Hace seis años
El invierno apenas empezaba, y aunque Taeyong prefería los días cálidos del verano, aquella tarde había decidido ir a la universidad en bicicleta, confiando en la predicación del clima. Sin embargo, el cielo había cambiado, y ahora corría a través del campus bajo una lluvia repentina, con dos libros escondidos bajo su abrigo. Con un suspiro pesado, llegó a la entrada de la biblioteca, empapado y temblando de frío. Al menos allí podría refugiarse mientras pasaba la tormenta.
Una vez dentro, soltó un suspiro de alivio. Su bicicleta estaba estacionada al otro lado del campus, y no tenía sentido mojarse más al ir por ella. Solo había venido a recoger unos libros que había olvidado en su última clase, y ahora tendría que esperar a que el clima mejorara antes de regresar a casa.
—Ya vamos a cerrar —informó la encargada, sacando a Taeyong de sus pensamientos y llenándolo de preocupación. Miró por la ventana, solo esperaba que dejara de llover pronto.
Intentando no ser descubierto, se escabulló entre los pasillos alejándose de la vista de la encargada. Finalmente encontró una mesa al fondo y se acomodó allí. Las luces ya estaban apagadas y la poca iluminación se filtraba desde afuera. Dejó sus libros sobre la mesa, se quitó el abrigo mojado y se frotó los brazos en un intento de entrar en calor.
Mientras se sentaba, notó una figura a lo lejos, sentada en el suelo entre dos estanterías, abrazando sus rodillas contra el pecho. No podía ver su rostro, pero reconoció el aspecto de alguien empapado por la lluvia, igual que él. «Así que no era el único refugiado»
Taeyong trató de ignorar la presencia de esa otra persona, esperando que la encargada los dejara en paz. Sin embargo, al poco tiempo, ella lo encontró y le indicó que debía irse, recordándole que cerrarían el lugar en cualquier momento. Frustrado, recogió sus cosas, pero justo antes de salir, recordó al chico en el pasillo.
Se acercó, inseguro, y se puso en cuclillas para estar a su altura.
—Oye —susurró, dándole un suave golpecito en el brazo—. Disculpa, pero van a cerrar.
El chico levantó la cabeza y Taeyong quedó sorprendido al ver sus ojos vidriosos y su expresión abatida. Lentamente, el chico se quitó los auriculares y lo miró con ojos hinchados, evidentes señales de que había estado llorando.
—Lo siento —dijo Taeyong en un tono suave tratando de no ser invasivo—. Es solo que... tenemos que salir ya.
El chico asintió ligeramente, desviando la mirada, luciendo avergonzado. Incómodo de haber sido descubierto en ese estado.
—Oh, está bien —respondió en voz baja, tenía los cabellos pegados a la frente.
Taeyong se levantó y, mientras lo observaba, no pudo evitar romper el silencio:
—Todavía está lloviendo a cántaros. La encargada nos ha pedido que nos vayamos, y no tengo otra opción que salir ahora. El clima es de lo más raro en estos días —le dijo en tono casual, intentando mantener una actitud relajada, aunque él mismo sentía un poco de incomodidad y a la vez empatía hacia el desconocido.
El chico guardó sus auriculares en el bolsillo y se puso de pie, sin prisa. Al observarlo, Taeyong notó que probablemente tenían la misma edad. Con un último vistazo al chico, se dirigió hacia la mesa para recoger sus libros, pero se detuvo cuando vio que el otro se disponía a salir.
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Love Me Now ⋮ TaeYu
FanfictionNakamoto Yuta se ha confesado a su mejor amigo, Taeyong. Las palabras sinceras del japonés habían pisado tan fuerte el corazón del coreano que llegó a sentirse extraño. Taeyong sabía que si rechazaba a Yuta, éste tendría que alejarse para superar e...