XXVIII

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Yunho despertó al otro día con mucho dolor de cabeza. Se sentía mareado y con náuseas, como si hubiera tomado toda la noche cuando lo cierto era que se había ido temprano y ni siquiera había bebido la mitad de lo que acostumbraba a hacer.

Sabía que su malestar se debía a otra cosa, mejor dicho a otra persona. Song Mingi.

Verlo había sido bastante demoledor, tanto que hubiera preferido un golpe antes de alejarse de él sin poder tocarlo o besarlo.

Lo extrañaba tanto, ese anhelo por estar junto a él era demasiado doloroso como para aguantar pero ¿Qué más podía hacer? Al parecer, iba a tener que aprender a vivir con esa pesadez porque Mingi no volveria a él, no hasta que él crea que no lo iba a lastimar más.

Pero ¿Cómo no podía ver lo tanto que lo estaba lastimando en ese momento? Yunho sentía ese dolor desgarrador arañando su cuerpo con uñas afiladas, no había nada que pueda doler más que estar separados ¿Cómo Mingi no podía verlo?

Suspiró recordando todo lo sucedido la noche pasada. Esa conversación tensa que había mantenido con su ex novio lo había llevado a una serie de decisiones no muy buenas, aún así, no se arrepentía.

Se fue del bar hecho trizas, sin fuerzas para seguir luchando contra su dolor. Ni siquiera le había importado dejar a sus amigos, los cuales de seguro se habían preocupado mucho. En ese momento, tuvo la necesidad de refugiarse en los brazos que siempre habían estado abiertos para él.

Keonhee siempre estaba para hacerlo sentir mejor y darle fuerzas para seguir. Era la única persona que podía sacarlo del pozo en el que se había metido.

Así, fue a su casa siendo recibido por un Keonhee sonriente. El chico se encontraba con sus amigos, compartiendo una pequeña reunión en la cual parecían estar pasándola bien.

Yunho tuvo que ver eso y darse la vuelta para irse a su casa, pero lo único que hizo fue ser egoísta una vez más.

Decirle que lo extrañaba y necesitaba fue suficiente para que Keonhee suspenda la juntada y les diga a sus amigos que debían irse.

Yunho estaba conciente que ninguno de los amigos de Keonhee estaban de acuerdo con eso, hasta podía ver que no era de su agrado pero no le importó. No había forma en la que le importe cuando todo su interior había sido inundado por la tristeza.

Así, Keonhee se convirtió en su refugio una vez más, en la persona que podía hacerlo sentir en las nubes y querido. Esa noche, Yunho podía decir que él fue su salvador.

Ahora, que ya había amanecido y que Yunho se encontraba centrado en su propósito, podía ver que había cometido un error.

Keonhee no se merecía ser usado así y tampoco ser parte de su venganza hacia Mingi. No debería haber mezclado las cosas.

Sin embargo, pasar la noche con él fue lo que lo sacó de esa sensación de vacío y, aunque sabía que estaba siendo una muy mala persona, no pudo evitar imaginarse lo que Mingi podría llegar a sentir si se enterara.

Tenía a Keonhee como su mayor contrincante, como el chico que era capaz de alejarlos, algo que ya no tenía sentido cuando fue el propio Mingi quien los separó. Aún así, Yunho sabía que sería un golpe muy bajo para el otro y puede que,si lo pensaba de esa forma, no halla sido una mala idea.

Podía sacar provecho de la situación.

Keonhee no se lo merecía pero Yunho no podía pensar en otra cosa que en distintas formas de dañar a Mingi. Sólo quería que el otro esté tan dañado como él lo estaba y si para eso debía jugar con los sentimientos de alguien más, incluido de Keonhee, lo haría.

Addicted (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora