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–¡Nat! –gritó Steve–. ¡No encuentro a Tony!

–¿Qué?

–Salí un momento para llevarle comida y cuando volví, ¡ya no estaba!

–Calmate Steve, lo encontraremos –dijo la mujer tranquilamente–, no puede estar tan lejos, esta enfermo y con las defensas bajas. Debemos buscar en algún lugar en el que siempre este, un lugar en el que nadie pueda acceder o entr... –de pronto, Nat vio como Steve, quien ni siquiera la dejo terminar, daba la vuelta y corría hacia el ascensor–. ¿A dónde vas?

–¡Ya se donde esta!

En cuanto las puertas del ascensor se abrieron, Steve corrió por los pasillos lo mas rápido que pudo. Hasta que llego a las puertas del lugar, y para su enojo, ahí estaba él castaño.

En su taller.

–FRIDAY –comenzó, para después decir la contraseña de acceso–. Donas.

–Lo siento Capitán, contraseña invalida.

–¿Pero qué...?, FRIDAY, dejame pasar, ahora.

–Lo siento Capitán, tengo ordenes de no dar acceso a nadie.

Steve bufo frustrado.

–¡Tony! –gritó esperando que el castellano lo oyera a través del cristal–. Dejame pasar.

El castaño, que hasta ese momento volteó a verlo, mostró en su cara una sorpresa extrema. Y con rapidez y torpeza, se dirigió a la puerta, y la abrió.

–¿Steve?

El rubio pudo ver como Tony no estaba bien, ojeras marcadas, nariz roja e irritada, ojos cansados y una imagen de completo desastre.

–¡Tony! –exclamó preocupado–. ¿Qué demonios haces aquí?

–Capi, Capi, Capi –empezó él castaño bastante mal, se notaba mareado–. Lenguaje.

Steve dio una especie de gruñido y se acerco a él con intención de cargarlo.

–Vamos, debes volver a la cama.

Tony solo dio una risilla y se dejo cargar por Steve.

Ya en sus brazos, Tony solo pudo admirarlo, guapo, amable,  encantador... Pero no de él.

–Si supieras cuanto pienso en ti –susurró–, me denunciarías por acoso mental.

Steve paró en seco, lo había oído y entendido claramente, sin embargo, un estornudo lo hizo rápidamente volver de sus pensamientos y seguir su camino.

–¿Por qué saliste de la cama Tony? –preguntó Steve cuando al fin estaban en la habitación y el castaño ya acostado.

–Debía alejarme –contestó con simpleza.

–¿De qué?

Tony solo lo miró, sonrió y mientras caía dormido susurró.

–De ti.


¡Hey!

Disculpen por no haber actualizado este fin... 👉🏻👈🏻

El destino me incapacitó, pero aquí estoy :)

Ahora, lo importante.

¡El Capi al fin reaccionó al piropo de Tony!

Eso es una buena noticia, ¿no?

Dicho esto, Derphs se despide.

PiroposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora