Antes de la tormenta

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El corazón de una Cullen

Capítulo XI

Antes de la tormenta

Aquel día inició mal, el plazo se había vencido y nos topamos con la partida de Alistair en su desesperado intento por no involucrarse. Tenía la ferviente certeza de que llegaríamos a batalla y no deseaba formar parte de algo que ciertamente –pese a nuestros avances- veía totalmente perdido.

Era temprano, y aunque todos nos encontrábamos listos, no se dejaba de respirar un aire de nerviosismo y tensión. Muchos restaron importancia a la partida del nómada e histérico amigo de Carlisle, no obstante, ello no quitaba el hecho de lo que el día por fin había llegado y estábamos por enfrentarnos a los Volturi.

Por ello, no sorprendía en lo absoluto la postura de cada grupo, pues a su manera y aún con las altas expectativas que teníamos, estaban conscientes de que había un gran riesgo de que todo para nosotros acabara. De ahí la reclusión de los irlandeses y los nómadas por separado; las amazonas estaban tranquilas, disfrutando del día junto a Benjamín y Tia a las afueras; los rumanos seguían entrenando en algún punto del bosque, pues se les escuchaba; mientras que los Denali aprovecharon para recluirse en el último nivel de la casa, reunión a la que se les había unido Garret, por su creciente interés hacia con Kate, así como Alexander.

Los licántropos no se encontraban, pero era obvio que estaban en la reserva aprovechando el tiempo en familia, algo similar que parecía querían realizar Carlisle y Esme, pues nos habían pedido esperar en la cocina en lo que Edward y Bella iban a despertar a Nessie.

-¿No es demasiado lo que estamos preparando, Rose? –Preguntó Emmett, quien llevaba los últimos minutos enfrascado en la preparación de hotcakes.

La rubia, quien estaba batiendo unos huevos, lo miró entre molesta y fastidiada.

-¿Has visto cómo come Renesmee últimamente?

Habiendo dicho ello, como si fuera obvio, volvió a lo suyo. Carlisle exprimía unas naranjas para hacer jugo, mientras que Esme preparaba algunos servicios en la barra para desayunar.

La escena era simplemente perfecta, como del tipo de familias que se veían en la televisión, exceptuando claro, el detalle de que ninguno de los ahí presentes comíamos.

-¿Ya freíste el tocino? –Preguntó Rose a Emmett quien se divertía creando figuras con los panqueques.

El musculoso la miró y se encogió de hombros, provocando una risa en Esme y Carlisle cuando la rubia rodó los ojos desesperada. Eran tan predecibles y tiernos juntos, que una punzada me recorrió todo el cuerpo pues a la mente se me vino mi encuentro con Alexander días atrás.

-Yo lo hago –me ofrecí antes de que mi mente viajara de nuevo a aquellos momentos que me habían arrancado horas y horas de pensamientos.

Entré a la cocina y saqué varios empaques del producto porcino. Emmett en aquel momento parecía en verdad se tomaba en serio aquello de distraerse, pues me vio enarcando una ceja.

-El único día que te necesitamos más avispado y andas en la nube –dije más para mí, provocando carcajadas en los demás-. ¿Se te olvida que Jacob se la vive pegado a Nessie?

-Sí, pero no están, se fueron a la reserva ayer...

-Exacto, y eso quiere decir que en cualquier momento llegará para pasar el día con Nessie, así que apresúrate que si ella come mucho, él traga como por tres...

-Yo diría más bien como por cuatro –el aludido entró a la cocina, sonriéndonos a todos.

Detrás de él venían Edward y Bella con Nessie en brazos. La niña, quien poco a poco crecía más como para ser alguien de brazos, nos reclamó a todos pues uno a uno se nos acercó para darnos un beso y un gran abrazo.

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