Veinticinco 2/2

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⚠️ Ésta historia contiene temas de drogas, el abuso de ellas, violencia familiar y lenguaje homofóbico.

Aviso : Contenido explícito. Éste es el fin de la 2da parte de ésta historia y a partir del siguiente capítulo es la última parte.

— Joaquín — dijo sorprendido Emilio ese martes por la mañana, con la cabeza asomada de su departamento y con un fuerte olor a omega desprendiendo de él. — ¿Qué haces aquí?

— Estaba preocupado... dijiste que estabas enfermo —respondió con obviedad.

— Ah, cierto... ¿quieres pasar? — se hizo a un lado y Joaquín dudó un poco antes de adentrarse — Uhm, perdona el desastre, Niko estuvo aquí cuidándome y no es muy ordenado.

El castaño arrugó su nariz.

— ¿Por eso huele a omega? — joder ¿nunca pensaba antes de hablar?

Emilio pareció confundido.

— ¿Huele a omega? Realmente no lo noté, estoy acostumbrado a Niko — se encogió de hombros. — Oye — lo llamó —, tienes que irte, Joaco.

— ¿Qué? ¿Porqué?

— Porque estoy entrando en celo.

— Oh.

¿Oh? ¿No tenía nada mejor qué decir? ¿Qué pasó con la supuesta inquisición a la que venía? Mierda, tal vez las feromonas de Rmilio sí lo estaban afectando y él ni cuenta.

— Pero qué puto calor...— observó cómo el chico se levantó la camiseta y dejó ver varios tatuajes que Joaquín quiso lamer — Enserio, tienes que irte, luego podemos hablar... yo también tengo algo que decirte, pero ahora no es el momento.

Quería decir algo, pero Emilio lo distraía con su maldito olor a pino y café, más intenso que nunca.

— Hey ¿me estás escuchando?

Debía de verse tan idiota, parado ahí sin decir nada y deleitándose con el aroma. Su parte animal de repente tomó el control de su cuerpo y dió varios pasos al frente hasta que quedó tan cerca de su novio que las feromonas resultaban casi sofocantes.

— ¿Qué haces? — preguntó confundido el otro, cuándo Joaquín puso una mano en su mejilla y otra en su pecho.

— ¿Necesitas ayuda para tu celo? — se mordió el labio inferior, suprimiendo la vergüenza que sentía.

Los ojos de Emilio se abrieron con sorpresa y varias emociones se reflejaron en ellos, pero las pupilas dilatadas y sonrisa lobuna fueron lo que le indicaron al menor que la idea le excitaba tanto cómo a él.

Joaquín usualmente era el que iniciaba las cosas y ésta ocasión no fué la excepción. Se abalanzó contra la boca de su novio, provocando que éste retrocediera y chocara contra una pared sin romper el beso. Lo escuchó gruñir contra sus labios y se separó para tomar aire, sintió su camiseta blanca ser jalada hacía arriba y alzó la mirada para ver al alfa.

— Quiero tocarte — le terminó de quitar la prenda y parpadeó unos segundos antes de hundir su nariz en el cuello del omega. — Amo cómo hueles — le dejó un chupetón ahí antes de subir hasta su quijada y besarlo en ese lugar. — Ven.

Emilio nunca había sido demandante, le gustaba que Joaquín tomara las decisiones por él y lo mangoneara (cómo decía Niko), en general que llevara las riendas de la relación desde un principio, pero mientras recorrían el pasillo hasta la habitación del mayor, el omega supo que se dirigía a su perdición y estaba a punto de cederle el control a un alfa. Lo peor de todo, es que ambas partes, humana y animal, estaban totalmente de acuerdo con eso.

Fire On Fire // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora