III

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Al día siguiente, Yunho despertó con un dolor de cabeza infernal y su cuerpo cansado como si hubiera trabajo por horas. Sus músculos parecían tensos y casi que no se podía mover.

Soltó un pequeño quejido de molestia mientras se llevaba sus manos a su frente para calmar esa punzada que estaba muy acostumbrado a sentir después de tomar demás. Sin embargo, esta vez contaba con esa sensación de agotamiento que nunca había sentido. Y sabía muy bien porqué era.

Podría estar teniendo una resaca pero no pudo evitar sonreír con placer al recordar todo lo que pasó en esa misma cama donde estaba durmiendo. Podía recordar cada detalle de esa batalla que había sucedido allí a pesar de haber estado bastante ebrio.

Decir que había tocado el cielo con las manos, era poco. Mingi había llevado a Yunho a otro universo, lo había transportado a un lugar donde todo era deleite y había podido ver las estrellas iluminando solamente a ellos. Sin dudas, toda una experiencia que quería repetir una y otra vez.

Giró un poco su cabeza para observar al culpable del dolor muscular que sentía, quien dormía plácidamente con sus facciones relajadas y abrazando la almohada. Era una imagen demasiado tierna para que sea la misma persona que hizo de él un desastre.

Yunho se mordió el labio inferior con cierto nerviosismo mientras se giró para observarlo un poco mejor. Realmente, Mingi era muy lindo y no había forma en que alguien pueda decir lo contrario.

Su pelo negro cayéndole por la frente hacía ver a su piel más pálida de lo que era, hasta podría decir que daba la impresión de alguien puro, aunque de eso no tenga nada. Yunho podía estar seguro que Mingi estaba más cerca de ser un demonio que un ángel, pero aún así seguía luciendo como uno.

Sus ojos recorrieron varias veces el rostro ajeno pensando que todo parecía una gran locura. No conocía a Mingi, no sabía nada de su vida o de su personalidad y hasta podría estar tratando con alguien peligroso, pero Yunho no podía evitar sentir que había encontrado a la persona con la que quería estar.

Seguramente sus amigos lo tratarían de loco, pero Mingi le daba una seguridad que nunca había tenido y si bien estaba conciente de que era muy precipitado andar diciendo que quería una relación con Mingi, creía que eso es lo que iba a terminar sucediendo. No podían terminar de otra forma si tenía en cuenta lo tanto que Mingi le hacía sentir solo con una mirada.

Nadie iba a poder negar que había algo más allá de lo común entre ellos, algo que los juntaba y hacía de su mundo único. Yunho estaba seguro de eso.

_ ¿Sabes qué una persona puede notar cuando está siendo observada con tanto detenimiento? _ De repente Mingi dijo todavía con los ojos cerrados pero formando una pequeña sonrisa.

Yunho bajó la mirada al instante sintiéndose un poco avergonzado por ser descubierto.

Escuchó una pequeña risita salir de los labios de Mingi y levantó la vista otra vez para encontrarse de lleno con esos ojos firmes observándolo.

_ Aunque no me molesta en absoluto que sea vos el que me mira de esa forma_ Agregó mientras se acercaba más a Yunho para darle un beso en los labios.

Yunho se relajó en ese momento y le devolvió la sonrisa.

_ Me alegro que no te moleste porque pienso seguir haciéndolo _ Yunho declaró y le guiñó un ojo.

Mingi levantó una ceja con tanta sensualidad que Yunho no pudo creer que alguien pueda seguir siendo tan sexy cuando recién se despertaba.

_ ¿Eso quiere decir que planeas seguir acostándote conmigo?_ Mingi preguntó poniendo su voz más grave de lo normal.

Addicted (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora