Capítulo 8 - La batalla de Mandrasath [Parte 2]

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Los chicos se fueron a dormir más pronto de lo habitual y a las 10 de la noche se reunieron en ***, Kayle les enseñó a lanzarse al vacío desde la Montaña de Aguja y a aterrizar con seguridad. Algunos alumnos se despertaban de nuevo en sus camas a causa del susto y debían volver a iniciar todo el viaje astral. No hubo manera de convencer a Robel de que saltara, pero por suerte se encontró con uno de los topillos que estaba durmiendo de noche, cosa extraña en animales nocturnos, y fue lo suficientemente amable como para abrirle el pasadizo a través de la roca hueca. Tardaron casi 30 minutos en poder reunirse todos abajo y emprendieron el camino hacia Mandrasath volando a ras de las *** de los árboles, serpenteándolos o tocando el agua del río Mandra^^ con los dedos de las manos, mientras que Robel viajaba a lomos de un caballo andaluz negro de patas blancas que galopaba raudo y veloz a pocos centímetros del suelo.

La antigua ciudad de Mandrasath era toda de piedra caliza** con grandes portones con arcos apuntados* y una muralla que todavía se mantenía en pie a pesar de tener cientos de impactos de proyectiles. Caminaron por las calles fantasmas de la ciudad imaginándose la historia que debían de haber vivido los habitantes de aquella aldea de piedra hacía poco más de 50 años.

A continuación, Kayle empezó a explicar un conjuro para ***, Ninon enseñó su conjuro de *** y Robel aportó sus conocimientos sobre cómo cambiar la hora para no llegar tarde a ningún aquelarre, pero no logró ganar más de un minuto y esto provocó bastantes risas.

Riendo estaban cuando empezaron a llover dormíferas, unos dardos que utilizaban los murvieros para capturar a los wiszhwiszh y que eran sedantes instantáneos, además de enmudecedoras durante varios días.

—¡Corred! —dijo Robel aunque cuando lo hizo todo el mundo ya estaba corriendo desordenadamente por las antiguas callejuelas empredregadas, a veces hasta cruzándose entre los wiszhwiszh varias veces. Algunos conseguían volar y subirse a los tejados para cubrirse detrás de las chimeneas, otros cuerpos astrales desaparecían en medio de la carrera o cuando estaban a punto de ser alcanzados por una dormífera y se despertaban llenos de sudor en su cama. Sin embargo la mayoría, iban gritando cosas varias como: «¡Quiero despertar, quiero despertar!» o «Esto no puede estar pasando...» y no lograban controlar su voluntad para volver a su cuerpo físico.

Kayle le gritaba a todos los wiszhwiszh con los que se encontraba:

—Se me olvidó deciros que fuera de la protección de Ciudad Aguja nuestro cuerpo astral es visible y vulnerable a todo tipo de daños, así que... Invocad el balatra: «x-x-x-x-x» —gritó Kayle.

—x-x-x-x-x —dijo Ninon con pánico pero nada ocurrió.

—¡No! ¡Así no! Todo junto.

—XXXXX

—«ei» pronunciado como «xx»

Después de casi una docena de intentos Ninon lo pronunció de la manera correcta y desapareció. Un par de wiszhwiszh más que pasaban por su lado y lo oyeron también invocaron el balatra con el mismo resultado.

—Ayúdame a decirles a todos lo que tienen que hacer —le pidió Kayle a Robel.

—¡No! Yo tengo que encontrar a Sophia. No puedo dejar que la capturen —dijo Robel.

—Yo la encontraré, no te preocupes... Haz lo que te pido para que todos pongan su cuerpo astral a buen recaudo. Sin embargo, Robel ya no le escuchó por estar demasiado lejos buscando a su nueva amiga.

—¡Mierda! —dijo Kayle y buscó otra gente a la que convencer de que le dijeran a todo el mundo con el que se cruzara el balatra de vuelta rápida al cuerpo.

Según iba pasando el tiempo Kayle se iba encontrando con menos wiszhwiszh y más murvieros en burbujas de jabón chocando contra las paredes esforzándose por salir. Kayle vio a una murviera encima de Irvetta que estaba inconsciente en el suelo, aprovechó la carrera para chocar con toda su fuerza contra la enemiga que salió despedida calle abajo. Kayle cargó con Irvetta al hombro y se escondió en una casa semiderruída y llena de maleza. Allí se encontró también a ****.

Sophia Plera - La cuna de los valientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora