Capítulo veinte.

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El sonido de la puerta de pronto interrumpió mi momento de reflexión.
-Traw, ven a desayunar. -Gritaba mamá desde el otro lado.
-Ya voy mamá. -respondí levantándome de la cama y acomodando las sábanas.
Hace mucho que no hablaba con mi madre o con Cassie respecto a mi extraño comportamiento, era difícil hablar de eso con mi madre cuando ella creía que Sam era perfecto y a su vez no podía reverlarle todo lo sucedido a Cass pues obviamente sería algo muy incómodo, cuando ambas tenemos muy en claro que fue su ex, eso provocaba que me sienta como una total egoísta.
Mientras desayunábamos únicamente escuchaba la conversación que mantenía Cass con mi madre, acerca de algunas tiendas del centro de la ciudad, y la ropa que se pondrá de moda en ésta temporada, una parte de mi se sentía celosa pues mi madre le prestaba más atención a Cass que a mi pero creo era mi culpa, pues me alejé encerrandome en mi mundo, el cual no tenía más espacio para nadie más que no fuese Sam y Traw, lo que resultaba bastante estúpido.
Era domingo, no planeaba quedarme en casa martirizandome, un centro comercial se encontraba a tan sólo unas calles del departamento, me dedicaría un día, pasearia por las tiendas y quizá me compraría algo bonito (hace tiempo que no lo hacía) entraría en las tiendas de libros, finalmente me tomaría un capuccino helado, de esos que me encantan.
Llegué al centro comercial y lo primero que me llamó la atención es que la mayoría de las tiendas de ropa se encontraban en rebajas, lo cual significaba que tendría más oportunidad de comprar algo que me gustase. Entré en un almacén llamado "Wyotts Boutique" buscando algo que me hiciera lucir atractiva pero todo lo que veía era ropa ostentosa y algo reveladora para alguien como yo, era el tipo de atuendos que usaban las muchachas que yo detestaba en la prepararatoria, pero de pronto encontré una chaqueta de cuero con un diseño totalmente fantástico, se encontraba a mitad de precio, lo cual me animó muchísimo la tomé en mis manos y me coloqué en la fila para pagar, la fila fue una tortura pues era enorme, pero aguarde por más de 45 minutos, hasta que finalmente pude pagar, al salir de ese almacén me faltaba el aire, había demasiada gente allí dentro, por lo menos ya hahe salido.
Quería descansar un poco pues mis piernas se sentían entumecidas, divise el patio de comidas y la franquicia de helados donde vendían mi Capuccino preferido, lo compré y procedí a sentarme en una de las mesas, miraba a la gente, algunas familias riendo, otras enojadas pues los niños pequeños correteaban por todas partes, parejas de novios mostrando demasiado amor para mi gusto y un extraño hombre de unos 45 años más o menos, bastante atractivo para su edad, con un traje de color gris, un reloj bastante elegante, él me observaba fijamente mientras sorbia la gaseosa que se encontraba dentro de su vaso de Coca-Cola, comenzaba a intimidarme, yo fingía que éste hombre no me observaba, así que pose mi mirada en mi capuccino, esperando que entendiese que no me gustaba su manera insistente de verme, pero de pronto sentí que se acercaba, hasta que se sentó en el asiento que estaba en frente de mi.
-Pu...puedo preguntar ¿Por qué demonios me mira con tanta insistencia? -gruñi furiosa, pues no hallaba otra explicación a ésto, más que éste tipo era un acosador.
-Mi nombre es Joseph Frank, trabajo en una agencia de modelos, que se enfoca específicamente en el rostro, pues trabajamos mucho con productos cosméticos, la verdad me parece que tu imagen, es la ideal para una nueva campaña.
《¡¿Yo, cómo modelo!? debe ser una broma》pensé, jamás me había llegado a considerar bonita, e incluso mi cabello tan corto me producía un montón de inseguridad cada vez que me comparaba con una de esas chicas que tenían el cabello extremadamente
largo.
-Es una broma ¿cierto? míreme, soy tan común ¿De qué imagen me está hablando? -le pregunté a ese hombre.
-Te estoy viendo jovencita, tu tez es tan blanca, la forma y el color de tus ojos no son nada comunes, jamás he visto un tono marrón así. Tu cabello es tan corto, que es como una ruptura contra los estereotipos de la belleza femenina, mira aquí ésta mi tarjeta, si te interesa llámame, creo que tienes potencial. -Dijo el hombre levantándose de la mesa y yéndose.
Me quedé sentada en la mesa, en estado de shock, no sabía si lo que estaba pasando era real, o tan sólo algo que inventó mi alocada imaginación. Empecé a considerar el asunto, si aceptaba, aquel mundo podría abrirme las puertas a otro tipo de vida, quería comprarle una casa a mamá, pero trabajando en la cafetería jamás podría hacerlo, también consideré que ese mundo, podía acercarme más a Sam, ésta tarde llamaría a Joseph para hablar acerca de ésto. Nunca creí en la buena suerte, pues únicamente me tocaban rachas malas en donde terminaba en el piso preguntándome ¿Por qué me tocó la peor vida? pero ahora todo era diferente, Londres me trajo una suerte maravillosa, o al menos hasta ahora así era, sólo esperaba que todo se diera bien.
Miré hacía arriba sin ninguna razón específica, simplemente sintiéndome afortunada, esbozé una sonrisa sincera, pues jamás pensé que mi apariencia extraña y algo atolondrada me abriría las puertas a un nuevo mundo.

Reencarnando a mi amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora