Tan solo ayer parece que tomadas de la mano...

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muy quedo nos jurábamos guardar por siempre aquel amor...

A Azura le resultó agradable pasar la víspera de su boda en el hogar de su infancia. Poco después de las once, cuando dejó caer sobre su cama la maleta, pensó que todo era más o menos como durante su adolescencia. Hunter estaba abajo, en su habitación, oyendo la radio con el volumen bajo. Luz se desmaquillaba en el cuarto de baño. Por un momento la omega pensó en que Amity apagaría las luces del vestíbulo, se acercaría a la puerta del dormitorio y diría: "Buenas noches, brujita."

Se sentó sobre el colchón y observó la estancia. El mismo papel floreado en tonos azul pálido en las paredes, la misma colcha de rayas, las mismas cortinas, los mismos...

Se aproximó al tocador y vio que en el marco del espejo estaban sus fotos de la escuela; no sólo la de segundo grado, de la que se habían reído el día en que se probó el vestido de novia, sino de todos los trece, desde la guardería hasta el último curso. Con una sonrisa en el rostro, las examinó una por una antes de darse la vuelta y ver sobre la mecedora del rincón su muñeca y, apoyada contra su manita, la nota de su vieja amiga.

La omega agarró la muñequita, se sentó con ella en el regazo y miró hacia la entrada del vestidor, donde estaba su traje de novia.

Estaba totalmente preparada para el matrimonio. La nostalgia era divertida, pero no conseguía llevarla al pasado. Se sentía feliz por subir al altar, por estar embarazada, por no haber aceptado vivir con Hécate sin casarse.

Luz apareció en la puerta con un bonito camisón y una bata color melocotón.

—Sentada ahí pareces muy adulta —comentó mientras se aplicaba una loción en la cara.

—Me siento muy adulta. Precisamente ahora mismo pensaba que estoy preparada para el matrimonio. Es una sensación maravillosa. ¿Recuerdas cuando, años atrás, te pregunté qué pensabas de los omegas que conviven con un alfa sin casarse? Tú respondiste:

"Si lo haces, te arrepentirás siempre." Gracias por eso, mamá.

Luz entró en la habitación, se inclinó sobre Azura y la besó en la frente.

—De nada, cariño.

Azura apoyó la cabeza contra el pecho de Luz y la abrazó.

—Estoy contenta de estar aquí esta noche. Así es como debía ser.

Cuando se separaron, Luz se sentó en la cama.

—Sin embargo —agregó Azura—, ¿sabes qué es lo que me hace más feliz?

—¿Qué?

—Tú y mami. Es tan hermoso verlas juntas otra vez.

—Es increíble lo bien que nos llevamos...

—Algún, eh... —Azura hizo un gesto de prestidigitador con la mano.

—Ningún "eh" de nada. Sencillamente hemos recuperado nuestra amistad.

—Es un buen comienzo, ¿no?

—¿Necesitas ayuda mañana? Me tomaré todo el día libre, de modo que tendré tiempo.

—No lo creo. Por la mañana iré a la peluquería y a las cinco deberé estar en la iglesia para las fotografías.

—Por cierto, Amity me ha preguntado si puede llevarte en su coche a la iglesia. Dijo que pasaría a buscarte a las cinco menos cuarto.

—¿Tú también vendrás? ¿Y Hunter?

—No veo por qué no.

—Después de seis años, juntos otra vez.

TÚ & YO, ¿QUÉ PODEMOS HACER? -LUMITY ADAPTACIÓN OMEGAVERSE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora