Capítulo 5.

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Taeyong se despertó sobresaltado por los sollozos que rompían la tranquilidad de la habitación. Su visión, aún borrosa por el sueño, se enfocó en la figura de Chittaphon, quien dormía cerca de él, solo en calzoncillos en su cama. Aunque la situación podría haber sido incómoda, Taeyong no tuvo tiempo para preocuparse por eso cuando notó el dolor en la expresión de su novio, Yuta.

Maldición.

El corazón de Taeyong se apretó al darse cuenta de que Yuta lo había malinterpretado.

Yuta esquivó su mirada en cuanto se dio cuenta de que había despertado, su mirada llena de dolor estaba centrada en el compañero a su lado. El japonés se alejó, saliendo de la habitación con el corazón hecho pedazos bajando las escaleras.

Taeyong se examinó rápidamente notando que aún tenía puestos los pantalones pero le faltaba la camiseta. Aunque recordaba claramente la noche anterior y sabía que no había sucedido nada inapropiado con su compañero de trabajo, el pánico lo invadió al darse cuenta de cómo podría haberse malinterpretado la situación.

Maldijo para sus adentros, deseando haber tomado decisiones diferentes la noche anterior.

Si tan solo hubiera dejado a Chittaphon en el sofá o Taeyong hubiera dormido afuera, las cosas podrían haber sido muy diferentes ahora.

Dios. Si que había metido la pata.

Pasó una mano por sus cabellos y con un nudo en la garganta, Taeyong se puso de pie tambaleándose y se apresuró hacia las escaleras, persiguiendo a Yuta quien intentaba huir de la situación.

—No, no, espera.

La desesperación se apoderó de él cuando alcanzó la mano de Yuta, pero se soltó, sufrimiento y confusión escritos en cada lágrima que caía por su rostro.

—Por favor, Yuta, escúchame...

—¿Es por eso que no contestabas? ¿Dónde estabas? Mírate, estás hecho un desastre —las palabras de Yuta golpearon con fuerza, haciéndolo sentir aún más culpable—. Vine a tu casa, no estabas y me fuí. En cambio, ahora vengo y te encuentro con él.

Taeyong trató de alcanzar su mano pero Yuta lo esquivó nuevamente.

—No pasó nada Yu, nada. Yo me quedé dormido antes de poder siquiera bajar al sofá, estaba ebrio es verdad... No hicimos nada de lo que crees...

—Él está desnudo, Taeyong, no soy idiota —las dudas persistían en los ojos de Yua.

—No lo eres Yuta, no lo eres, yo soy el idiota que debió contestar tus llamadas y no ir a beber —con lágrimas en los ojos, Taeyong trató de explicarse—. L-lo siento mucho.

El corazón de Taeyong se hundió cuando Yuta retrocedió, rechazando sus palabras con una expresión de desconfianza.

Yuta sabía que cualquier contacto con Taeyong podría hacer que sus defensas se desmoronaran.

Cada fibra de su ser anhelaba creer en las palabras de Taeyong, en su explicación desesperada. Pero el miedo a ser herido nuevamente, la cicatriz aún fresca de la traición percibida, le impedía ceder.

—No te creo —respondió entre dientes.

Con el ceño fruncido y las lágrimas resbalando por sus mejillas, Taeyong se sintió desgarrado por dentro, incapaz de soportar la idea de haber perdido la confianza de la persona que más...

—Yuta, no tengo ni tuve nada con él. Es mi compañero de trabajo, fuimos a beber, sabes que no bebo hace mucho pero sería incapaz de poner un dedo encima a alguien más de la manera que tú crees que lo hice, puedo ser estúpido pero no infiel.

Love Me Now ⋮ TaeYuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora