Desde el umbral de la puerta principal observo como mi hogar o mas bien mi ex-hogar está vacío, las fotografías familiares que estaban perfectamente colocadas en la pared de las escaleras, ya no están, el sofá morado demasiado grande con la quemadura de mi primer cigarrillo en el reposa brazo, ya no esta, las cortinas amarillas de las ventanas, ya no están, el papel de flores y frutas de la cocina, ya no esta, las horribles figurillas de gatitos que estaban encima de la TV, ya no están, la alfombra de círculos de colores del salón, ya no esta; ya solo quedan los recuerdos. Los mejores y peores momentos de mi vida. Todo.
-¡Sam!... Tenemos que irnos - dice mi madre desde el coche.
-¡Sam, te dejaremos aquí sola sino te das prisaaa! - grita mi hermana pequeña Trish.Cierro la puerta con llave, y no puedo dejar de pensar que nunca más la volveré a abrir. Camino hacia el coche, no antes sin mirar por ultima vez la ventana de mi ex-habitación.
-Ya veras como haces nuevos amigos-dice mi madre cuando subo al coche.
Miro por la ventana del coche y me pongo los cascos y le doy play a "Smells like teen spirit" de Nirvana.
Van a ser las cinco horas mas largas...
Abro los ojos justo cuando vamos pasando por un cartel que pone: "Bienvenidos al encantador
Alburgh (Vermont)".Genial he pasado de vivir en NY a un pueblo que ni sabía que existía. ¿La razón por la que nos mudamos?..: por el trabajo de mi madre. Es doctora y en Alburgh necesitaban una doctora, mi madre se enteró por nuestra tía que vive aquí: Lucia....y aquí estamos; entrando en lo que parece un pueblo fantasma, bueno es verdad que ya es muy tarde, pero es que no hay ni una alma en las calles.
-Bueno, ya estamos-dice mi mamá saliendo del coche.
Me quito los cascos y salgo. Parece que no hay nadie a kilómetros, nuestra casa es la única que veo.
Le lanzo una mirada de preocupación a mi madre, me mira con ojos suplicantes para que no haga una tormenta en un baso de agua; pero es que estamos de lo mas aisladas del pueblo. Aunque por una parte es bueno; porque no soy muy sociable, la parte mala es que si nos ataca una mana de lobos u osos...¡¿Quien nos salvaría?!....Vale, si he exagerado un poco. Bueno me tendré que acostumbrar, no quiero preocupar a mi madre y menos con la cara de cansancio que tiene por el viaje.- Es muy bonita-le digo con una sonrisa tierna.
- Me alegro que te guste cariño, ya nos acostumbraremos. Vamos a entrar.Abro la puerta principal, mi madre me sigue con Trish en brazos.
- Voy arriba.
- Okey - dice, mientras entra al salón.En sí la casa no esta mal. Por dentro es muy acogedora. Abro la primer puerta que hay al final de las escaleras. Enciendo la luz y la habitación cobra vida, es demasiado grande; esta debe ser la habitación principal. Abro dos puertas más, pero ninguna me convence, hasta que llego al final del pasillo; entro, le doy al interruptor y una luz tenue ilumina todo el espacio, no es ni muy grande ni muy pequeña, la ventana da a la calle, hay una cama de tamaño normal con sábanas lilas con flores blancas, está situada en medio de la habitación con la cabecera pegada a la pared, hay un tocador de madera con un espejo en forma de arco, al lado izquierdo hay una pequeña puerta doble que supongo será el armario, al lado derecho hay otra puerta que da paso al cuarto de baño, dejo mi mochila en la cama y bajo para decirle a mi mamá que ya elegí habitación.
Ella está en la cocina colocando algunas cosas básicas.
- ¿Ya has elegido cuarto cariño?
- Sí, la del final del pasillo - digo con una leve sonrisa.
- Ah, genial. Yo he elegido la principal y la continua es la de tu hermana - me comunica - ¿Tienes hambre? - pregunta en el momento que se escucha la protesta de mi estómago, me mira y sonríe - Ya veo que sí. Ahora preparo unos sándwich - asiento con la cabeza y me siento en el taburete de la barra de desayuno.
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Y llegue a ti
Teen FictionSoy Samantha, me he mudado con mi madre y hermana a un pueblo donde me hago amiga de un par de chicas del colegio. Todo iba normal hasta que un chico se aparece en mi vida y se incrusta en mis pensamientos sin permiso alguno...