—¿Es verdad lo que dijo Vigg? —preguntó Sophia aprovechando el buen humor de todos.
—¿Qué dijo Vigg? —preguntó Lilith.
—Que mis padres están vivos y que él es mi hermano.
Lilith sonrió:
—¿Tú que crees?
—Que se lo inventó.
La Sra Matthi la miró con ternura.
—Si de verdad creyeras eso no estarías aquí. Has venido aquí buscar una respuesta a tu voz interior y la encontrará.
—Vigg también habló de esa voz, pero como ya le dije, yo no creo en esas cosas. Me rijo por la ciencia y creo en lo que veo.
—¿Y qué has visto desde que estás con nosotros? —preguntó la Sra Matthi— ¿Todo esto lo has estudiado alguna vez en tu clase de ciencias?
—No.
—¿Y crees que es real?
—Supongo porque lo he visto con mis propios ojos... A no ser que esto sea algún tipo de alucinación y no sea consciente de ello.
La Sra Matthi le dio con el garrote en un brazo.
—¡Au!
—¿Es esto una alucinación?
—No, no lo es... —dijo Sophia frotándose el brazo.
— Es normal que te sientas confusa... Te has pasado 16 años creyendo una mentira y tu cerebro no va a dejar que cambies de opinión de la noche a la mañana. Hará cualquier cosa para convencerte de que esa mentira es real. Son muchos los que prefieren una mentira cómoda y una falsa felicidad, a abrirle la puerta a la verdad y que esta genere cambios desagradables en tu entorno. La verdad puede poner todo tu mundo del revés.
—Mi mundo ya está del revés. Hace 3 días vivía feliz en Murvi, me gustaba mi trabajo, me llevaba genial con mi protector, estaba segura dentro de las murallas, tenía un objetivo profesional... Y ahora no sé qué esperar de la vida —dijo Sophia con melancolía.
—¡Buena señal! —respondió alegre la Sra. Matthi, como si poco le importaran los sufrimientos de una adolescente.
—¿Y qué hay de mis padres? Vigg dijo que vivían que viniera aquí. ¿Viven aquí?
—Hmmm... ¿Seguro que dijo eso Vigg?
—Sí, diría que sí.
—Tus padres vivían aquí, pero ya no —dijo la Sra Matthi incómoda con la pregunta.
—¿Y dónde están?
—No muy lejos de aquí.
—¿Puedo verles?
—Todavía no...
—¿Y por qué no?
—Demasiadas preguntas para una pobre anciana... —dijo la Sra Matthi—. No te preocupes. Tendrás las respuestas a su debido momento.
La Sra Matthi se acercó a un*** y se puso en marcha hacia la puerta:
—¡Es tarde! Deben estar esperándonos para jugar al Fuego de la Memoria.
—¡Bien! —dijeron Robel y Lilith y salieron por la puerta detrás de la bisabuela quien corría como las balas colina abajo.
Sophia salió de la casa y vio que a pesar de haber triplicado su tamaño interior, la estructura exterior permanecía inalterable.
Caminó ladera abajo siguiendo las sombras de los wiszhwiszh y se cruzó con cientos de habitantes que provenían de varias de las calles de la aldea e iban en la misma dirección hacia el centro de la llanura donde había preparada una gran montaña de ramitas de zarzas secas y sin una hoja. Cada habitante con el que se cruzaba Sophia le daba las buenas noches y después cuchicheaban con su acompañante o si iban solos aceleraban el paso para decirle algo al de delante y ambos se giraban.
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Sophia Plera - La cuna de los valientes
FantasySophia, la mejor de las alumnas de la lujosa escuela militar para huérfanos, descubre que es descendiente de sus sanguinarios enemigos mágicos, los Wiszhwiszh. Dotada de nuevas habilidades mágicas, se enfrentará a la decisión de usar sus poderes par...