Ella me enciende, entonces toda mi violencia se va

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Luz recibió el plano del piso de Amity el lunes por la mañana. La alfa lo había enviado por correo, junto con una nota escrita con la letra que la omega conocía bien, sobre una hoja de papel con el logotipo morado de su compañía en la parte superior.

Luz, tal como te prometí, aquí está el plano; con respecto a revestir de espejos las paredes de la galería, adelante. Creo que me gustará. He reflexionado sobre lo que dijiste antes de marcharte y he comprendido que debí haber sido más tolerante en algunos aspectos. Tal vez podamos hablar un poco más del tema. Fue muy agradable volver a verte.

—Amity—

La omega sintió una extraña vibración al ver la caligrafía de la alfa. Resultaba curioso. Era como examinar el cepillo de dientes después de que Amity lo hubiera usado, o su toalla húmeda, las cosas que la alfa había tocado, tenido en sus manos. Luz releyó cuatro veces el mensaje e imaginó la mano de la mujer mientras sostenía la pluma para escribirlo. "Tal vez podamos hablar un poco más del tema." Bien, ésa era una sugerencia cargada de significado. ¿O no? ¿De verdad le había parecido agradable a Amity volver a verla? ¿No había sentido Amity la misma tensión que ella? ¿No había experimentado la necesidad de escapar, como ella?

Amity recibió una llamada de Azura.

—Hola, mami, ¿cómo va todo?

—Muy bien, cariño. ¿Qué tal estás tú?

—Ocupada. No sospechaba que planear una boda fuera tan laborioso. ¿Estás libre el sábado por la tarde?

—Puedo estarlo.

—Bien. Tendrás que acompañar a Hécate y al señor Hooty a escoger los esmóquines. En Grimgrub's.

—¡Esmóquines!

—Parecerás toda una rompecorazones, mami.

Amity sonrió.

—¿Tú crees, linda? ¿A qué hora y dónde?

—A las dos en Deadwood.

—Allí estaré.

Hunter no había pensado que Amity también acudiría. El alfa entró en Grimgrub's a las dos de la tarde del sábado siguiente y allí estaba su madre, en una animada conversación con Hécate y Hooty Blair. Hécate lo vio llegar y se adelantó para abrazarlo.

—Aquí está el último que esperábamos. Hola, Hunter, gracias por venir.

—De nada. Es un placer.

Hooty le estrechó la mano al más joven de los alfas presentes.

—Hola, Hunter.

—Señor Hooty...

Sólo quedaba Amity, que extendió su mano hacia su hijo.

—Hunter...

Hunter miró los ojos tristes de su madre y sintió el deseo de arrojarse a sus brazos y decirle "hola, mami". Sin embargo, hacía años que no la llamaba 'mami'. La palabra brotaba de su interior y parecía llenarle la garganta, para ser pronunciada o reprimida.

Por fin, Hunter apretó la mano de la mujer.

—Hola —se limitó a saludar.

Amity se sonrojó y estrechó la mano de Hunter.

Un beta se aproximó hasta los cuatro alfas.

—¿Están todos? Si quieren pasar por aquí...

Hécate y Hooty siguieron al beta de inmediato, mientras Amity y Hunter intercambiaban miradas de indecisión, hasta que la primero indicó a su hijo que pasara delante. El beta los condujo a un salón alfombrado, donde había espejos y esmóquines de todos los colores, desde el negro hasta el rosado, y olía a ropa recién planchada.

TÚ & YO, ¿QUÉ PODEMOS HACER? -LUMITY ADAPTACIÓN OMEGAVERSE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora