Capítulo 28

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Mi respiración era irregular, no medí el tiempo, podrían haber sido horas las que pasaron. Estuve observando detenidamente cada foto, buscando un mínimo detalle algo que significara algo pero fue absurdo, una perdida de tiempo.

En las nueve fotos hay chicas de estatura media, pelo morocho y largo con ondas y los ojos color miel, todas similares, incluyéndome a mi.

Trataba de pensar en algo lógico pero nada venia a mi cabeza mas que ideas absurdas.

Quería confiar en Steven pero no podía, ¿Seria seguro confiar en un desconocido que me manda solamente textos? La persona "X" sabia muchas cosas que yo no, pero una parte de mi me dice que me aleje la idea de seguir con esto pero otra parte me grita que lo haga, que descubra lo que sucede y de una cuchara de su propia medicina a Steven.

Un ruido me hizo saltar de la cama y mi teléfono callo al suelo produciendo un gran ruido, maldije por lo bajo y lo recogí, pero al hacerlo escucho pasos, unos tacones de mujer. Dejo mi celular sobre la cama y corro hacia la puerta, la abro un poco y puedo ver como Steven conduce a la mujer rubia hacia la puerta principal. Hice mis mayores esfuerzos para escuchar lo que decían.

-Fue muy bueno verte nuevamente- su voz era como la de una niña pequeña, demasiado chillona, vi como tomaba a Steven por su corbata, notablemente atada mal, el la aparto y puso espacio entre ellos.

-Si pero no se volverá a repetir, un taxi te llevara hacia tu casa- su tono era serio.

-Bien, pero cuando quieras verme, sabes donde encontrarme-

Ella deposito un beso en la boca de Steven, el cual el no respondió, y se fue, cerré la puerta y me deslice sobre ella, cayendo al suelo, tome mi cabeza entre mis manos.

Todo era tan confuso, no se que es peor, si vivir llena de mentiras o los golpes de Cameron.

Me obligue a mi misma a ir hacia la cama, revise mi celular y por suerte no se había dañado, un golpe en la puerta hizo que mi celular casi cayera de nuevo pero esta vez lo atrape antes de que tocara el suelo, lo deje sobre una mesa y abrí la puerta, Adam estaba del otro lado con el pelo mojado, por lo visto había tomado una ducha.

-Alice, Steven acaba de informarme que debes estar lista en media hora para ir a cenar fuera-

Apreté mis puños tratando de controlarme y asentí secamente con la cabeza, me di media vuelta y fui hacia el armario en el cual había puesto mi ropa, busque algo adecuado, un sencillo vestido azul marino con un lazo en la cintura. Me coloque unos tacones negros y peine mi cabello, me maquille y una vez lista me observe en el espejo.

Me veía mas natural que otras veces, no estaba de humor para producirme, suspire sabiendo lo que me esperaba, otro evento de beneficencia donde fingiríamos ser la pareja perfecta.

Había tenido razón, era otro evento, con el fin de poder acabar con el hambre de los niños abandonados, mantuve mi espacio con Steven, verlo ya no me producía mariposas en el estomago sino ganas de devolver toda la comida, pero seguía siendo malditamente perfecto, sin un defecto.

Aproveche cuando el estaba muy entretenido conversando con un empresario para salirme, el ni siquiera noto que me aleje, salí del gran salón y camine por las veredas de esa cuadra, llegue a la esquina y doble, necesitaba aire y volvería cuando estuviera preparada.

Después de un largo tiempo volví al salón, todo parecía estar igual excepto por la música que retumba por todos lados y varias parejas se encontraban bailando en el centro de la pista.

Busque con la mirada la mesa veinte y vi que Steven no estaba allí, sin darle importancia camine hacia ella, me senté y tome el resto de mi copa.

Recorrí con la mirada todo el salón pero Steven seguía sin aparecer, al cabo de una hora, me levante de la mesa, no sabia que hacer ni donde encontrar a Steven, fui hacia afuera nuevamente pero esta vez me dirigí hacia donde habíamos estacionado, el auto no estaba, furiosa tome un taxi y pague con el dinero que tenia por casualidad en la cartera, al llegar al hotel, subí por elevador y camine hacia la suite de Steven.

Podía sentir voces del otro lado, mi respiración aumento, estaba mas que molesta, el se había ido sin mi de la fiesta y me había dejado a la deriva sin preocuparse de mi.

Golpee la puerta y al instante Kenny me abrió, se sorprendió al verme pero al recuperar la compostura me dejo entrar.

-Señor esta aquí- dijo en un tono alto.

Confundida lo mire pero tuve que apartar la mirada de el cuando Steven apareció y me tomo del brazo obligándome a avanzar junto a el, me metió de un empujón a su habitación, la cual era demasiado grande y cerro la puerta detrás de el.

-¿Dónde carajo te habías metido?-

Deje de observar la habitación y lo mire con los ojos completamente abiertos.

-¿Perdón? Tu te fuiste de la fiesta sin mi-

Tiro de su cabello frustrado.

-¡Te busque por todo el salón, incluso afuera y no estabas!-

-Había salido a tomar aire. ¿Ahora no se me permite ni eso?-

-Podrías haberme avisado o haberle dicho a Adam-

-No pensé que vendrías hasta el hotel a buscarme-dije con total sinceridad.

El se sentó en la cama y apoyo su cabeza en sus manos

-Pensé que te habías ido-pude apenas escuchar.

A pesar de todo mi corazón se encogió, su voz sonaba sincera, como si realmente sintiera eso, ahora que lo observo mejor me doy cuenta de la preocupación en su rostro y la desesperación al verme.

Me acerque a el y dejando de lado mi furia puse una mano sobre su hombro.

-Lo siento, no quería preocuparte-

No pude procesar lo siguiente, solo que Steven había tirado de mi y ahora me encontraba sobre el y sus manos estaba sujetas a mi cintura, sus labios tomaron los míos con desesperación, de pronto se giro y quedo el sobre mi, su cuerpo encajaba perfecto junto al mío, mordió mi labio infinitas veces y rendida enrede mis dedos en su cabello, el era mi droga, el tenerlo cerca me olvidaba de todo, era mi debilidad.

El se aparto de mis labios y bajo hacia mi cuello, de pronto sentí un mordisco allí y un inconsciente gemido salió de mi boca, sentía que estaba volando, rodeada de su aroma.

La imagen de la rubia sobre el de pronto inundo mi mente, el me ocultaba cosas y yo era su juguete, puse mis manos sobre su pecho y lo aparte con todas mis fuerzas.

-Nunca mas vuelvas a hacer eso-dije y lo fulmine con la mirada antes de irme de la habitación y cerrar la puerta con un gran golpe, idiota, eso era lo que yo era.

Más que mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora