Tres

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⚠️ Esta historia contiene temas de drogas, el abuso de ellas, violencia familiar y lenguaje homofóbico.

                     
Joaquín bajó la vista a lo que las notas de su celular decían. Leche, ya; huevos, ya; harina, ya; vainilla, ya; chocolate...¡Chocolate! Sabía que algo le faltaba. El castaño movió su carrito por los pasillos del supermercado hasta llegar a la dulcería, habían 2 omegas (gemelas) y un alfa. Éstas parecían sus hijas, Joaquín pensó que el chico era muy joven para ser padre.

    
                 
— Cállense, cállense ya, joder. Voy a llevar los brownies de chispas de chocolate.

                     
— ¡Pero queremos con chispas de colores! — una de las gemelas dijo.

                     
El alfa bufó. Joaquín pasó detrás de ellos, se detuvo enfrente de los chocolates para repostería y estiró la mano para tomar una bolsa amarilla de chocolates. De repente, el mismo olor a tierra mojada y...¿café?, que lo había hipnotizado semanas atrás, lo detuvo en seco. Provocando que se se irguiera recto y unos escalofríos recorrieran su espina.

                     
— ¿Mailo, qué haces?

    
                 
Joaquín tomó las chispas con rapidez, saliendo de su trance y salió del pasillo, empujando su carrito. Se apresuró a pagar sus cosas y a meter todo al auto de su madre. Se subió el gorro de su capucha y se colocó los lentes de sol. Vió cómo una de las gemelas salía del supermercado, viendo hacía su coche, intentando distinguir su rostro y haciendo una mueca cuándo falló.

                      Manejó, alejándose del lugar y un tanto agitado por la carrera

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Manejó, alejándose del lugar y un tanto agitado por la carrera. En su mente repasando lo que había sucedido y tratando de recordar algún rostro, pero sólo veía a una de las gemelas saliendo con apuro del supermercado.

    
                 
Qué mierda fué eso.

   
                  
Su omega le rogaba que se regresara y viera el rostro del alfa. Pero Joaquín se negó e hizo lloriquear a su omega.

                     
Siempre había sido así. El castaño oprimiendo los deseos de su parte animal, ignorándolo y dejándolo de lado. Ahogando sus súplicas por encontrar un alfa que lo proteja y marque. Siempre durmiéndolo con supresores y básicamente dejando inconsciente a su omega. Pero últimamente, éste se resistía a sus pastillas usuales. Despertando poco a poco y cobrando conciencia, pidiéndole, no, rogándole que encontrara a un alfa.

    
                 
Joaquín negó con la cabeza, se estacionó detrás de la panadería de su madre y bajó las bolsas con las compras. Se las arregló para entrar por la puerta trasera sin tirar nada. Dejó todo en la "mesa de trabajo", cómo su madre le dijo y entró al local.

Fire On Fire // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora