capítulo 13

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Me apresuro a sumergerme en el agua fría que hace contraste con mi cuerpo caliente. Los ojos de Cameron no se han separado de mi en ningún momento, hasta que yo me rindo y desvió la mirada de la de él para buscar a los demás. Las chicas están tomando el sol en una roca en medio del río, Marco está con la mitad del cuerpo en la roca y el agua, Camero sigue en el pie de la pequeña, pero fluida cascada, a Ashton no le veo por ningún lado.

De repente siento que algo rosa mi pierna, doy un brinco. Empiezo a entrar en pánico - por esa razón nunca me ha gustado bañar en ríos, vete a saber qué tipo de animales puede haber en sus profundidades - aunque donde estoy no es tan profundo, el agua me llega a los hombro. Otra vez algo pasa por mi pierna.

En un movimiento rápido algo tira de mi hacia dentro del río. Ahogo un grito, mis brazos y piernas se mueven desquiciadamente, grito en un inútil intento de llamar la atención, pero fue estúpido porque trago agua, abro los ojos para poder ver qué es lo que me sujeta al tobillo. Una mano me suelta y lucho por subir a la superficie. No sé por cuanto tiempo puedo aguantar la respiración.

Cuando por fin veo los rayos del sol, salgo abruptamente a la superficie, cojo bocanadas de aire desesperadamente, y toso como loca, Ashton a parece a mi lado.

¡ERA ÉL!

Estalla en carcajadas. Y eso es suficiente para que mi rabia fluya por todo mi cuerpo.

- ¡SERÁS IMBÉCIL! - chillo, mis puños golpean su duro pecho, él ni se inmuta. Al contrario, parece que la hace más gracia, porque su risa aumenta. Unos enormes y fuertes brazos me cogen por la cintura y me elevan, apartándome de Ashton.

- Para de moverte - dice Cameron aumentando su agarre. Mi espalda está contra su firme pecho.

Paro de zarandear mis extremidades. No porque me haya dicho él, sino porque estoy sin aliento, mi pecho sube y baja sin parar. Cameron me arrastra con él hacia la cascada, intento zafarme de su agarre, pero es inútil.

Me empiezo a relajar, pero no dura mucho. Su fresco aliento rosa mi oreja, provocando que se me pongan los bellos de punta.

Llegamos a la cascada, el agua cae feroz golpean mi cabeza y hombros. Miro hacia arriba.

Es precioso.

Parece una cueva, el reflejo de los rayos del sol en el agua hace que en la pared de la cueva se ilumine en múltiples colores, el mineral de las rocas hace efecto diamante, hasta un punto que casi no puedes apartar la vista. Te atrapa y te sientes como en un mundo surrealista.

¿Cómo es posible que existan lugares así? ¿Y porqué está escondido y no a la vista de todos?

Cameron me atrae más hacia él, paga su pecho contra mi espalda.

- ¿A qué es precioso? - susurra en mi oído.

- Sí - digo en un gemido.

Haciendo uso de la fuerza que me queda, me doy la vuelta. Echo la cabeza hacia atrás, para poder verle a los ojos. Y me arrepiento de inmediato.

¡Está condenadamente sexy!

¿Cómo es posible que exista alguien así de "HOT"?

Estoy segura que debe de ser ilegal.

Los rayos de luz, de los pequeños fragmentos de sal incrustados en la pared de la cueva, se plasman en su hermoso rostro y el efecto de la cascada a sus espaldas, hace que parezca un sueño. Ni en los mejores rodajes de películas, podrían hacer esos efectos.

¡Es sencillamente arrebatador!

- Estas preciosa - dice acercándose a mi, su mano acaricia mi mejilla con suavidad, inconsciente cierro los ojos por su tacto.

Los dragones en mi estómago despiertan feroces.

Abro los ojos, quedándome paralizada por la intensidad de su mirada, sus ojos son de un azul grisáceo muy intenso y oscuro.
Envía una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, sacudiendo todo mi ser.

Entonces recuerdo a mi madre:

"Sea quién sea, no dejes que te siga agobiando, recuerda que TU también puedes coger las riendas"

Eso bastó para que mi lado provocador quisiera salir. ( Lado que no sabía que tenía ) o sólo era cuestión de tiempo para que hiciera su presencia.

Le cogí la mano, apartándola de mi mejilla.
Coloqué las mías en su firme torso y como pude lo empuje hacia la pared de la cueva. La diferencia de estatura, dificultaba mucho mi intento de seducirlo, y demostrarle que yo también sabía jugar su juego. Una sonrisa tierna creció en su rostro. Eso hizo que mi orgullo se viera un poco herido. Pero también hizo crecer mi ansia de demostrarle, lo que ni yo me creía capaz de hacer. Cuando su espalda chocó contra la pared rocosa, me subí a una piedra para estar casi a su altura.

Sin darme cuenta mis manos fluyeron por su abdomen, su firme y ancha espalda, hasta rozar su perfecto trasero. Su sonrisa desapareció y sus ojos brillaban de asombro. Me olvidé de los nervios, y force una sonrisa juguetona ( como las que tanto le había visto a él )

Mientras mis manos seguían su inspección, sentí como sus músculos se tensaban bajo las palmas de mis manos.

No lo estoy haciendo tan mal- pensé.

Pero en un y cerrar de ojos, él me sujeto de mi trasero y me levanto. Por instinto mis piernas se enroscaron al rededor de su fina cintura. Nuestras respiraciones se aceleraron.

Mis ojos casi se salían de mis órbitas.

Su cara estaba a milímetros de la mía, su aliento rozaba mis labios.

- Sabía que la gatita, en algún momento sacaría las uñas - susurro de forma provocadora.

Su voz era más ronca de lo normal. Por un momento creí que mi corazón me fallaría y moriría en esa preciosa burbuja natural.

El sonido del claxon nos sacó del momento burbuja.

- Otra vez...salvada por la campana - sus labios dejaron un dulce beso en la comisura de mis labios - Pero no por mucho tiempo - dicho esto me depositó en la roca y se escabullo en la cascada.

Solté el aire que no me había dado cuenta que estaba reteniendo.

Otra vez...punto para él

- ¡Sam...tenemos que irnos! ¡Parece que va a llover! - grito Carla desde algún lugar en la orilla.

***

El camino a casa fue rápido, ya que, los truenos hicieron su presencia, minutos después el agua caía con fuerza.

- ¡Nos vemos mañana! - se despidieron las chicas. En todo el camino no fui capaz de ver a Cameron, pero sentí sus ojos clavados en mi.

Entré en casa, mi madre ya estaba dormida, al igual que Trish. Así que me fui a mi habitación y me tiré agotada en mi cama.

Toda la noche pasé dando vueltas y vueltas, los truenos y relámpagos de la tormenta no ayudaron mucho.

Mañana tendría unas ojeras de mapache. De eso podía estar segura.


Y llegue a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora