Capítulo Onceavo.

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Los días transcurrían y no veía a Sam por ninguna parte, tras aquel día en que me llevo al tétrico puente, no volví a verlo. No iba a la cafetería, no tenía su número de teléfono, ni absolutamente nada con que contactarlo. Sonará completamente increíble e incluso iluso decir ésto por mi parte, puesto que no conocía nada de mi y lo que yo sabía de él era muy poco, pero la verdad es que no podía sacarlo de mi mente. Como aquellas veces cuando ves por la calle o en el autobús a una persona y es amor a primera vista, sin embargo te sientes mal pues sabes que no volverás a verlo/a. Eso sentía por Sam, no teníamos ua historia extensa, nada de besos o citas románticas para recordar, pero algo en mi interior había revivido cuando el apareció. Despertó mis partes muertas. Sin embargo, algo en mi interior, posiblemente mi miedo o inseguridad, gritaba:《¡Están destinados a no ser!》
Y es que a veces confundía ser realista con ser una mujer totalmente pesimista. Porque esas cosas románticas le dan más credibilidad al amor. Que te envié mensajes llenos de corazones y deseándote un buen día. Que llame para saber si estás bien o simplemente porque te extraña, que haga lo posible por verte aún cuando esté muy lejos. Pero las cosas no eran así, estaba estancada con alguien que había perdido la esperanza de amar o simplemente no sabía como hacerlo, no había citas, ni mensajes ni corazones, ni "Te quiero" o "Te amo". Era sólo Traw Sanders enamorada de alguien a quien apenas conocía. 《¡Ilusa!》 《¡Patética!》 《¡Soñadora!》 《¡Va a lastimarte ¿Qué esperas para alejarte?!》Este tipo de comentarios aglobaban mi mente y no podía dejar de escuchar a mi yo interna regañandome por no poder olvidarlo. Cassie, la señora Davies, todos me decían que sería mejor si me alejase de Sam, pero ellas no lo entendían, pues simplemente veían a una jovencita inocente y enamorada, de alguien de quien no sabía nada, eso creían, pues es lo que se observa a simple vista. Pero la gente que pide que me aleje no sabe que si él me hace daño estando cerca de mi, me mataría si se fuese. No era una simple ilusión, nadie podía entender lo que sentí cuando lo vi en el tren, nadie comprendía mi emoción cada vez que el me sonreía, absolutamente nadie podía darse cuenta de que a pesar de que no hay una historia presente, había algo que nos unía. Podía ver el claro y perfecto rostro de Sam, no sólo en mis sueños, sino también en momentos repentinos del día, su imagen atravesaba de una manera fugaz mi mente, o imágenes de nosotros juntos, pero en situaciones que yo no recordaba. Quizá Sam fue mio, en una vida pasada, posiblemente eso explicaría el porqué me duele tanto el pecho, cuando no lo tengo cerca, aunque sea para que me ignorase.
-Traw ¿Estás bien? -preguntó Cassie, apoyada en el mostrador, con una mirada que buscaba más que una respuesta.
¿Cuál es la definición de "bien"? sea cual fuese, yo no me sentía así. 《Me duele mucho el pecho por cada segundo que pasa, quisiera irme a casa, recostarme en la cama, hundirme en las colchas y llorar hasta quedarme dormida. Quisiera tener un botón mágico de "Borrar" para oprimirlo y que de un momento a otro ya no sintiese nada por Sam, pero sé que las cosas no son así, no puedo borrar lo que siento por mucho que intento, y estoy jodida, pues ésto me consume completamente, su ausencia me asfixia a tal punto, que el tiempo se vuelve eterno, al igual que mis sentimientos hacia él. No Cassie no estoy bien》pensé.
-Si Cass, sólo estoy algo cansada, no dormí muy bien. -mentí, era preferible a tener que dar largas explicaciones de algo que sólo yo comprendía.
-Traw, hemos estado viviendo juntas, sé todo acerca de ti, no me mientas ¿quieres? He sabido que Sam salió de viaje, al parecer tuvo un desfile de modas y no regresará hasta el próximo viernes. ¿Es esa la vida que quieres? ¿Tener que verlo después de varias semanas o incluso meses? no quiero eso para ti cariño, estoy consciente de que haces tu mayor esfuerzo por cambiarlo y que se enamore de ti pero... ¿Y si no funciona, estarás allí para recoger los pedazos?
-Cada uno de ellos. -dije con tanta firmeza, pues mis sentimientos eran concretos.
El día continuó igual, como cada aburrido día sin él. La soledad y la incertidumbre se habían mudado a mi mente y corazón, ya que mientras Sam no regresará, ellas serían mis huéspedes.
En la noche, luego de llegar al apartamento y cenar, Cassie salió con sus amigas a un bar ella me invitó pero le dije que no me sentía bien, lo cual era cierto, no me sentía de humor para salir, pues estaba hecha un total desastre. Entonces divisé la puerta corrediza de cristal que daba a la pequeña terraza, necesitaba tomar aire así que salí y me senté en la barrandila, miré hacia abajo, a pesar de que odiaba las alturas, estaba dispuesta a utilizar cualquier método con tal de olvidarme de todo, entonces miré a lo lejos a una mujer cargada a su bebé en brazos, jamás olvidaré aquella dulce mirada con la que la veía. La besó y la cubrió con una pequeña manta rosa, mientras caminaba posiblemente hacia su casa, eso me recordó a mi mamá. Una parte de mi la odiaba por no haber hecho nada mientras mi padre me maltraba por años, sin embargo ella era una víctima más, y debía saber si estaba bien, creo que era hora de irla a visitar.
Y sucedió. Un mensaje había hecho vibrar a mi teléfono, lo saqué del bolsillo de mi pantalón, lo abrí: "No tienes idea de cómo odio las noches, en que quiero tenerte cerca y sin embargo no puedo visitarte. Te extraño Traw pues tu manera de ser es tan pura que a veces me pregunto si en verdad podrías salir con alguien como yo. Regresaré pronto, Sam."
Estaba esperando una señal, y podía aceptar ese mensaje como una. ¿Estaría mal sin conservo algo de esperanzas?, pero...¿Cómo consiguió mi número de teléfono? bueno, era Sam Williams, tenía muchos contactos no debía sorprenderme. Mi corazón recobró su ritmo normal, es increíble como aquellas 47 palabras habían cambiado mi noche y estado de ánimo. Pues bien, esperaría a Sam y entonces nuestra historia comenzaría.

Reencarnando a mi amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora