capítulo 27

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- Je vous invite a un verre un boire? - dice en mi oído un chico pelirrojo. Ya es el cuarto chico que se me ha acercado Durante los veinte minutes que llevamos en el local.

- Oh, gracias - acepto su invitación. El chico es muy mono, así que desido empezar con mi plan.

El pelirrojo se sienta a mi lado y pide dos bebidas.

- ¿De donde eres? - pregunta con el acento francés super marcado.

- Estados Unidos - sonrió amable al barman cuando nos entrega las bebidas.

- ¡Oh, cool! Yo estuve en Miami.

- Oh, bueno yo vivo un poco mas lejos.

- Eso esta claro, si yo te viera ahí, no me habría regresado - dice cada vez más cerca, y ahí es cuando siento su aliento impregnado de alcohol. Esta ebrio.

Su combinación de todo tipo de bebida alcohólica me dan arcadas, y en seguida me echo hacia atrás con demasiada fuerza, tirando así la copa de otro chico. Me giro rápido para comprobar su estado.

- ¡Oh Dios, lo siento mucho no quise... - empiezo a decir, pero no termino la frase, ya que reconozco su rosto.

- ¿Samantha?...- pregunta un poco en shock igual que yo.

- ¿Mark?...- pregunto con cara de estúpida.

Reímos, él me saluda con un beso en la mejilla.

- ¡Hey, amour! Vayamos a la pista - dice el pelirrojo y tira de mi brazo.

- Harías el favor de soltarme, por favor...

- Vente vamos... - tira de mi con más fuerza. Hago una mueca de dolor e intento librarme de su agarre.

- Oye suéltala. Y aléjate de ella.

Mark se posesiona entre el chico borracho y yo, lo coger del brazo con fuerza y hace que me suelte.

- Ne me fais pas trépigner le cul. ¡Prends le large! - dice Mark en un perfecto Francés. El pelirrojo se tambalea un poco; pero termina yéndose, respiro aliviada y agradezco a Mark.

- Gracias, no tendría que hacer amistades en un bar - río.

- Si, no deberías. Wow... estas preciosa - escanea mi cuerpo y le agradezco por el alago.


Pasamos unos minutos hablando y riendo.

- Si las personas pudieran lanzar cuchillos tan solo con la mirada, ahora mismo estaría hecho un Cristo - ríe sujetando su estómago con la mano. Su risa me contagia.

- ¿Por qué lo dices?

- Por tu novio - suelta como si nada.

-¿Novio? - suelto una carcajada - ¿A quién te refieres?

- Al rubio gigante que no deja de mirarnos. Al que casi me echa del avión esta tarde, si no me equivoco.

Miro para todos lados, pero no veo ninguna cara conocida, hasta que le veo. Esta al final de la barra, con una chica que se le restriega por todo el cuerpo. Mas bien parece una bufanda que un ser humano.

Un sentimiento raro aflora en mi estómago. Seguramente será hambre... Sí, tiene que ser hambre. Intento convencerme de eso.

- No es mi novio - digo borde, no pretendía que sonara así. Mark me mira con cierta diversión en su mirada.

- ¿Ex?.. - enarca una ceja perfectamente depilada, aunque no de forma femenina.

- ¡¿Qué?! NO... ¿Por... por qué p-piensas eso?... S-solo somos amigos - explico torpemente.

- Hum... y se supone que tengo que tragármelo.

- Si... - digo ya sin ánimos de seguir ocultando mis sentimientos hacia Cameron.

- Pero quisieras, ¿no? - dice ya sin ninguna pizca de broma.

- Y-yo... - bajo la cabeza sin saber que decir. Aunque pensándolo bien, no me haría ningún mal desahogarme con alguien que seguramente no volveré a ver.

- Alguien una vez me dijo que si él no decía nada, tu también podías echarle huevos e ir hacia donde él y dejar salir todo lo que tanto miedo te da decir.

- ¿Y lo hiciste?... - quiero saber.

- Sí - dice y una enorme sonrisa se dibuja en su hermoso rostro - La verdad es que fue la mejor decisión que pude haber tomado.

Sonrío tontamente al verle una luz singular en su mirada, un brillo que le ilumina toda la cara y lo hace poner expresión de loco enamorado. Divago un poco y me imagino que algún día llegue a tener ese brillo.

- Debe de ser estupenda - halago a su pareja.

- Es estupendo - dice gracioso al ver mi expresión de sorpresa.

- ¿Eres gay? - me quedo con la boca abierta y con una cara de estúpida. Él asiente y ríe.

- Un gay afortunado - dice divertido. Sonrío.

Dirijo mi vista a donde Cameron y confirmo que sigue en el misma pose y con la bufanda humana enroscada en su cuello y restregándose contra él. Y el hambre vuelve.

- ¿Me ayudarías a...

- ¿Ponerle verde de celos? - dice sin antes dejarme terminar la frase, lo que me causa risa. Asiente repetidas veces - ¡Pues pasemos a la acción! - sentencia y me arrastra hacia la pista de baile.

Una mordidita de Ricky Martin comienza a sonar.

- Espera, y-yo no sé bailar esto... - digo un poco nerviosa.

Mark suelta una carcajada en mi oído. Nos posesionamos en medio de toda la pista y rodeada de gente.

- ¡Tu déjate llevar!

Mark menea sus caderas al son de la canción, intento hacer lo mismo pero estoy super entumida. Me coge la mano me hace girar tres veces seguidas, me coge de la cintura con la otra mano, y por fin mi cuerpo coopera conmigo. Nos movemos formando un circulo en el suelo. Siento prácticamente todos los músculos del cuerpo de Mark tensarse y relajarse con forme a los movimientos que hacemos en sincronía.

Me da la vuelta quedando así de espaldas hacia él, justo en la parte de reggaeton, me agacho y meneo el trasero restregándolo contra el cuerpo de mi acompañante, vuelvo a subir y es el turno de él, es impresionante, junta sus brazos en su pecho y con las manos hechas puño golpea el aire, baja y dibuja mi silueta con sus manos. Me coge del cuello y me alborota el cabello de una forma muy sensual, la canción llega casi a su final, me da una vuelta más, coge mi pierna y la sube hasta su cintura haciendo que mi tronco se eche hacia atrás justo con la ultima nota musical. Me incorporo con una enorme sonrisa y todavía sorprendida de que haya bailado así.

- Pensé que no podías bailar así... - comenta divertido - Dios mío tu Hércules está a punto de explotarle la cabeza - dice y rompe en carcajadas.

¿Qué? ¿Hércules?

Entonces caigo, se refiere a Cameron... Miro hacia su dirección, tiene la cara como un tomate, su mirada me penetra con mucha fuerza, casi asfixiándome al instante.

Pareciera que está celoso... Pero porqué.

No lo entiendo. Antes no parecía molestarle el hecho de tener a la Chica Bufanda tocando prácticamente todo su cuerpo. Puedo asegurar que ni siquiera se acordaba de mi.

- ¿Seguimos bailando? - dice Mark en mi oído.
Le regalo una sonrisa de triunfo a Cameron y me giro dejándolo con las manos hechas puños y la cara de tono carmesí.

- ¡Claro!

Tengo que aceptar que estoy orgullosa por lograr mi primer propósito, osea demostrarle que también puedo jugar sucio. Cosa que no pensé que sería tan divertido.

Mark tiene razón en que si él no lo admite y me dice, lo tengo que hacer yo; pero pienso disfrutar un poco más y joderlo un poquito.

Es un poco cruel, pero no deja de ser gracioso verle la cara de Troll celoso.




Y llegue a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora