XII

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Pensar, eso es lo único que Yunho podía hacer. Desde que despertó en su cama, solo pudo quedarse allí tirado mirando algún punto para perderse por completo en su mente.

No sabía qué hora era, pero suponía que la hora del almuerzo había pasado hace rato, ya que su estómago se quejaba del hambre que estaba sintiendo.

Sin embargo, no se movió, solo se quedó allí como si fuera incapaz de hasta mover un dedo. No tenía ganas de nada, solo de recordar una y otra vez la pelea con Mingi, todas las palabras que se dijeron y la agresión de su novio convirtiéndose en la parte más dolorosa de todo.

No podía entender cómo Mingi podía ser capaz de algo semejante cuando osaba decir que lo amaba ¿Qué clase de amor era ese?

Yunho admitía que no era un experto en el tema, que justamente amor es lo que le faltó toda su vida pero sabía que maltratar a una persona no era una demostración de cariño, todo lo contrario, era una clara señal de desprecio.

Realmente se sentía angustiado porque eso parecía que Mingi sentía por él,  una mezcla de malestar y resentimiento que dolía demasiado. Yunho no encontraba respuesta suficiente más que Mingi no lo amaba de buena manera y que lo único que buscaba era tenerlo para sí mismo.

Dolía como el infierno y más cuando Yunho sí lo amaba demasiado, tanto como para sentir que se desgarraba sin él a su lado pero ¿Valía la pena seguir con alguien que claramente no lo quiere sanamente?

Una vez Mingi le dijo que en el amor todo se perdona, que él sería capaz de perdonarlo incluso si lo lastima cien veces. Yunho había estado de acuerdo con eso pero ¿En serio era así? ¿Debía perdonar solo porque lo amaba?

¿Debía volver con Mingi y hacer de cuenta que nada había pasado?

Estaba demasiado confundido, tanto que la cabeza le daba vueltas y sentía una presión en su frente por todo el estrés que estaba sintiendo.

Sin dudas, su relación con Mingi era lo mismo que estar en una montaña rusa de la que no podía bajar. Sintiéndose el ser más feliz del mundo cuando se encontraba en sus brazos pero también el más miserable cuando peleaban de esa forma tan violenta.

Era casi imposible poder pensar con claridad desde que lo conoció, de poder ser sensato. El amor que tenían estaba lejos de ser racional pero ¿Acaso debía serlo? ¿Será que ninguno de los dos sabía querer de la forma correcta y eso es lo que los unía? Yunho realmente no lo sabía, solo deseaba con todo su ser que las cosas fueran más fáciles.

Dejó de pensar cuando escuchó la puerta de su habitación ser golpeada con suavidad, algo que lo hizo sentarse en su cama para mirar hacia esa dirección un poco alarmado.

Lo primero que se le vino a la mente fue Mingi, quien podría estar allí para seguir discutiendo.

Sin dudas, podía ser él queriendo seguir con la pelea demostrando lo furioso que estaba por haberle cerrado la puerta en la cara. Yunho no tenía la fuerzas para seguir peleando, no cuando su cuerpo temblaba de los nervios con solo recordar lo sucedido y su mente era un desastre.

Por un instante tuvo ganas de cerrar su puerta con llave y de esa forma que no entre, pero trató de calmarse pensando que nada podría hacerle en su casa, ya que también se encontraban los sirvientes. Mingi no se atrevería a lastimarlo en un lugar donde había más gente, o eso es lo que pensó.

Sin embargo, cuando notó que la puerta estaba siendo abierta, Yunho tuvo que tragar saliva con el temor de  ver esos ojos fríos que había visto en Mingi el día anterior,  pero en su lugar se encontró con los cálidos y amigables de Yeosang.

Addicted (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora