Capítulo Décimo.

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Podía sentir su respiración en mi cuello, y no quería que se apartase ya nunca de mi, pues de alguna manera se había vuelto indispensable. Pudieron haber sido horas o quizá tan sólo segundos, y lo único de lo que estaba completamente segura es... que fue el momento más ameno, gratificante y placentero de mi existencia, pues Sam Williams causaba en mi, muchas más emociones que cualquier otro ser humano, me aterrorizaba pensar que pudiera perderlo. Finalmente nos separamos, y limpié una última lágrima que quedó atrapada en una de sus mejillas. El me sonrió y mi corazón se derretía cada instante un poco más.
-¿En qué me has convertido Traw Sanders?-susurró Sam, su mirada se posó en mi, no era tan sólo la común e indiferente mirada de Sam Williams, era muy distinta...sentí como si por primera vez sus ojos tan negros como mi pasado, reflejarán algún tipo de emoción, pero posiblemente pudo haber sido mi imaginación.
-Antes, pensaba que eras un completo idiota, si debo ser completamente honesta contigo. Te odiaba por haber herido a Cassie, y también te odiaba porque muy en el fondo sabía que no podía poseerte, no tienes idea de cuan frustrantes eran aquellos días cuando venías a la cafetería y ni siquiera me mirabas. No me mirabas cuando tomaba tu orden, tampoco cuando te la traía, ni siquiera cuando me dejabas la propina tras pedir la cuenta, todo ésto provocó que me sintiera despreciable...pues sé que no soy lo suficientemente buena como para tener tu atención, pero sin embargo quiero que seas mio. Los peores días no eran aquellos en los que no me prestabas atención, los más dolorosos eran esos en los que ni siquiera estabas. No sé porque tengo esta imperiosa e increíble necesidad de tenerte cerca, ya no puedo sacarte de mi mente, todo intento es inútil y cada vez que intento hacerlo, cada vez que intento dejar ir por la ventana todo el desastre que causas en mi, regresas. Créeme Sam...eso es lo más doloroso, cada día lloro la pérdida de algo que no me pertenece.
Sam simplemente me observaba anónadado, no estaba segura de si era porque no tenía que decir, porque se sentía halagado o porque no correspondía a mis frenéticos sentimientos hacia él.
-Tra...Traw-empezó a mirar hacia el unísono, como solía hacer cuando decía las cosas en serio. -No quiero que pienses que estoy loco, bueno posiblemente lo esté, pero por ti. Lo que trato de decir es que te he visto antes, mucho antes de la cafetería, mucho antes del tren. Cada vez que te tengo cerca me es imposible actuar normal, pues necesito llamar tu atención a toda costa, sin embargo en mis estúpidos intentos de hacerlo, creo que te he estado perdiendo y aún peor, te he lastimado. A lo largo de mi patética existencia he dejado de tener interés por los demás. Todos me piden favores o simplemente no conecto con nadie, actúo arrogantemente pues estoy pidiendo a gritos en mi interior que alguien me salve, pero nadie lo nota a excepción de ti Traw, tu me salvaste y no tengo palabras para expresar que no puedo mantenerme lejos de ti, porque necesito verte, escuchar tu tierna y extraña voz, necesito contemplar esa peculiar forma que tienes de andar, necesito observar como un total idiota, aquellos ojos tuyos tan claros y hermosos. Necesito a Traw, y a nadie más que a ella.
No sé en que momento las lágrimas habían empezado a salir, pero no se detendrían hasta que sacáse de mi interior todo lo que estaba oprimiendo mi pecho. Jamás en la historia me habían dicho algo igual, pues para todos yo era nadie pero para Sam Williams, yo era todo. Pero esperen un segundo, ¿Él me había visto en el tren? ¿Cómo? si ni siquiera apartó su mirada de la ventanilla del tren. ¿Se habría fijado en mi estúpida expresión de boba al verlo?
-Es hora de regresar Traw, han sido muchas emociones por hoy y estoy seguro de que debes descansar y te diré ésto una sola vez, así que escucha bien pues no es algo que digo con frecuencia. No puedo vivir sin ti Traw, te extraño en las madrugadas cuando pensamientos raros cruzan mi mente, también lo hago en el día cuando estoy rodeado de personas a las que sólo les interesa mi posición y mi dinero. Te extraño aún teniéndote a metros de mi, es perturbador, pero quería agradecerte.
Y de ésta manera, Sam Williams se había robado mi alma inmortal, pues con toda firmeza podría asegurar que estaba irremediablemente enamorada de él.

Reencarnando a mi amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora