Capítulo 8 - La batalla de Mandrasath [Parte 4]

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—Si nos vamos ya a Murvi, creo que mañana antes del amanecer le harían el traslado. No sé cómo tenéis pensado seguir al convoy, pero deberéis ser lo suficientemente rápidos y sigilosos...

—Creo que nos las apañaremos bien —dijo Robel.

—Suerte, Kayle. Gracias. Eres muy valiente —le dijo Sophia.

—¿No me das un beso de despedida? —dijo Kayle.

—No —dijo tajante Sophia y todos rieron—. Si nos vemos enseguida... —Sophia le dio la mano y Kayle estiró de ella para darle un abrazo que no duró más de un par de segundos.

—Bueno... con eso me voy feliz.

Kayle se despidió de Lilith y dejó que Chris le durmiera con una nivaraka.

Cuida de él, Chris —le dijo Sophia y Chris asintió.

Robel, Lilith y Sophia se dieron la mano:

—*** —dijo Lilith.

Los tres despertaron en sus respectivas camas y rápidamente se pusieron las zapatillas y salieron a reunirse al ****. Allí estaban esperándolos todos que los recibieron entre vítores, abrazos y apretujones de mano. Sophia evitó el máximo de ellos que pudo, pero no se pudo escapar de más de una docena. Sonreía feliz.

—¡Ya pensábamos que no lo conseguiríais! —dijo Ninon. —Habéis tardado una barbaridad.

—¡Ha sido lo más emocionante que hemos hecho en mucho tiempo! —gritó Irvetta que ya estaba perfectamente recuperada en su cuerpo físico.

—Hemos tenido algún que otro contratiempo —dijo Robel mirando a Sophia de reojo.

—Tenemos un plan para descubrir donde están encarcelados nuestros familiares y amigos —dijo Sophia. Hubo un gran revuelo lleno de esperanza y emoción—. Mañana antes del amanecer debemos seguir a una expedición* que saldrá desde Murvi. Ellos nos guiarán al lugar exacto.

Sophia esperaba el mismo revuelo que hacía unos pocos segundos, pero en lugar de eso hubo un absoluto silencio solamente roto por el canto de los primeros pájaros.

—Somos 73**... Nos falta uno. —dijo Ninon mirando a su alrededor—. ¿Dónde está Kayle?

La emoción de Sophia se disipó al tener que dar la noticia de que Kayle jugaría el rol de ser el conejillo de indias. Tanto dudó que Robel se le adelantó y dijo con sequedad:

—Está donde quiere estar.

Los wiszhwiszh se mostraron confusos y preocupados.

—El plan es que han arrestado a Kayle y que vamos a seguirle a donde lo llevan para rescatarle a él y a todos los que allí se encuentren —dijo Sophia con el máximo de seguridad que pudo fingir.

—¡Pero eso es una locura! —dijo Ninon— ¿Y si perdemos la caravana* que nos lleva a la prisión donde se encuentran? ¿Y si resulta que no existe tal prisión y que realmente los ejecutan? ¿Y si llegamos al lugar y es imposible rescatarlos? Las cárceles no son sitios fáciles de los que se pueda salir, Sophia.

Hubo un gran revuelto entre los wiszhwiszh que tampoco veían claro el plan magnífico de Sophia.

—¡Calma, calma! ¿Y qué otra opción nos queda? ¿Seguir viviendo asustados y contando los que van desapareciendo? ¿Hasta cuándo? —preguntó Lilith.

—Pues hasta que todo esto se calme —dijo Ninon y su grupo de apoyo asintió.

—Eso nunca pasará —dijo Sophia—. Conozco a los murvieros y sé para lo que nos entrenan... No se levantarán un día y dirán: «Vamos a hacernos amigos de los wiszhwiszh... No parecen tan feroces».

Sophia Plera - La cuna de los valientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora