Capítulo catorce.

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Mi madre se sorprendió al encontrarse con aquella lujosa y negra limosina que se encontraba afuera de la casa.
-¿Nos iremos ahí? -Preguntó mamá boquiabierta señalando anonadada aquel auto.
-Si mamá, es la limosina de Sam, ya te lo contará él. -Miré a Sam como diciendo:《Odio que tengas tanto dinero y causes impresión allí por donde vas.》Obviamente lo único que logré fue que me regalara una de esas sonrisas tan...Sam. De seguro que podría trabajar en un comercial de pasta dental o dentífrico, pues jamás había tenido el placer de contemplar, una dentadura tan perfecta y cuidada, quizá exageraba, pero enserio, al menos para mi era...preciosa.
Henry nos esperaba de pie para abrir las puertas, pero antes tomó el equipaje de mamá y lo metió en la cajuela, acto siguiente nos abría las puertas para entrar en aquella lujosa máquina. Yo observaba divertida a mi madre, pues mientras iba entrando, contemplaba de arriba a abajo el interior de la limosina, jamás había estado en una, era comprensible, y hasta ésta mañana yo tampoco conocía una por dentro. Eso era lo que más me gustaba de Sam, obviamente el concepto de "común" o "normal" no era algo que pudiese definirlo, por lo cual cada vez que nos encontrábamos sin querer hacerlo, terminaba enseñandome cosas nuevas y sorprendentes, acababa completamente con mi monotonía. Así comenzó el largo viaje a Londres.
Al principio nadie hablaba, un silencio incómodo abordó el auto y las miradas pícaras de mi madre me ponían nerviosa, temía que revelará a Sam algo vergonzoso de mi pasado.
Finalmente mi madre, terminó con el silencio:
-Y...¿Hace cuánto que salen? ¿Piensan casarse? -Preguntó sonriendo, pero en el fondo la notaba algo preocupada y sorprendida, pues rara vez le interesaba alguien a su extraña hija.
No sabía que responder y me suponía que Sam tampoco. Todo ésto era para mi, una mezcla de cruda realidad con tristeza, pues ¿Que debería decir? cuando no somos nada, cuando él no es mío. Era en éstos momentos cuando quería que la tierra me tragase, pues Sam me hacía feliz, me salvaba en todos los sentidos posibles, a la final del día era la única persona capaz de alegrarme. Obviamente los sentimientos que tenía hacía él, eran muy profundos, mis ojos no se posaban en nadie más, nadie era capaz de atraer mi atención, era tonto pues le era fiel a alguien que probablemente luego de conocerme metió a su cama a un montón de golfas.
-Pues nos conocimos hace unos meses en el tren con destino a Londres, recuerdo que entré en la cafetería y miré a Traw, me pareció muy hermosa si le soy sincero, pero soy muy tímido así que decidí no mirarla más pues al parecer yo no le llamaba la atención. Luego nos encontramos por coincidencia en una cafetería de Londres, de nuevo, y ahora somos pareja, estoy muy enamorado de ella, mis intenciones son las mejores, de lo contrario no la hubiera acompañado a verla. Aún no planeamos casarnos, pero si todo marcha bien, ésa es la idea. -dijo Sam, cómo si algo de lo que mencionó fuese cierto.
《¿Me vio en el tren? ¿Le había parecido hermosa? ¿Sam tímido? ¿Muy enamorado de mi? ¡FALSO! deseaba gritar pero no podía hacerlo, sólo él tenía aquel poder de convencimiento que dejaba boquiabierto a más de uno. Tenía aquella capacidad de convencer y agradar a su antojo, eso era muy injusto.》
-Aaaw Traw ¿Por qué no mencionaste que tenías un novio tan encantador? -dijo mi madre, entre suspiro y suspiro.
-Creo que no me había fijado en lo encantador que era. -respondí burlonamente, pues no eran así las cosas.
Pasaron las horas y por fin estábamos en el departamento, tendría que pedir a Cassie que permitiera que mamá viviese con nosotras, pues aún no tenía el dinero suficiente como para mudarnos juntas a un departamento.
En cuánto bajamos del auto y Henry nos ayudará a bajar nuestras maletas, se despidió entrando en la limosina.
Sam aún se encontraba afuera con nosotras, se despidió de mi madre y luego posó su mirada en mi.
-Creo que debería entrar, mamá se ve algo cansada y yo también lo estoy, éstos viajes son agotadores. En todo caso gracias Sam, por todo. -dije agradeciendo todas las buenas acciones que hizo por mi, le regalé una sonrisa y una mirada de: 《Nunca desaparezcas por favor, eres esencial.》gracias al cielo dudo mucho que él lo haya entendido así.
-No es nada, cómo ya dije, aunque trate de evitarte siempre terminas en mi camino, ya no huiré más, espero que tampoco lo hagas, mañana es un día importante para mi, debo descansar también, cuídate muchísimo. -Agarró suavemente mi mano, por un instante pensé que no la soltaría, pero apareció aquello conocido como "realidad" abofeteandome el rostro y recordándome que alguien como Sam, jamás se enamoraría de alguien como yo, pero eso no impedía el hecho de que enserio tenía miedo de perderlo, pues me había acostumbrado demasiado a él. Entró en el auto y vi como poco a poco éste iba desapareciendo entre el tumulto de autos que habían en la autopista.
-Te quiero. -susurré muy despacio, pues aún tenía miedo de decírselo, después voltee y miré a mi madre esperando a que yo saliera de aquel patético transe.
Empezamos a subir al departamento, toqué el timbre e instintivamente segundos más tarde Cassie se encontraba de pie en la puerta.
-¡Traw! ya me había preocupado, te he dejado un montón de mensajes al móvil pero no los has contestado, tienes mucho que contarme. -Dijo aún sin percatarse de la presencia de mamá a mi lado, segundos después la mirada de Cassie se posó en ella.
-¿Quién es ésta mujer Traw? -Preguntó Cassie algo confusa.
-Oh Cassie, perdón por no responder, la batería se agotó. Ella es mi madre ¿recuerdas lo que te conté? por fin decidió alejarse de aquel hombre. Sé que estoy abusando demasiado de tu confianza Cass, me siento avergonzada por ello, pero ¿Crees que pueda quedarse con nosotras? yo me haría cargo de todos los gastos, considerala otra compañera más, por favor. -Le pedí a mi amiga, pues no pensaba separarme de mamá.
Una sonrisa se esbozó en la tierna cara de Cassie.
-Nunca tuve una madre, así que tener a tu mamá aquí me permitirá saber cómo se siente, no hay ningún problema Traw, pero pasen, hace un montón de frío.
-Mucho gusto soy la madre de Traw, mi nombre es Tabatha Collins. -Extendió la mano hacia Cass, en son de saludo y ambas estrecharon sus manos.
Entramos, el departamento lucia igual que en la mañana, quizá un poco desordenado pero igual, lo mejor de los viajes es regresar a casa y darte cuenta de lo afortunada que eres. Le mostré a mi madre su habitación y ella se acostó a dormir, la comprendía perfectamente fue un viaje largo, aún estaba asimilando la idea de que había abandonado al hombre con el que compartió más de 20 años de su vida, aunque fuera un alcohólico violento y estúpido, ella lo amaba, muy en el fondo aunque tratara de aparentar fuerza, mi mamá estaba destrozada, pero yo la ayudaría a recuperarse.
Me sentía cansada, así que entré en mi habitación y empecé con mi rutina diaria antes de irme a dormir: desvestirme, ponerme la pijama, cepillarme los dientes, lavarme la cara y acostarme a dormir. Pero antes puse a cargar mi teléfono, siempre lo colocaba en una mesita de noche que se encontraba alado de mi cama. Tomé mi teléfono entre mis manos y por unos instantes me quedé observando a la pantalla, quizá esperando a que en algún momento me llegara un mensaje de Sam diciéndome todo lo que nunca se ha atrevido a decir o simplemente deseándome una buena noche, mis esperanzas iban decreciendo a medida que pasaban los minutos. Diez minutos, quince, treinta, cuarenta y cinco, para el final del día terminé esperando una hora por algo que en fondo sabía que no llegaría. Finalmente me rendí y me quedé dormida con aquel nudo en el estómago de resignación mezclado con amargura llamado "vacío"

Reencarnando a mi amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora