Aquella noche había llorado como no lo hacía hace mucho tiempo, con ese sentimiento de rabia que oprimia mi pecho, con aquella frustración pues por mucho que quisiera que Sam regresará no pasaría, pues las cosas nunca se daban a mi favor. Al despertarme lo primero que hice fue caminar al baño y mirarme al espejo, no lucia nada bien. Mis ojeras eran enormes y moradas, mis ojos estaban muy rojos e hinchados, mi piel se veía reseca y opaca. Mi cabello no se acomodaba en ninguna dirección debido a que era muy corto un montón de mechones rebeldes se levantaban de su lugar y por nada del mundo querían ceder. Era de aquellos días en que tu cabello se veía horrible, el maquillaje te quedaba mal, la ropa que te ponías no combinaba y sentías que la vida se desprendía a pedazos.
No quería que mamá o Cassie me hicieran preguntas respecto a lo que sucedió el día anterior así que decidí desayunar rápidamente intentando hacer el menor ruido posible y salí del departamento para dirigirme al café, iba a ir caminando pues éste se encontraba a unas calles, aparte de que necesitaba aire para meditar acerca de mi situación. Al salir a la calle, me dí cuenta que lloviznaba un poco, el cielo cubierto por aquel tono gris habitual me hacía recordar que la vida continuaba a pesar de todo ésto que estaba pasando, observé las aceras mojadas, y pequeños charcos que se formaban, al parecer la noche anterior llovió demasiado. Me gustaban aquellos días, quizá porque me agradaba la idea de que el día se encontrase tan triste como yo.
Me puse mis audífonos y caminaba al tiempo que en mi teléfono sonaba: "Misery" de The Maine, mi banda favorita, aquella melodía me hacía sentir definida.
No sabía que hacer, no podía quedarme estancada en alguien que desapareció como si nada hubiese pasado entre nosotros, pero a la vez no quería olvidarlo. Por otra parte estaba André siendo lindo y amable conmigo pero eso no era suficiente pues él me complacía en todo, sin embargo no conectaba conmigo. Sam tenía un criterio totalmente formado, sabía que quería y a donde iba, defendía sus ideales sin tener miedo de contradecirme cada vez que no le gustaba algo que decía, yo lo consideraba mi alma gemela aunque dudaba de la existencia de la misma. Revisaba continuamente mi teléfono en espera de un mensaje de él, algo que reviviera mis esperanzas, pero nada llegaba. Los viejos mensajes que me enviaba eran la única prueba de que Sam era real, que alguna vez sintió algo por mi. Me preguntaba como hacía para no extrañarme, ¿No se daba cuenta que me hacía daño? ¿No le importaba? quizá yo me perdí entre el montón de admiradoras que tenía.
Llegué al café, fui la primera en hacerlo, me coloqué mi delantal de color vino que llevaba el emblema del London's Coffee y mi día comenzaba. Minutos después llegó Cassie, nuestras miradas se encontraron, no pude evitar sentirme culpable por preocuparla de tal manera, pero ni ella ni nadie me entendían, todos me decían que lo superaría, que nunca tuve algo importante con Sam como para armar tanta ceremonia, pero ¿Qué sabían ellos de dolor? la gente no se daba cuenta lo que implicaba que una determinada persona te llevará al cielo, llenando todas y cada una de aquellas expectativas que habías creado acerca del amor, que albergarás esperanzas, planes para el futuro y de repente te arrebataran todo, sin tiempo si quiera de decir adiós, hubieron muchísimas cosas que quería preguntarle a Sam, hubo tanto que quise contarle, pero él no me dió la oportunidad, una parte de mi lo aborrecia por ser tan egoísta.
Ella se acercó a mi preguntando que había sucedido, le respondí que en la noche se lo contaría todo. Al terminar el trabajo, me fui de la misma manera en la que llegué, a pie. Había cambiado mi rumbo, llegaron de repente a mi unas espantosas ganas de helado de chocolate, así que pasé por un supermercado, lo compré y cuando salí, me fijé en un pequeño parque, lleno de árboles que se encontraba al frente, algunas personas lo atravesaban, era un buen lugar para relajarse así que decidí ir a sentarme en una de las banquetas que allí se encontraban.
Me senté mirando al unísono preguntándome ¿Por qué mi vida no podía ser más sencilla?
-Las cosas sencillas son para personas sencillas. -Susurró una melodiosa voz que podría reconocer en donde sea, era aquella muchacha pelirroja que vi en mis sueños cuando me desmaye, pero ésta vez no me había desmayado, estaba totalmente cosciente y ella se encontraba a mi lado, sentada en la banca.
Simplemente la miraba horrorizada, no sabía que decir pues no sabía qué era ella, un espectro, un demonio, un ángel, sólo sabía que lo que sea que estuviese pasando, no era normal.
-¿Qué sucede Traw, por qué te encuentras tan afligida? a kilómetros puedo percibir aquel olor a tristeza. -Me dijo, con un semblante de preocupación, creo que ella no quería hacerme daño.
-¿A que huele la tristeza? -pregunté confundida.
-Es muy fácil de percibir Traw, es una mezcla de sangre con canela, es por esto que la mayoría de espectros siguen a las personas tristes, pues el olor es embriagante.
-Eso era algo que no sabía, pero ¿qué eres? las personas normales no huelen la tristeza, ni aparecen en los sueños de los demás. -Le dije, necesitaba respuestas, ahora.
-Sabía que me preguntarías aquello, he venido preparada, Traw yo reencarne en ti, en tu vida pasada, eras yo. Tómalo con calma. -bajó el tono de su voz, y tocó mi brazo al hacerlo, lo traspasó produciéndome una fuerte corriente eléctrica.
¡¿Qué demonios estaba pasando!? ¡¿Era eso posible!? sentía que mi corazón estallaria, y que mis ojos se saldrían de sus cuencas.
-¿Es una broma? eso no es posible, todo ésto es tan extraño. -le respondí asustada, no sabía cómo tomar aquello.
-Es posible Traw, pero estoy aquí por algo en específico, debo contártelo todo, es una historia larga.
-Pues comienza. -le pedí.
- Antes que nada, mi nombre es Iris. Ahora si mira, una persona persona cuenta con un alma ¿cierto? pues ésta alma está dividida en dos, cuando una persona muere, la mitad de su alma no es apta para entrar en un nuevo cuerpo pues está infectada de sufrimiento, dolor y demás cosas que suceden en una vida, otra razón para que ésta mitad del alma no sea apta para volver a un nuevo cuerpo, es porque debe unirse a una gran energía que existe allá arriba Traw, las almas también tienen derecho a descansar. La parte que entra en un nuevo ser, es aquella parte del alma de todo humano que se mantiene pura, que conserva la esencia de uno, es por eso que todos tienen rezagos de su vida pasada, aunque pocas personas son las que pueden recordar. Pues yo soy la otra parte de ti Traw, pero no puedo irme porque debo irme con mi alma gemela.
Yo miraba impactada a Iris, no podía creer lo que escuchaba, me daba cuenta que la vida no era tan sólo un proceso mecánico sin sentido, era algo complicado y más que nada, perfecto.
-¿Dónde está tu alma gemela Iris? -pregunté dudosa.
-Traw ¿Nunca te has preguntado por qué tienes ese amor tan profundo hacía Sam? tú y Sam, fueron almas gemelas en la anterior vida, él fue tú verdadero amor. Únicamente cada mil años se permite que una pareja, vuelva a reencontrarse en la siguiente vida, es un obsequio. Pero, hay un gran problema y necesito que me ayudes, en la anterior vida Sam se llamaba Alec, no tienes idea de la maravillosa historia que vivimos, más adelante te la contaré. La cuestión es que cuando murió, el alma de Alec pasó al cuerpo de Sam intacta, no se dividió, ese es el motivo por el cual Sam actúa así, en su interior lleva el miedo, sufrimiento y dolor de su vida pasada, he aquí la razón de su frialdad. Hay una regla en específico en 'Radast' Traw, así se llama la energía gigante a la que te unes tras morir, la regla es que cuando mueres, tu alma debe unirse a la energía junto con tu alma gemela, tu verdadero amor, de ésta manera sus almas se unen volviéndose una sola. Por eso hay muchas parejas de ancianos que mueren casi al mismo tiempo, pues el alma de uno llama al otro. No podré descansar ni irme, mientras el alma de Alec no abandone el cuerpo de Sam.
Estaba totalmente en shock, ahora comprendía porqué mis sentimientos hacía Sam me estaban volviendo loca, por fin entendía el motivo por el cual no podía vivir sin él y lo sentía indispensable.
-¿Qué se debe hacer para que Alec abandone el cuerpo de Sam? -pregunté, enserio sentía lástima por Iris, pues ella era yo, se sentía por Alec de la misma manera que yo por Sam.
-La única manera, es lograr que Sam se enamore perdidamente de ti, se supone que debería hacerlo pues ustedes son almas gemelas, pero el alma de Alec no se los permite, por éste motivo será un reto. Mira, cuando la parte buena del alma reconozca a su parte gemela, provocará que se expanda y de ésta manera desconozca y expulse a Alec. Si lo logramos, podré descansar en paz con mi amor, necesito tu ayuda Traw, somos una sola, por favor. -Dijo con aquella mirada suplicante igual a la mía, no podía negarme en primer lugar porque éramos una sola como ella decía, en segundo lugar porque se merecía descansar en paz con Alec y en tercer lugar porque ahora que sabía que Sam era mi alma gemela, no podía dejarlo ir.
-Te ayudaré Iris, lo prometo. -dije ofreciéndole mi mejor sonrisa a pesar de que no tenía idea de cómo enamoraría a Sam, cuando ni siquiera sabía en donde se hallaba.
-No tienes idea de cuánto te lo agradezco, te visitaré pronto. -susurró muy despacio y desapareció como el humo de un cigarillo.
Comenzaba el reto.
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Reencarnando a mi amor.
RomanceLuego de escapar de un infierno, Traw Sanders decide emprender un viaje incierto hacia Londres para empezar una nueva vida, ella tan sólo quería una vida normal. Pero la normalidad no es algo que la defina. Todo cambia, cuando llega Sam Williams qui...