Capítulo 9

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No se cuando tiempo paso, mi mente trataba de asimilar todo pero no tenia resultado, no podía tratar de crear una respuesta coherente. No entiendo que hago aquí, ¿seria lo mejor que me vaya ahora mismo? o ¿Kenny me lo impediría?. Una voz muy desconocida me saco de mis pensamientos, era la señora que nos trajo la comida.

-Señorita Alice ¿no?-pregunto ella con una enorme sonrisa

-Si-respondí, no estaba acostumbrada a hablar con personas desconocidas, toda mi confianza en mi desapareció y dudo poder recuperarla.

-Mucho gusto, soy Magie, siempre que quieras algo me encontraras en la cocina-su tono era muy cálido, casi como si fuera mi madre y pude sentir un poco de amor de su parte.

-Claro, es un gusto también-

-¿Martin te mostró la casa?-

-¿Martin?-pregunte desconcertada

-Oh lo siento, no sabes quien es el. Es uno de los guardias del Señor que te recogió hoy del hospital-

-Si, creo que hoy lo vi- recordé.

Martín, el era el otro hombre de los cuales pienso que no son nada agradables. Kenny, Martin y Magie, tome nota mental de sus nombres si quería convivir con ellos.

-¿Magie?-

-¿Si?-

-¿Quien era el otro hombre, el que nos sirvió la comida?-pregunte.

-El es Jeb, mi esposo, es otra de las personas que siempre encontraras aquí-sonrió nuevamente y esa agradable sensación de amor me corrió por las venas.

-Esta bien, gracias-

-Preparare unos postres para la cena de hoy, ¿quieres ayudarme?-

-¿Cena?-

-Veo que el Señor olvido casi todo por completo, hoy en la noche la familia Seymour vendrá a cenar-

Oh no, esto es mas de lo que esperaba. Me negaba a cenar con ellos, tengo mis motivos, ¿como me presentara ante sus padres? ¿como una chica abusada que ayudo porque no tiene donde caerse muerta? puede que suene dramática, pero es lo que pienso.

-Y, ¿que dices me ayudaras?- Magie seguía ahí, parada esperando una respuesta.

-Emm, si claro-

Trate de alejar todos los malos pensamientos mientras caminábamos hacia la cocina, era muy grande, demasiado, solo me imaginaba una cocina así en las películas.

Una hora mas tarde nos encontrábamos preparando todo tipo de cosas nuevas, en Texas solía cocinar pero ya había perdido la practica.

-¿Hace mucho que trabaja aquí?-

-Si, pues el Señor Seymour siempre a sido muy comprensible con nosotros, ya hace siete años que trabajo aquí.-

-Eso es mucho tiempo-comente.

-Lo se, apuesto que usted ahora mismo no sabe ni porque esta aquí- ella seguía batiendo sin levantar la mirada.

¿Acaso Steven hace esto con todas las chicas? ¿O solo con las abusadas? Claramente si, yo no seria la única, no tengo porque.

-Trato de saber el porque, pero no le encuentro lógica-susurre.

-Te comprendo, el es muy especial, poco a poco lo conocerás y veras que es una buena persona-

-Eso espero-

Ahora que examinaba mejor el armario esto era mas de lo que esperaba, puede que cada prenda valga mas que mi casa, una parte de mi rechaza todo esto, pero la otra esta saltando como una porrista. ¿Quien no quiere todo un armario repleto de prendas hermosas y costosas? No es que me interese pero una parte de mi lo quiere.

El sol todavía no había bajando y no sabia que hacer exactamente aquí. Mi cuerpo todavía dolía pero las medicinas hicieron efecto. En ese momento, no se porque, per la imagen de mi madre vino a mi cabeza. ¿Como será para ella afrontar todo sola? las rentas, la muerte de mi abuela, ¿como se sentirá estar completamente sola sin nadie? Bueno, creo que yo siento lo mismo. En momentos pienso que venir aquí fue un error, aunque solo vine a perseguir mi sueño.

Bajo las escaleras y voy hacia la cocina, Magie seguía acomodando las cosas. No se si se dio cuenta que estaba allí, pero unos minutos después levanto la vista.

-Alice, no me di cuenta que estabas ahí-

-Me preguntaba si sabe donde puedo encontrar un teléfono-

-Claro, espérame unos segundos-

Ella se fue pero luego volvió con un aparato en la mano, un teléfono muy tecnológico.

-Aquí tienes- dijo ella extendiéndolo hacia mi.

-Gracias-

Mis pies me llevaron fuera de ese lugar, lejos y marque a mi madre. Hace mucho que no hablaba con ella y la extrañaba demasiado. No contesto pero llame de nuevo y esta vez si lo hizo.

-¿Hola?- dijo ella con su tono natural aunque se que estaba triste.

-Mama-

-Oh Alice, cielo, no lo puedo creer pensé que me habías olvidado-podía sentir como su voz se quebraba.

-Sabes que nunca me olvidaría de ti-

-Es que solo lo pensé, las cosas no van muy bien-

Esto me destrozaba, no poder hacer nada por ella.

-¿El dinero?-

-No hija, eso no es problema, conseguí un buen trabajo, solo que yo estoy mal, afrontar todo sola-

-Desearía estar contigo-me sentía totalmente culpable, culpable por su depresión, culpable por no haber estado en el funeral de mi querida abuela, culpable por no haberla llamado antes.

-No te sientas mal, no quise darte a entender eso-

-Esta bien, te prometo que cuando pueda iré-susurre

-¿Las cosas van bien por allí?-

-En verdad paso mucho y no creo que pueda contarlo todo por teléfono-

Ella no sabia sobre mis abusos y no quería decirle, eso seria algo por lo que se sentiría peor y yo no podría soportarlo.

-¿Y tu novio?-

Mi corazón se paro, ¿Cameron seguía siendo mi novio? no lo se.

-El, el esta bien-pude apenas decir.

-Te extraño-

Contenía las lagrimas en los ojos, no podía llorar por teléfono.

-Yo mucho mas, no te imaginas-

-Te amo, tengo que irme- sabia que estaba llorando y eso aumentaba mis lagrimas.

-Te amo mas , te llamare luego, lo prometo-

Al cortar, corrí a "mi habitación" y llore. Las lagrimas caían sin parar, era algo que no podía controlar, extrañaba a mi madre, mi casa, mis amigos y sobre todo me extrañaba a mi misma, ya no soy yo, ya no soy la misma. Necesitaba un baño, ducharme. Busque en el pasillo uno pero no lo encontré, abrí otra puerta y había una gran habitación, una cama doble se encontraba en el medio, las paredes eran de color azul marino y los muebles eran negros, una habitación que estaba inundada por un solo aroma, el de Steven, aquí si había un baño, podría bajar y preguntarle a Magie donde estaba el baño para huéspedes, pero mis pies dolían y siendo sincera quería saber que se sentía ducharse en la misma ducha que el. ¿Seria muy arriesgado? ¿El llegaría a tiempo? un cuadro sobre una mesa al lado de la cama llamo mi atención, camine y lo levante, era Steven con su hermosa sonrisa y al lado una mujer, una hermosa mujer, bronceada, alta, morena, con un pelo largo y brilloso y sobre todo con una gran sonrisa, ellos estaban tomados de la mano.

Steven dijo que no tenia novia ni esposa, entonces ¿Quien era ella? antes de que pudiera dejar el cuadro de nuevo en su lugar sentí unos pasos en el pasillo y como se abría la puerta de golpe...

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Más que mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora