Capítulo 14: No hay lugar para mí

219 17 23
                                    

- Lo voy a matar - dijo el Luci antes de colgar.

Acerqué las rodillas al pecho y escondí la cara en las manos, ahora sí que iba a quedar la escoba. 

Le echaba un vistazo a Ben, que cada tanto me miraba con los ojos llenos de furia, y luego dirigía mi atención a la puerta. El Luciano podía entrar en cualquier momento y sabía que era capaz de agarrarse a combos con Brereton por haberme soltado.

La tensión en el aire me ahogaba y yo abrazaba más mis rodillas con la esperanza de hacerme pequeñita hasta desaparecer, o al menos, hasta ser lo suficientemente insignificante como para que el odio de Ben no se me clavara en el pecho.

El Luci entró por la puerta y miró hacia todos lados, agitado. Llevaba la mano empuñada, sosteniendo con más fuerza de la necesaria lo que a mí me pareció un cambio de ropa. Me apuré en llegar hasta él antes de que encontrara a Brereton.

- Luci, basta - me paré en frente de él para impedirle seguir avanzando - es un mal entendido, él no quiso hacerlo, fue un accidente.

Sus manos fueron a dar a mis hombros para apartarme del camino. Puse una mano en su mejilla para hacer que me mirara a los ojos e intentar calmarlo.

- Yo estoy bien, la que salió herida es Kim, y Ben ya tiene suficiente con eso - lo defendí, sin comprender del todo por qué lo hacía.

- Esto no se va a quedar así - insistió.

- Hey, Luci - grité a sus espaldas y usé mi último recurso - ¿No que me ibas a traer ropa? Se está empezando a poner fresco y...

- Verdad - se pasó la mano libre por la cara, todavía frustrado - la Cami te mandó esto.

- ¿Me acompañas a cambiarme? - me encaminé hacia el baño y esperé a que me siguiera, podía ir sola perfectamente pero quería mantenerlo alejado del gringo.

- Ya, vamos - me pasó su polerón por encima de los hombros, imagino que debía llamar mucho la atención una bailarina en una sala de urgencias.

Me metí a un cubículo del baño mientras mi amigo me esperaba afuera. Su hermana me había mandado unos jeans de color celeste y una camiseta manga larga, me quedé con el polerón del Luci para taparme un poco más. Cuando volvimos al hall Ben estaba hablando a puras señas con un doctor, apuré el paso.

- Hola, disculpe, yo voy a traducir para él - los interrumpí.

- Qué bueno que llegó, ¿usted es familiar? - respondió el médico.

- No, no - negué con la cabeza - soy su amiga.

- Bueno, le estaba comentando a Ben que su novia ya está bien, le terminamos de pasar el suero y ya está lista para irse a su casa. La verdad es que no es nada grave, es un esguince de tobillo grado 1 así que le dejamos solamente recomendaciones generales: aplicar hielo en caso de dolor, usar zapatos bajos, suspender actividad física por dos semanas, pero no necesita volver a control ni que le dejemos analgésicos.

- Me alegro de oír eso - le sonreí - ¿la esperamos aquí o...?

- Sí, un camillero la va a venir a dejar hasta acá, no se preocupen.

Suspiré de alivio, me había pasado tantos rollos de solo pensar en que ella se había lastimado por mi culpa. Ben tenía razón, si no hubiese estado bailando conmigo ella estaría bien ahora. Traduje lo que me dijo el médico para él:

- ... so basically she's fine, just need some rest, maybe some ice, but there's no need of painkillers or any special care. He said that... (... así que básicamente ella está bien, solo necesita un poco de reposo, quizá algo de hielo, pero no hay necesidad de analgésicos o algún cuidado especial. Él dijo que...)

- Kim! - exclamó él de repente y dejó de escucharme para correr hacia la rubia que venía en silla de ruedas.

Le dio un beso en los labios.

- I was so worry about you, I'd die if something happened to you (estaba tan preocupado por ti, me muero si algo te pasa).

- Honey, I'm fine (cariño, estoy bien) - ella le acarició el rostro para darle calma - I'm here, I'm healthy, there's nothing to worry about (estoy aquí, estoy bien, no hay nada de qué preocuparse).

- I'll take care of you (cuidaré de ti) - él se arrodilló frente a su rostro - I'm so sorry, I should have come faster to catch you (lo siento tanto, debí haber llegado más rápido para atraparte).

Observé la escena a unos pasos, con el corazón apretado. 

"No me cabe duda, Ben", admití tragándome las lágrimas, "sé que vas a cuidar de ella como me gustaría que lo hicieras conmigo".

- Thank you so much (muchas gracias) - dejándose llevar por la emoción, Brereton le dio un fuerte abrazo al camillero que se quedó pasmado sin saber cómo reaccionar, y más aun cuando sus pies se elevaron del suelo.

- I'll take you home (los llevaré a casa) - apareció la voz de Luck detrás de mí.

Los guió hasta los estacionamientos, yo me mantuve unos metros detrás y aproveché de secarme las lágrimas que se me estaban escapando.

Ben tomó a Kim en brazos y la ayudó a acostarse en los asientos de atrás, procurando que mantuviera su tobillo en alto. Luevo fue a abrir la puerta del copiloto pero pareció dudar un segundo, y yo sabía por qué.

- There's no room for me (no hay lugar para mí) - dije casi en un susurro, pero intenté esconderlo con una sonrisa.

Ben me miraba como si no supiera qué hacer y yo lo entendía: quería que Kim tuviese espacio atrás para irse recostada, pero eso significaba que solo cabían 3 personas en el auto. No quería darle más problemas de los que ya tenía.

- Please (por favor) - le cedí el lugar - you should go home with Kim, my house is near here, I can walk (tú debes ir a casa con Kim, mi casa está cerca de aquí, me puedo ir caminando).

- I can't let you do that (no puedo dejar que hagas eso) - me habló por primera vez en mucho tiempo, pero yo ya le estaba dando la espalda para salir de ese lugar.

- ¡Clara! - me llamaba el Luciano - ¿Estai loca? ¿Cómo te vas a ir caminando?

Eso era cierto, mi casa quedaba bastante lejos de allí pero en estos momentos no me importaba.

- ¡Clara! - gritaba mi amigo con impotencia desde el asiento del piloto.

- ¡Necesito estar sola! - contesté en un arrebato y la voz se me quebró. 

Me sentía mal por mentir, por estar aprovechándome de que Ben no sabía español y por preocupar más de la cuenta al Luciano. Me sentía mal por los golpes, por el hematoma en mi muñeca que me hacía pensar por lo bajo en un esguince grado 3, si es que no una fractura. Me sentía mal porque me había estado aguantando las ganas de llorar durante horas, pero sobre todo, porque me tocó asumir que así como no había lugar para mí en el auto, tampoco lo había en la vida de Brereton.

⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆⋆

Descalza (Ben Brereton y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora