¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jinx sabía que muy cuerda no estaba, que veía personas que realmente no estaban ahí, pero la diferencia recaía en eso, personas que era imposible que estuvieran ahí, bueno, a excepción de Vi, que resultó estar viva. Pero las demás alucinaciones eran eso, alucinaciones, entonces eso quería decir que esa chica de pelo negro y ojos azul claro, tan claros que parecían ser transparentes, era real.
¿Pero porque sentía que sólo era un sueño? Ya saben, ese sentimiento de vacío de cuando te despiertas de uno, eso mismo sentía cada que esa bonita chica se desvanecía en un parpadeo. Literalmente era como un sueño, aunque para este punto ya lo empezaba a considerar más como una pesadilla.
Se la topaba casi siempre cuando estaba acomodando las bombas, y en general cuando estaba ya llevando a cabo sus planes. Y siempre le dejaba algo antes de irse, al principio consideraba todo un desperdicio, pero conforme más la veía sentía la necesidad de guardar los objetos, y así fue como comenzó su colección espacial, o así la llama ya que nada de lo que le deja es algo que encontrarías en la Tierra.
Movió sus manos enfrente de su cara despabilándose. Abrió el bolso debajo de su escritorio y sin cuidado alguno tiro todo lo que había en este al bolso, todo cayó estrepitosamente, pero poco le importaba si algo se había roto o averiado.
Se lo colgó al hombro y se encaminó hacia la salida, dándole un vistazo algo distraída a dicha colección. Llevaba un buen rato sin estar haciendo nada en Piltover o Zaun, así que hace bastante que no la veía, y la curiosidad la estaba matando, así que técnicamente se obligó a crear algo sólo para volver a verla.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El porqué de lo que estaba haciendo ya se le había olvidado. Así que cuando se vio envuelta en pura oscuridad, y música empezó a sonar de la nada, casi agarra a carapezcado y lanza el misil. Pero ver la silueta de la chica danzar al ritmo de la música la calmo.
Dejo el arma a un lado suyo y se acomodó mejor en su lugar para observarla. Había un no sé qué en su forma de moverse que la calmaba. Empezó a moverse al ritmo de la música empezando a distraerse de la persona frente suyo.
Sintió dos toquecitos en el hombro provocando que gritara y diera manotazos en el aire, una risa ligera la hizo regresar en sí, la música seguía, todo seguía igual, lo único diferente era que la misteriosa chica se le había acercado, nunca se le había acercado, para empezar ni la dejaba acercársele.
— Wow— exclamó en un susurro hipnotizada por la belleza de la pelinegra.
La sonrisa desapareció de su rostro también alejándose de ella, Jinx se levantó torpemente del suelo y sin cuidado la sujeto por la muñeca. La desconocida no se movió, no hizo nada, sólo se le quedó viendo curiosa.
— Bueno, al menos esto quiere decir que no eres un fantasma— dijo seria, provocando otra carcajada en la otra— Y eres más linda de cerca— confirmó mirando fijamente su rostro.
La chica se sonrojo más su gesto no te dejaba en claro que ese cumplido la haya avergonzado.
Ante los ojos de Jinx la chica era perfecta, sus ojos eran casi como si estuvieras viendo el cielo en una mañana despejada de nubes, aunque la cicatriz en su ojo derecho en forma de cruz hacía que esa paz se fuera, sus labios rojos y en forma de corazón, nunca había comprendido eso de tener el deseo de besar a alguien por la forma en la que sus labios se veían cuando lo llegaba a escuchar en novelas o películas románticas, pero ahora lo comprendía, su nariz pequeña y respingada, sus pómulos marcando la forma de su rostro. Simplemente perfecta.
Aunque para los ojos de la misma chica era una atrocidad, por mucho tiempo detesto el color de sus ojos, ya que siempre la molestaban por esto y se burlaban de ella diciendo que parecía estar ciega cuando no, las cicatrices que le recorrían el cuerpo entero le daban repulsión a sí misma, su piel tenía manchas, desagradable, era demasiado delgada al punto en el que muchas personas de ahí la llegaban a lastimar por algo que no podía controlar, aunque se sorprenderían por la cantidad de comida que llega a consumir. Pero por sobre todo eso, su "perfección" era realmente una maldición, la detestaba, gracias a esta mató a su padre, su madre, por el contrario, siempre le recordaba lo perfecta que era, pensaran que tal vez eso era algo bueno, pero de hecho la llenaba más de dudas.
La gente de su mundo despreciaba a las personas de su clase, según su madre era porque tenían poderes más poderosos que los que ellos comúnmente pueden tener, y que por eso sus ojos y apariencias suelen ser casi inhumanas, pero eso no quitaba todas las inseguridades hacía su persona, además que poco le podía creer ya que siempre sentía que le mentía.
Y saber que había alguien que le agradaba todo lo que veía, todo lo que a ella le repudiaba, le llenaba de emoción e intriga.
— Bailemos— le ofreció.
La de trenzas salto hacia atrás soltando su muñeca.
— Mierda, creí que no hablabas— dijo entre sorprendida y asustada.
— Surprise!— dijo mientras hacía manos de jazz.
Jinx regreso a su lado y tomó con decisión una de las manos de la chica.
— Pero te aviso que no sé bailar— le advirtió.
— Tampoco yo— se sinceró, la peli azul chisto.
— Ay aja, bailas super bien, es como ver a una pluma moverse al compás del viento... espera, eso no tiene sentido, pero tu comprendes— dijo moviendo su mano a su dirección.
— Algo, si— le contestó.
La pelinegra la llevo al centro del lugar, donde había luces danzando por doquier.
La canción fue cambiada por una con más ritmo y no tan tranquila. La desconocida-no-tan-desconocida empezó a marcar el ritmo, para que al final ambas terminaran bailando al compás de la música, pero sin realmente prestar atención a sus movimientos, sólo dejando que la música las guíe.
