Hazme daño y sentiré lo mismo que tú

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Azura rápidamente sintió la tensión que se había formado en el corto tiempo que estuvo ausente, así que por el bien de su noche, decidió actuar con rápidez:

—Hola, mamá; hola, mami —saludó Azura.

Azura abrazó primero a Amity, quien la besó en la mejilla. Era casi tan alta como ella. Después estrechó a Luz.

—No te abracé cuando llegaste, mamá. Me alegro de que hayas podido venir. —Se separó de Luz y agregó—: ¿Se acuerdan de Hécate Blair?

—Señoras Blight —las saludó Hécate antes de abrazarlas.

La pareja de Azura era una alfa pelirroja, alta y delgada. Su olor a vainilla invadió rápido la estancia, apaciguando "la nube de olor" que habían dejado Luz y Amity.

—Hécate cenará con nosotras. Espero que hayas dado la vuelta al lomo, mamá.

Azura se encaminó deprisa hacia la cocina, se acercó al fregadero, abrió el grifo del agua caliente y empezó a llenar una cacerola. Luz entró tras de ella y la obligó a dar media vuelta.

—¿Qué crees que estás haciendo? —masculló Luz. El sonido del agua corriendo y de la canción "The Wrong Girl" casi tapó su voz.

—Voy a hervir fideos para acompañar la carne.

Azura colocó la olla en el fogón y lo encendió.

—No te hagas la tonta conmigo, Azura. Estoy tan furiosa que sería capaz de arrojar el lomo al cubo de la basura y a ti detrás de él. ¡En la nevera... —añadió la más mayor de las dos mientras señalaba el electrodoméstico con el dedo— hay un bote entero de crema de leche! ¡Has organizado todo esto para reunirme con Amity!

Azura empujó el brazo de Luz como si pasara por un torniquete y abrió la puerta del refrigerador. Sacó el envase de crema y dobló la pestaña para abrirlo.

—Así es. ¿Cómo ha ido? —preguntó la menor con buen humor.

—¡Azura Blight, me entran ganas de echarte el bote entero sobre la cabeza!

—No me importa, mamá. Alguien tiene que hacerte entrar en razón.

—Amity y yo no tenemos veinte años, de modo que no necesitamos que nos conciertes una cita.

Azura dejó el cartón de crema y se volvió hacia Luz.

—¡No es verdad! —murmuró Azura furiosa—. Tú tienes cuarenta años, pero actúas como toda una cachorra. Durante seis años te has negado a estar en la misma habitación que mami, a tratarla correctamente, aunque fuera por el bien de tus hijos. He decidido poner fin a eso, aunque tenga que humillarte. Esta es una noche importante para mí, y sólo te pido que te comportes adecuadamente con Hécate aquí presente.

Luz se ruborizó y miró fijamente a Azura, que sacó de la alacena un paquete de fideos y se lo tendió.

—¿Te importaría agregarlos al agua mientras yo acabo de preparar el lomo? Después regresaremos al comedor para reunirnos con Hécate y esa descarada... quiero decir, con Amity. Prometo comportarme a partir de ahora.

Cuando las omegas entraron en el comedor, advirtieron que las dos alfas, se encontraban sentadas en el sofá, habían hecho lo posible para aligerar la tensión. Azura tomó de la mesita auxiliar la fuente con el queso.

—Mami, Hécate, ¿nos acompañan?

Luz colocó una silla al fondo de la habitación, donde la alfombra se juntaba con el suelo de vinilo de la cocina, y se sentó. Estaba indignada y avergonzada por la reprimenda que le había echado su hija. Hécate y Amity untaron de queso una galletita y la comieron. Azura acercó la fuente a Luz.

TÚ & YO, ¿QUÉ PODEMOS HACER? -LUMITY ADAPTACIÓN OMEGAVERSE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora