En una arena atestada de personas los gritos y abucheos de los presentes sonaban sin parar. La escena que tenían ante sus ojos era ciertamente una masacre, muchos ni siquiera sabían si lo que veían era un monstruo.
Un hombre de figura esbelta, caminar elegante, rostro precioso y mirada aterradora había entrado al ring de pelea declarando que acabaría con la vida de los luchadores más fuertes, pero solo con ellos. Muchos llenos de orgullo, aceptaron, otros sintiendo el temor calar sus huesos prefirieron quedarse al margen... La mejor opción.
Un número de veinte hombres, grandes, fuertes y ágiles corrieron emocionados antes el patán que los había retado sin esperar que ese sería su fin. No importa los métodos utilizados, ni las heridas causadas, ese hombre parecía ser una máquina asesina.
La arena desprendía el hedor a muerte y desesperación, sin embargo, el hombre diabólico todavía tenía una mirada insaciable en su rostro.
Mirada que no se calmaría hasta terminar con la existencia de lo que lo molestaba...
***
Zulia estaba sentada mirando por la ventana la calle concurrida que tenía frente a ella, miraba a las personas pasar y se imaginaba todo tipo de cosas acerca de esas personas "Este es un doctor, ella va a la universidad, esa señora tiene hambre, ellos dos parecen estar enamorados..." Zulia se detenía a pensar constantemente en qué significaba estar enamorado ya que su mente siempre terminaba divagando en eso.
Cuando no tenía las fuerzas para abandonar el pueblo jamás pasó por su cabeza enamorarse, aunque lo quisiera nadie aceptaría sus sentimientos. Sin embargo, sí disfrutaba viendo el amor desde lejos, tenía una vaga idea de lo que era estar enamorado; pulso acelerado, necesidad de atención de la otra persona, pensamientos relacionados solo a esa persona, necesidad de estar cerca la persona amada.
Todos estos pensamientos estaban bien, pero se encontraba enojada y triste a la vez "¿¡Por qué no dejo de asociarlo todo con Hisoka!?"
Hace ya unas dos semanas que la estaba tratando como si fuera aire, solo la venía a visitar cuando necesitaba sus servicios médicos. Zulia estaba preocupada por el deterioro de su relación, no obstante, más se preocupaba por todos los moretones con los que venía a verla; muchas veces quiso preguntarle en qué estaba metido pero se mordía la lengua por temor a fastidiarlo más de lo que se veía.
Zulia extrañaba a Hisoka... Quizás por eso era qu cada mínima cosa le recordara a él.
No podía acortar que le gustara Hisoka, no podía creer que se había enamorado de un hombre que lo único que ha hecho es tratarla agresivamente... Sin embargo, aún recordaba como la ayudó a cumplir su sueño, como no la abandonó cuando pensó que sí lo haría, como ha estado protegiéndola todo este tiempo. Zulia se encontraba muy confundida de sus sentimientos.
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No el chico malo «Hisoka Morow»
FanfictionUn libro donde la protagonista sabe que detrás de esa sonrisa perversa hay una sonrisa amable. Zulia tiene la vida más aburrida de todo el pueblo, pero a la llegada de este hombre misterioso todo cambia. El pueblo, desesperado por echarle de sus tie...