De regreso a casa pasando por las aceras húmedas en donde los pequeños charcos de agua brillaban más por el efecto de la luz de la luna, mi cuerpo se había mantenido en 'automático' mientras mi mente revoloteaba en el espacio exterior, toda mi vida pensé que aquella cuestión de la reencarnación y ese tipo de cosas astrales no eran más que mitos pues me dejé llevar por la dura realidad que llevaba cada ser humano, luego de sufrir tanto dejas de creer en la magia...o al menos yo lo había hecho.
Pero entonces un gran sentimiento de culpa remordió mi estómago con tal magnitud que provocó que mis manos, simultáneamente agarraran mi vientre, conocía muy bien esa sensación...era miedo. Tenía miedo, de decepcionar a Iris por no poder ayudarla, condenandola a vagar por los tristes parajes de la tierra el resto de su vida sin Alec pero vamos, ¿a quién trataba de engañar? ese no era mi mayor temor, el miedo que me consumía desgarradoramente era aquel que se producía cuando pensaba en qué sucedería si yo no conseguía enamorar a Sam, ni siquiera sabía en donde se encontraba en éstos momentos, lo que estaba totalmente claro es que yo no había llegado a llamar lo suficiente su atención como para provocar que se quedara...que luchara por mi, y eso exactamente era lo que tenía que lograr, sólo espero que Sam aparezca pues no quiero tirar a la basura la poca dignidad que me quedaba, tras llorar días enteros por su abandono.
Cuando llegué al departamento, todas las luces se encontraban apagadas, todo estaba completamente a oscuras por lo cual sobre entendí que mi madre y Cassie deberían estar dormidas, por un lado me alegré pues de esa manera no tenía que rendirles explicaciones respecto a los extraños y peculiares sucesos que estaban ocurriendo en mi vida, no podía simplemente decirles: 《¡Hey mamá, Cass, ¿Adivinen qué? un alma que dice ser la yo de mi vida pasada, habló hoy conmigo!》seguramente pensarían que me volví loca porque Sam se fue, terminaría en un cuarto de cuatro paredes cubiertas de esponja, usando una camisa de fuerza. Sería mejor tan sólo fingir demencia.
Aquella noche no tenía ganas de dormir, mi cuerpo se sentía fatigado pero sin embargo al recostarme en mi cama no podía conciliar el sueño, fue entonces cuando divise mi laptop que se encontraba en mi escritorio, la tenía desde hace varios años atrás, la compré con mucho esfuerzo cuando vivía en Hollart; trabajé en una pequeña tienda de comestibles, al cabo de tres meses pude comprarla, las cosas compradas con dinero que es producto de tu propio esfuerzo, son las cosas que más valoras. Recordé entonces cuando con mis amigas entrábamos a Chatroulette y hablábamos con chicos de nuestra edad o quizá mayores, claro que siempre pasábamos a los pervertidos, esos eran los peores, ¿Y si entraba de nuevo? no tenía nada de malo, a la final no tenía que perder, perdí a Sam, eso era como perderlo todo; me levanté y me encaminé hacia mi escritorio tomando en mis manos mi computadora, encendiéndola, rápidamente digite aquella página, encendí mi cámara y empecé con aquel extraño pasatiempo. Pasaba a un montón de gente pues nadie me atraía, mujeres obesas de 40 años, niños como de diez (yo a esa edad no disponía ni de un tetris), hombres mayores con una enorme barba y pervertidos enseñando orgullosamente partes de su cuerpo que no deberían, entoces pasó, mi mano se detuvo y no pudo seguir aplastando la tecla "Next" pues al otro lado de la cámara, se encontraba Sam, mi Sam. ¡¿Pero qué demonios estaba pasando!? él se quedó tan atónito como yo, boquiabierto y anonadado me observaba como diciendo:《¡Hey, te conozco!》Una pequeña lágrima se escapó de mi ojo derecho y rodó meticulosamente por mi mejilla, toque con mi dedo índice la pantalla del computador, justo donde se encontraba el rostro de Sam, pensando inútilmente que podría tocar de nuevo aquella suave y tersa piel que alguna vez tuve el placer de sentir, ambos nos mantuvimos en silencio mirándonos fijamente y preguntándonos ¿Por qué el destino era tan inmensamente cruel que cuando tratábamos de alejarnos u olvidarnos del otro mutuamente, nos volvía a reunir para recordarnos lo miserables que éramos? Entonces su mirada bajó, para escribir algo en el teclado, en mi ventana de chat surgió de repente lo siguiente: "Your partner is typing a message" ¿Qué es lo que Sam me diría?
Apareció de pronto su mensaje:
Partner: ¡Traw! no puedo creer que me atormentes incluso estando en otro país.
Yo: ¿Cómo que en otro país? -inserté el mensaje y lo envié.
Observaba como reía mientras leía mi mensaje, pues al mismo tiempo que chateábamos podíamos vernos a través de la cámara web.
Partner: No te lo comenté, pues tenía planeado simplemente olvidarte, pero siempre apareces, no sé cómo lo haces, ahora mismo me encuentro en Colombia, debo quedarme aquí un tiempo.
¡¿Colombia!? ese país se encontraba muy lejos, cómo sospechaba Sam simplemente quería olvidarse de mi, yo lloraba retorciéndome de dolor por su abandono, y de seguro él disfrutaba de sus plácidas vacaciones en aquel país sudamericano.
Yo: ¿No dijiste acaso que dejarías de evitarme, pues es imposible? ¿Qué haces en Colombia? te fuiste sin decir nada...
Partner: Enserio quise continuar con ésto Traw pero...me dí cuenta que no puedo enamorarme de nadie. Me encuentro aquí por situaciones de trabajo, he estado muy ocupado.
Yo: Tú no tienes idea de cuánto me lastimas ¿sabes? es decir un día te presentas frente a mi madre como mi novio y al siguiente te vas a Colombia deseando olvidarte de mi, es cómo si te pagarán por hacerme daño.
Al leer mi mensaje Sam esbozó una mueca de tristeza y colocó una de sus manos en sus ojos queriendo evitar que lo mirase llorar. Pero todo intento fue inútil, pues a la final algunas lágrimas salieron de sus hermosos ojos negros, y empezó a teclear su mensaje mientras secaba sus lágrimas.
Partner: Soy algo sensible, odio que lo notes. Tú más que nadie me conoces y sabes que no soy malo, pero no soy capaz de amar a nadie, estoy asustado, es cómo si hubiera alguien dentro de mi gritando: 《¡No te enamores, sufrirás!》También odio que no pueda sacarte de mi mente por más grande que sea el intento, estás adherida a mi, estoy comenzando a pensar que estamos destinados. Creo que ya no podemos mantenernos alejados, mira ésta es mi dirección de Skype: /Sam.Williams90/ dame la tuya, y en lo que regreso, hablaremos, sé que a la final me arrepentiré por ser tan vulnerable contigo, pero que más da.
No podía creerlo, una parte de mi estaba consciente de que podría volver a hacerme lo mismo, ilusionarme para luego arrojarme al cesto de la ropa sucia, pero no podía dejarlo ir, porque en el fondo lo quería, más que nada o nadie.
-Yo: Tengo miedo de que vuelva a pasar lo mismo, todo ésto es tan estúpido, dices cosas tan tiernas a veces, que incluso me creo que me quieres. Pero luego simplemente te esfumas dejándome varada intentando superarte y para cuando creo que ya lo logré, regresas recordándome que jamás podré hacerlo.
Sam leyó mi mensaje y sonrió, posó su mirada en mí meneando la cabeza negativamente, como diciendo:《No me olvides.》
Partner: Traw...enserio, no tenía ni idea de qué te sentías de ese modo, de hecho más bien pensaba que me detestabas por todo esto. Mis emociones cambian constantemente, soy un huracán lleno de ira, rencor, y muy poco afecto. Sin embargo contigo desde el inicio todo fue distinto, quería ser mejor, incluso cuidaba mi manera de hablar para impresionarte. Sólo quiero que entiendas y sepas una cosa, soy una total porquería con el resto, no lo negaré pues es así. Pero, y es un gran pero Traw Sanders, contigo intento ser el hombre del cuál tu pudieras sentirte orgullosa y presertarme a tus padres, debo irme Traw, aquí ya es muy tarde, te quiero, mañana hablaremos por Skype cuando en Londres sean las 12am, Descansa.
No puedo explicar el centenar de emociones que aquel mensaje causó en mi.
Yo: ¿Es una promesa? -coloqué mi dedo meñique en frente de la cámara, para sellar nuestro trato.
Sam sonrió tiernamente colocando también su dedo índice frente a la cámara sellando así nuestra promesa.
Aquella fue la mejor noche de todo éste espantoso mes, no cabía duda que ese hombre fue mi amor en la otra vida.
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Reencarnando a mi amor.
RomanceLuego de escapar de un infierno, Traw Sanders decide emprender un viaje incierto hacia Londres para empezar una nueva vida, ella tan sólo quería una vida normal. Pero la normalidad no es algo que la defina. Todo cambia, cuando llega Sam Williams qui...