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Tony había estado trabajando en un nuevo proyecto, una mejora para Visión.

Sin embargo no se dio cuenta que había pasado horas en su taller hasta que Steve bajo por él.

–Tony, ya deja eso –demandó–. Ve a dormir.

–No, no, ya casi termino.

–Bien, tu lo pediste.

Y sin verlo venir, Steve lo tomó por la cintura y lo cargo hacía su habitación.

–Steve, ¡bajame! –Tony pataleaba–. Tengo que terminar mi trabajo.

–No, ya pasaste horas ahí abajo, debes dormir.

–No si el café es lo que me mantiene despierto.

Steve dio una especie de gruñido ante lo dicho.

–Donas y café –murmuró el rubio–, ¿alguna otra adicción?

En ese momento el Tony coqueto salió a la luz.

–Bueno –comenzó diciendo con un toque de diversión en su voz–, solía solo ser adicto al café, ¡pero ahora también soy adicto a ti!

Steve paro en seco, Tony pensó que lo había dejado nervioso, pero pasó todo lo contrario.

–¡Maldición Tony!, también bebiste.

–¿Qué? –preguntó sorprendido–. ¡Claro que no!

Habían llegado a la habitación del castaño y Steve lo dejo en la cama, cuando se dio la vuelta dispuesto a salir, volteó la cabeza y con una mirada de preocupación respondió.

–Solo duerme.

Y con eso salió dando un portazo.

–Maldito Steve, ¡maldito seas! –gritó Tony sabiendo que el cuarto era insonoro.

¿Qué no había sido lo suficiente directo?

Al parecer no.

–Pero no importa, caerás, tarde o temprano lo harás –susurró para si mismo.

Y con esa frase silenciosa cayo dormido.


Steve hace que ponga una cara así:  ಠ_ಠ

¿O no?

Se despide Derphs.

PiroposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora