña le pudo importar menos, y se dirigió entusiasmada hacía uno de los refrigeradores detrás de ella.

A los pocos minutos su bebida ya estaba enfrente de ella, más dos botellas de la misma, le agradeció a la niña y le pago por lo que se le dio. Suyeon bien podía ser cruel y antipática, sí, pero tampoco era tan idiota como para joder a una niña de diez, eso sería caer bajo o eso es lo que creía.

Se tomo de un sentón todo lo que había en su vaso, se volvió a servir esta vez siendo interrumpida por la desconocida a su lado, que sin ningún inconveniente tomo su vaso y empezó a beber de este. Suyeon la miró despreocupada por unos segundos, la más baja aún no se percataba de ella.

Con toda la destreza posible, Suyeon tomo por los cabellos a la joven y estampo su rostro dos veces seguidas contra la barra, en ese preciso momento la campanilla de la entrada sonó, el lugar había vuelto a caer en silencio, nadie hablaba, nadie se movía, todos manteniendo su completa y absoluta atención en la de cabello corto y ropas oscuras.

La agredida no hizo nada, se quedó inmóvil en su lugar, muchos empezaron a murmurar, suponiendo que la había matado, realmente no le importaba. Lily por su parte miraba con el ceño fruncido a Suyeon, la mayor no decía nada, pero tampoco apartó la mirada. Iban a reprenderla cuando la silla a su lado se abrió paso a la situación, haciendo un ruido sordo y chirriante, bastante incómodo.

La de mechas violáceas volteo su rostro encarando a la recién llegada, una chica unos centímetros más alta que ella, de cabello corto y rosado, con un tatuaje en el pómulo, justo debajo de su ojo derecho, marcando en números romanos el número seis, aunque si lo leías como tal y no como números, resultaba en un sobrenombre.  




ᵎ⌇*ೃ✧ 𝗯𝘆 𝗏𝖾𝗋𝖺 ˊ-

𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 | 𝘈𝘳𝘤𝘢𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora