Me removí incómoda bajo la manta. Todavía sin abrir los ojos, sentí que algo me aplastaba sobre mi hombro, ¿acaso se me había dormido el brazo y por eso lo sentía como un peso muerto? Usé mi otra mano para apartarlo y dormir un poco más.
Espera, ¿por qué estoy sentada? ¿no debería estar en mi cama?
Abrí los ojos y me incorporé. Me tomó un par de segundos orientarme. "Ese es el televisor de mi sala de estar, y si la ventana está de este lado significa que estoy en el sofá, ¿pero por qué?", pensé.
Terminé de enderezarme y me pasé las manos por la cara para despejarme un poco el sueño. Qué extraño, todavía sentía ese peso contra mi brazo.
"De seguro es un cojín", me dije y lo aparté sin cuidado.
Me sobresalté cuando el "cojín" emitió un ruido.
- ¡Ben! - exclamé en un susurro.
Acto seguido me tapé la boca, Brereton seguía durmiendo. Lo tomé por los hombros, despacito, para acomodarlo de manera que se mantuviera erguido sin apoyarse en mí. Me puse de pie y miré a todas partes pensando qué hacer.
"No, no, no", me paseaba de un lado a otro de la sala, "esto no debía pasar, él debería haber dormido en mi cama y yo debería haberme ido a acostar temprano, ¿pero por qué?".
No me gusta que las cosas no vayan según el plan, estaba segura de que en alguna parte de mi agenda estaba escrito que tenía que acostarme más temprano anoche. Estiré el brazo hasta sacar mi mochila y rebusqué dentro de ella mi planner. Mis dedos apenas alcanzaron a rozarlo cuando sonó una alarma en mi teléfono.
Me apuré en ir a apagarla antes de que pudiera despertar a Ben, pero él seguía durmiendo como un tronco, era impresionante.
- Parece un osito - susurré cubriéndolo con la manta, es que me daba demasiada ternura.
Revisé el historial de alarmas, me parecía extraño que sonara una hoy, por lo general solo las ponía cuando tenía algo realmente importante.
En la pantalla se leía "prueba de vestuario en media hora".
Ay no.
Hasta aquí me duró lo tierna con Ben, ahora tenía que despertarlo como fuera.
- Ben, Ben - lo sacudí por los hombros - wake up, we have to leave, Ben! (despierta, tenemos que irnos, ¡Ben!)
- Claire, what...? (Claire, ¿qué...?) - preguntó medio dormido - what is it? (¿qué pasa?)
- I'm late (estoy atrasada) - le expliqué lo más rápido que pude mientras buscaba sus zapatillas y metía unas barritas de cereal en mi mochila - I have to be at the company in less than 30 minutes, it's the costume test, if I'm missing they kick me out (tengo que estar en la compañía en menos de 30 minutos, es la prueba de vestuario, si falto me echan).
- Don't worry (no te preocupes) - reaccionó - you'll be there, I promise (estarás ahí, te lo prometo).
- I know, but we have to leave now (lo sé, pero nos tenemos que ir ahora) - insistí, me agaché y yo misma le abroché las zapatillas para que nos fuéramos pronto - we can get breakfast on the road, c'mon (podemos desayunar en el camino, vámonos).
Ben se preocupó de doblar la manta y ponerla con cuidado sobre el sillón para que se viera ordenado, valoré su gesto pero preferiría que ya estuviéramos en camino a la academia.
Parece que esto de correr se estaba volviendo algo habitual en nosotros, ayer escapábamos de los fans en la carnicería y hoy corremos hasta la escuela de ballet porque no hay tiempo de esperar la micro.
Cuando faltaba una cuadra para llegar bajé un poco el ritmo y comencé a buscar en mi mochila algunas cosas que necesitaba para entrar: el elástico para el tomate de bailarina, el papel donde tenía anotado el número del salón donde sería la prueba y algunas horquillas.
Paré en seco cuando sentí que se me cayó algo. Miré hacia atrás y allí estaba, tirada en la vereda, una de mis zapatillas nuevas.
No atiné a hacer nada. Era obvio que tenía que devolverme a buscarla pero mi cuerpo no respondía.
- Keep running! (¡sigue corriendo!) - gritó Ben a mis espaldas - I got it, keep running, run Cinderella (la tengo, sigue corriendo, corre Cenicienta).
Sin bajar la velocidad se agachó a recogerla y supe que todo estaría bien. Le sonreí como agradecimiento y volví a concentrarme en hacerme un moño mientras estaba a pasos de la entrada.
El reloj de la recepción mostraba las 09.28, yo tenía que llegar antes de las 09.30. Suspiré de alivio.
Me puse bien la mochila en la espalda y avancé por el pasillo hasta el salón.
Pero algo me hizo volver sobre mis pasos.
- Good luck (buena suerte) - se despidió Ben con la manito.
Me giré para encontrarme con su carita sonriente pese al esfuerzo. Se quedó parado, como un niño, esperando a que yo entrara.
Y yo no lo podía dejar así.
- I love you (te amo) - dije sin pensar.
Y como si eso no fuese lo suficientemente atrevido, me apresuré en dejar un corto beso en sus labios.
Y él me lo correspondió dándome otro de vuelta.
Llegué con una sonrisa de tonta al salón, donde la modista esperaba con cara de pocos amigos a que dieran las 09.30 para cerrar la puerta y no dejar entrar a nadie más.
Saludé a mis amigos con un gesto, todavía no lograba calmar mi respiración agitada por la carrera.
- La Clarita llegando tarde - bromeó la Cami - va a temblar.
- Te apuesto que es por el gringo - agregó el Luciano de mala gana.
- Te apuesto que es porque se acostó con el gringo - lo corrigió su hermana, haciendo énfasis en la última frase.
No supe qué responder. La inofensiva broma de mis amigos me hizo recordar todo lo que pasó estos últimos dos días, incluyendo lo que le dije a Ben hace algunos minutos. Me pregunto cómo se lo habrá tomado.
...
- There you are (ahí estás) - escuché su voz a mis espaldas y lo vi en el espejo sonriendo detrás de mí.
- You arrived earlier today, to what do I owe the honor? (llegaste más temprano hoy, ¿a qué debo el honor?) - dije jugando para romper la tensión.
- Kim is not here (Kim no está aquí) - susurró en mi oído - so we have a lot of work to do (así que tenemos mucho que hacer).
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Fuertes declaraciones de Brereton... ¡Qué coqueto!
Y la Clarita no se queda atrás.
¿Qué quiso decir Ben?
No olviden darle amor al fic e ir a conocer las otras historias que tengo en mi perfil <3
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Descalza (Ben Brereton y tú)
ФанфикEn un mismo teatro puedes oir las pisadas de unas zapatillas de ballet y unas botas de fútbol, donde una bailarina interpreta historias de amor con el corazón roto, y un futbolista aprende que bailando puede reparar el suyo. A la Clarita no le gust...