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Tony había decidido llevar a Steve a un pequeño restaurante lejos de la ciudad, manejaron un largo tiempo, pero la espera valió la pena.

–¿Te gusta? –preguntó él castaño bajando del auto después de estacionarlo.

El restaurante era pequeño, hogareño, de colores cálidos y estaba lleno de plantas. Había unas cuantas mesas afuera, las cuales daban vista a un hermoso paisaje. Y para fortuna de ambos, el día era soleado y hermoso.

–Es hermoso Tony –susurró encantando el rubio–. ¿Cómo sabes de este lugar?

–Peter me trajo –respondió–. Su novio dice que aquí venden la mejor comida mexicana del mundo.

–¿Su novio?

–Mierda –dijo Tony–, se supone que nadie debe saberlo, Pet es algo paranoico. Promete que no dirás nada hasta que él mismo te lo diga ¿si?

Steve sacudió la cabeza con una sonrisa.

–Si Tony, lo prometo.

Cuando ambos entraron al establecimiento tomaron asiento en la mesa más cercana a una ventana.

Steve quería admirar el paisaje y Tony solo quería admirarlo a él.

–Bueno, iré por una orden de tacos o lo que sea que encuentre.

–Te acompaño.

–No, no –Tony negó y le extendió una maleta que traía con él–, ten, se que te gusta dibujar, dibuja el paisaje entonces.

Cuando el castellano se dio la vuelta, Steve abrió la maleta y para su sorpresa encontro algunas libretas y lápices, inevitablemente un ligero sonrojo cubrió su rostro, uno que Tony no alcanzó a ver.

Unos minutos después, el castaño volvió con una orden de tacos y unos refrescos.

Cuando dejo la orden en la mesa, se quedo viendo a Steve y él rubio le devolvió la mirada intrigado.

–¿Crees en el amor a primera vista o me vuelvo a pasar? –preguntó divertido el castaño.

Steve río.

Y él corazón de Tony se derritió.

Ese rubio lo iba a volver loco.

¡Tacos y Stony!  (」゚ロ゚)」

¿Qué les gusta más?

Derphs fuera.

PiroposDonde viven las historias. Descúbrelo ahora