⌦ 𝙅𝙞𝙣𝙭

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ᴺᴼᵂ ᴾᴸᴬᵞᴵᴺᴳ : Sᴏғᴛᴄᴏʀᴇ ᵇʸ ᵗʰᵉ ⁿᵉⁱᵍʰᵇᵒʳʰᵒᵒᵈ

Paseaba por las nocturnas y húmedas calles de Zaun sin rumbo fijo, hoy podría denominarse el peor día de mi jodida existencia

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Paseaba por las nocturnas y húmedas calles de Zaun sin rumbo fijo, hoy podría denominarse el peor día de mi jodida existencia. Mi madre se había suicidado, lo peor es que la encontré casi dos días después, quería llorar, pero por alguna inexplicable razón las lágrimas que aclamaba no aparecían, simplemente estaban mis pensamientos y la horrible presión en mi pecho.

Ustedes dirán que es técnicamente inmoral no haber estado para ella, que fue indecoro de mi parte darme cuenta después de 48 horas, pero la razón es muy sencilla y bastante anormal a la vez. Mi madre había caído en depresión después de la muerte de mi abuelo; su padre, y todo empeoró cuando mi hermano menor, de doce años, se suicidó, al igual que ella; por una sobredosis de pastillas y demás sustancias.

Después del "velorio" de mi hermano ella empezó con el alcohol, volviéndose agresiva y tomando comportamientos violentos en contra mía, diciendo estupideces como que fue mi culpa el suicidio de él, pero ella y yo sabíamos que no fue así, que fue ella la que le causó todo ese daño. Yo por mi parte intentaba ayudarlo, alegrarle el día, aunque con mi trabajaba no era cómo que estuviera mucho en casa, pero al menos lo intentaba.

Termine derrumbándome sobre la acera. La presión se volvió tan insoportable que me sentía agobiada, pensaba en todo tan rápido y tan desorganizadamente que era como si solo hubiera ruido a mi alrededor.

Y grité, grité lastimándome las cuerdas vocales, sintiendo casi como mi garganta se desgarraba, pero no me importaba, lo único que quiero es poder estar en paz, sin que nadie me disturbe. Vivir en un bosque como los que hay allá arriba, en una cabaña, e intentar hacer algo de mi vida que no sea tan destructivo como lo que hago aquí.

Mi supuesto trabajo era como de contadora en un restaurante, eso fue lo que le dije a mi madre y a mi hermano. La realidad es que mi trabajo es de mercenaria, me pagan bien por solo cobrar venganzas o simples berrinches. Al inicio no fue de mi agrado, pero mi abuelo me obligó a protegerme, para poder proteger a mi familia, a mi hermano. Si, gracias a mi abuelo conseguí este trabajo.

Sentí una gota de agua caer sobre el dorso de mi mano la cual estaba colgando de mi rodilla. Voltee hacia arriba encontrándome con el cielo nublado por el aire intoxicado de Zaun más los residuos de las minas abandonadas que hicieron un daño irreparable al lugar. Sentí más y más gotas caer sobre mi rostro, la musicalidad de las ellas chocando contra todo me relajó, y logro lo que hace años no podía hacer: callar a mi mente.

Sonreí, nunca en mi vida había sentido con tal intensidad, y creo que es muy obvio por como termine reaccionando.

La lluvia siguió, intensificándose conforme el tiempo transcurría. Decidí ocultarme en el edificio abandonado detrás de mí.

Mi cuerpo empezó a tiritar, y mis dientes a castañear provocando que una corriente de dolor puro me recorriera la garganta. Aprete mi agarre sobre mis brazos enterrándome las uñas en el proceso.

Empecé a avanzar hacia la única puerta relativamente estable en el complejo. Prefería estar oculta en un lugar pequeño que aquí, donde hay escombros y la luz de los relámpagos iluminaban el lugar por completo, provocando cierto miedo en mí, ya que el lugar se veía aún más tétrico si era iluminado tan secamente. Además, los truenos se volvían cada vez más fuertes y más amenazantes.

Empuje la puerta encontrándome con un pasillo empinado suponiendo que iría al sótano del lugar. Llegué hasta la otra puerta- el otro extremo -y la corrí, avancé unos cuantos pasos más hasta parar en seco al percatarme de que la estructura enfrente de mi era propensa a desplomarse.

Al fondo pude vislumbrar una tipo cueva, la cual parecía estar habitada más sin rastro de la o el dueño. Con el frío calándome los huesos me adentré al lugar, caminé sobre el angosto y mortal "puente" hasta llegar al centro, el cual había obstruido la mitad de mi vista.

Camine hasta llegar al fondo encontrándome con muñecos y peluches, más un sillón, dibujos fluorescentes y... ¿¡bombas!?

Trastabillé ante mi miedo, casi cayendo. Siendo interrumpida por fuertes y aceleradas pisadas, me di la media vuelta colocándome en posición de combate, pero mi valentía se fue a la mierda al ver de quien se trataba: Jinx...

La peli azul me apunto con su ametralladora mientras fruncía el ceño viéndose confundida. Mientras tanto yo me encontraba atontada, yo creía que estaba muerta, o eso fue lo que me dijo mi madre, supongo para que me callara de una buena vez. Me tambaleé sintiendo como mi cuerpo se contraía al darme cuenta que conforme pasaba el tiempo ella se veía más decidida a fusilarme.

Hasta que camine a ella y me vio por completo. Me analizo con cierta incredulidad en su rostro, hasta que sus facciones dudaron y sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas.

- Estas viva- susurro, ahora fue mi turno de verla con confusión.

No me dio tiempo de responder cuando se aventó sobre de mí tirándonos a ambas al suelo, dejando mi cabello y mi cabeza colgando del precipicio. Volteé a mi izquierda viendo el infinito vacío, trague grueso ante el cosquilleo que sentí en la nuca sabiendo lo que significaba, no es cómo que tenga ideas suicidas, o sea sí, pero no, no son suicidas porque no lo hago con el afán de morir sino por la adrenalina y las ansias que me hace sentir, es como mi rush de vida.

Sentí sus manos estrujar la delgada y desgastada tela de mi camiseta, mientras sus sollozos incrementaban. Salí de mi estado de shock para abrazarla de vuelta, acariciando su espalda con delicadeza, recibiendo un gritito de sorpresa al haber sentido mis manos heladas sobre su piel descubierta. Se separó de mí para verme ofendida, reí bajo.

- Lo siento- me disculpe volviendo a jalarla hacia mí, ella no rechisto, recostando su cabeza en mi pecho mientras sentía como sus dedos jugaban con los hilos de la camiseta.

- Te extrañe como no tienes idea- su voz salió temblorosa y quebrada, produciendo una reacción en mí de protegerla, cuidarla. Aferré aún más mi agarre en su cintura, procurando no tocarla con las manos- Creí- creí que te había matado, como a los demás- su voz salió distorsionada, como si la culpa, la rabia y el llanto intentaran entrar todos en un mismo frasquito.

- Estoy aquí- dije mientras la alejaba un poco para que me viera a la cara- Y no pienso dejarte- ella sonrió con gran júbilo, mientras tanto yo me desasía de sus lágrimas y el rastro de ellas.

Le di un beso en la frente para después ser ayudada a levantarme.

Desde ese día mi vida se volvió una tremenda montaña rusa, pero honestamente no pensaba romper mi promesa, por más jodidas que podríamos estar, nos volvimos el talón de Aquiles de la otra.

Además, no es como que tuviera muchas opciones o personas esperándome en casa con el ansia de saber si estoy bien. Y la asquerosa y repugnante necesidad humana de sentirte querida y aceptada no se iba a esfumar, por más que lo quisiese no iba a pasar.




ᵎ⌇*ೃ✧ 𝗯𝘆 𝗏𝖾𝗋𝖺 ˊ-

𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 | 𝘈𝘳𝘤𝘢𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora