El corazón de una Cullen
Capítulo XXX
All i want
A pesar de que el 98 por ciento de los invitados no ingería alimento alguno, a todos les encantó el aroma a vainilla y canela que embriagó la casa. Incluso, con un poco mayor de atención, aquel aroma se alcanzaba a percibir a cierta distancia en la playa, en donde varios hacían surf gracias al estupendo clima que hacía aquel día.
-Esme, déjame ayudarte. No es justo que tú cocines cuando los interesados se encuentran en la playa –Bella ingresaba a la acogedora y pequeña cocina, en donde la aludida preparaba panqueques en el horno, y al mismo tiempo se concentraba en preparar más comida en la estufa.
-Tonterías, sabes que me encanta. Además, es mejor que Nessie y Jacob se distraigan, lo cierto es que René y Charlie no les dan tregua.
Ambas vampiresas rieron.
-¿Por cierto en dónde se encuentran?
-¿Tornado y tsunami? Hace un rato con Edward. A René sobre todo le encanta seguirlo.
-Ya no más –a la habitación entró Alice, con voz cantarina-. Claro que Edward será su abuelo y lo adoran como tal, pero sabes que en cuanto ven a la tía a la que casi no ven, enloquecen totalmente. Has de ver a Rosalie, está totalmente celosa del apego de aquellos dos con Gabriela y Alexander.
-Son a los que menos ven, es normal que se sientan apegados y quieran pasar tiempo con ellos cuando los visitan –repuso cariñosamente Esme.
-Eso y que les encanta venir para acá. Adoran la casa y pasear en los alrededores –agregó Bella.
-De hecho hace rato Charlie salió con Alexander, Emmet y Jasper a pasear por los bosques; mientras que René se encuentra arriba con Gabriela, le pidió que le dibujara algo –zanjó Alice sonriente.
-Gabriela tiene un particular don para atraer a cualquiera con aquella habilidad suya de dibujar –se quejó Rosalie, entrando también a la cocina. Las otras tres mujeres rieron-. Llevan la última hora allá arriba, y René parece nunca se cansará, es más, está más que emocionada con dibujar ella misma con su nuevo obsequio.
Las cuatro continuaron charlando de la vida, los hijos de Jacob y Nessie y en cuál sería el siguiente destino de la familia, ante la promesa de juntos emprender un viaje de aventura.
Por su parte, y con el ceño fruncido, evidencia de la concentración con que se dedicaba a trazar en el lienzo, Gabriela estaba en la última habitación de la casa –cuyo ventanal daba en todo su esplendor al océano- disfrutando de la presencia de René, quien a pesar de sus ocho años, poseía una inteligencia y sobriedad absoluta para admirar también lo que su tía venía haciendo la última hora.
La niña le había pedido que si le dibujaba algo para llevarse a su hogar, por lo que ahora la morena se dedicaba a inmortalizar parte de la familia en los terrenos de aquel lugar, como recuerdo de su visita.
-Tía ¿lo estoy haciendo bien?
René también hacía lo suyo, gracias al obsequio que ella y Alexander le habían dado en vista de sus aptitudes para la pintura también. Por ello, cuando giró a ver lo que su sobrina inmortalizaba, no pudo quedarse más conmovida por lo que veía; pese lo rústico de las líneas, la niña había logrado trazar a la perfección a sus abuelos, Edward y Bella.
-Lo estás haciendo estupendo. Deja que tu abuela lo vea y quedará encantada...
La niña, de mejillas sonrosadas y rizos como los de su madre, sonrió complacida y continuó con su labor. Gabriela, quien había dejado por un momento su trabajo, se dedicó a observar a la hija de Nessie casi con adoración; ello, y las pláticas que se desarrollaban en la casa, le dieron una paz interna por cómo su familia había logrado salir adelante a pesar de todo.
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El corazón de una Cullen
FanfictionLuego del nacimiento de Renesmee, la integrante más joven de los Cullen, la familia entera iniciará un cruzada por reunir voces amigas que den fe de la verdadera naturaleza no peligrosa de la hija de Bella y Edward. Forks se verá plagado de vampiros...