XXXV

37 7 0
                                    

* Temas delicados. Leer con discreción *

🔥

Dos semanas habían pasado, en las cuales Yunho no había tenido contacto alguno con Mingi.

No sabía si se trataba de que se dio cuenta del grave error que cometió, si Jongho se había encargado de mantenerlo lejos o si todo era una señal de que se había tranquilizado y estaba empezando su tratamiento. Lo cierto era que Yunho prefería que sigan distanciados porque el enojo que empezó a sentir, no era para nada bueno.

Los primeros días se la pasó llorando, sintiéndose asqueado por querer a una persona capaz de lastimarlo de esa manera y triste por darse cuenta que Mingi estaba mucho más roto de lo que había pensado.

Seguía siendo un ingenuo que no podía ver la magnitud de la situación que estaba viviendo pero ¿Cómo se suponía que iba a imaginarse que podría ser capaz de abusar de él? Mingi siempre lo había protegido a pesar de todo, y, sí lo había maltratado, pero lo que estuvo a punto de hacer era una escala mucho mayor que un agarre en su cuello o palabras violentas.

Yunho se sintió roto y seguía sintiéndose de ese modo, como si Mingi había destrozado lo poco digno que quedaba de él.

Para su suerte, sus amigos estuvieron con él consolándolo y conteniéndolo. San también lo había ido a ver todos los días, llegando al punto donde terminó por quedarse a dormir en su casa por si a Mingi se le ocurría aparecer. Yunho daba las gracias por ése apoyo, pero a veces solo necesitaba un tiempo a solas para poder asimilar lo que pasaba.

Y era en esos momentos, donde se ponía a llorar una y otra vez con la angustia, la bronca y la desesperación carcomiendo cada espacio de su cuerpo. Deseaba con todo su ser odiarlo, despreciarlo por lo que le estaba haciendo, mas no podía hacer otra cosa que seguir amándolo con el mismo fervor que desde la primera vez que sus miradas se cruzaron.

Nada parecía deshacer ese hechizo en el que estaba por Mingi, ni siquiera que toda su integridad estuviera en peligro. Y eso lo asustaba al punto donde ya ni siquiera podía confiar en él mismo, porque sabía muy bien que si Mingi venía a pedirle perdón con lágrimas en sus ojos y su voz temblando, él lo perdonaría sin dudarlo.

_ Yunho ¿Estás bien?_ San preguntó a su lado.

Yunho desvió su mirada de la ventana para mirarlo un poco ido. Lo cierto era que vivía en un constante sueño, como si desde esa noche no podia pisar tierra firme, solo se encontraba en un especie de limbo donde todo parecía ser irreal.

_ Si, solo me distraje_ Yunho respondió con tranquilidad.

Lo cierto era que ya ni siquiera sabía si estaba bien, solo se trataba de una respuesta mecánica para que nadie se preocupe más de la cuenta.

San lo miró poco convencido, haciendo que pare la película que estaban mirando en la habitación de Yunho.

_ Yunho, dime la verdad. Si te pasa algo, debés decirme para que pueda ayudarte_ San insistió.

Yunho bajó la mirada.

_ No puedo dejar de preguntarme si Mingi está bien_ Confesó avergonzado_ Sé que no debería estar pensando en su bienestar, pero no lo puedo evitar. Soy un idiota_

San suspiró y le tocó el hombro a su amigo.

_ No sos un idiota, Yunho. No podes dejar de prepcuparte por alguien que querés así de la nada. Es doloroso, pero lo amás y es entendible que te preguntes por él_ Lo consoló.

Addicted (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora