Uptown fuck de Bruno Mars , suena a lo lejos, o es lo que me parece. Con mucha dificultad abro los ojos, la luz del día me ciega, cuando mi visión se ha ajustado, busco la procedencia de la música que me taladra la cabeza. Es mi móvil, lo cojo justo cuando deja de sonar. Lo desbloqueo, me sorprendo al ver que tengo mas de veinte llamadas de... Mamá.
Me siento como un resorte en la orilla de la cama. Algo malo tuvo que haber pasado, para que me haya llamado tantas veces. Espero impaciente a que conteste. Lo hace al segundo tono.
- Samantha...- solloza, en seguida mi corazón se acelera a mas no poder.
- Mamá ¿Qué pasa?- digo sin ocultar la preocupación en mi voz. Cierro los ojos y ruego al cielo para que no sean noticias malas. Pero parece que mis plegarias no sirven de mucho.
- Es Beatriz, estaba j-jugando y cruzo la calle y...- rompe a llorar, yo siento que mi corazón se para. Mi pantalón del pijama esta empapado de mis lágrimas - Ven, rápido por f-favor.
- E-estaré ahí, lo mas Rápido p-posible - casi no puedo hablar del enorme nudo que tengo en la garganta. Cuelgo y me voy directa al salón en busca de las chicas para decirles.
Entro en la cocina y todos giran y me sonríen, hasta que notan mi estado.
- T-tengo que irme - digo entre el llanto. Todos se levantan asustados.
Cameron salta de su taburete y se acerca a mi.
- ¿Estas bien? ¿Que te pasa? ¿Estas herida? - Cameron no deja de hacer preguntas preocupado, mientras examina mi cuerpo en busca de sangre o alguna herida.
- Déjala... ¿Sam qué pasa? - Ana aparta a Cameron y ésta me sujeta los hombros.
- Es Trish... esta en el hospital - digo sin parar de llorar. Ellas abren los ojos y se les cristaliza... Le han cogido mucho cariño a mi hermanita ¿Quién no le cogería cariño? Es un amor.
- Dios - dice en un jadeo. Aparto sus manos y me dirijo rápidamente hacia la habitación para coger mi mochila y salir. Una fuerte mano me coge la muñeca, miro hacia arriba, es Cameron. Tiro de mi mano, pero no me suelta.
- ¡DÉJAME! - grito. Me importa una mierda él y todo el Mundo en éste momento, solo quiero abrazar a mi hermanita y susurrarle al oído que todo va a estar bien, que se acurruque en su cama, mientras yo le leo El principito.
- Te llevo yo, tardaras mucho en autobús y el coche de Ashton esta en el taller - dice soltando mi mano con delicadeza.
- Deja que te lleve, nosotros iremos en el coche de un amigo de Marco, pero tardará en venir. En moto iréis mucho más rápido - explica Ana detrás de Cameron. Asiento devilmente y salgo por la puerta con él pisándome los talones.
En el trayecto no hago otra cosa más que rezar, rezar y rezar. Siento que en cualquier momento mi corazón fallará, por el tremendo dolor que casi no soy capaz de soportar. El viento en mi cara, se lleva las lágrimas que no han cesado en todo el camino. Escucho a Cameron susurrarme, "Que todo estará bien". Pero lo escucho lejano, como si no estuviera, como si estuviera en una pesadilla de la cual quiero despertar. Y darme cuenta que mi hermanita esta acurrucada en su cama con sus sábanas de Nemo, mientras susurra cosas en sus sueños y sonríe dulcemente. Cierro mis ojos con todas mis fuerzas, y prometo al Señor del cielo, que nunca más, me portaré mal... Que me lleve a mi, que ella apenas a visto mundo, que yo ya he vivido suficiente con mis diecisiete años de vida, que mi pequeña tiene mucho que descubrir, que tiene que ir a la secundaria, y enamorarse del chico guapo del colegio, que tiene que ir a la universidad y salir con sus amigos, que tiene que graduarse y celebrar sus triunfos brindando con champan, que tiene que conocer al amor de su vida, y caminar hacia el altar con metros de encaje blanco recubriendo su figura, y tener unos precisos hijos, y verles crecer y envejecer junto a su esposo.
Abro los ojos, ya nos hemos detenido. Bajo rápidamente, sin siquiera esperar a que Cameron haya estacionado la moto. Salgo corriendo hacia la entrada del hospital, sin importarme los insultos de las personas con las que choco. Corro por el pasillo blanco, que parece nunca terminar. Llego a recepción, una mujer mayor está concentrada en la pantalla de la computadora.
- P-perdone ... ¿Beatriz Parkers? - digo con dificultad.
- Ahora mismo está en el quirógrafo - dice con calma, en cambio yo siento que mi caja torácica se estrecha cada vez más, oprimiendo mis pulmones y mi corazón.
- ¿Cómo está? - digo entre sollozos.
- Todavía no sabemos nada. Puedes esperar al médico en la sala de espera. La doctora Parkers, su madre, está esperando noticias - dice la mujer sin ninguna emoción. Debe de estar acostumbrada. Aunque, no creo que alguien pueda acostumbrarse a estar rodeada de personajes tristes y enfermas.
Corro en busca de mi madre. La encuentro sentada, sus codos están en sus rodillas, y se cubre la cara con las manos.
- ¡Mamá! - rápido ella levanta la cabeza y corre hacia mi. Nos fundimos en un abrazo, y rompemos a llorar, sin creer que esto está pasando.
Alguien se aclara la garganta detrás de mi, nos separamos (no sé cuanto llevábamos abrazándonos) Me limpio la nariz con la manda del jersey.
- Hola - saluda Cameron a mi madre, extendiéndole la mano, ella se la estrecha.
- H-hola - dice ella sin fuerzas.
- Él es Cameron, hermano de Ana. Me ha traído - explico - Ella es mi madre, Steisy.
Nunca me imaginé que Cameron conocería a mi madre, y menos en éstas circunstancias.
Tomamos asiento. Me acurruco en el hombro de mi madre, me asegura que todo saldrá bien, que un tal Doctor Harris, la está operando, y que es uno de los mejores. Pero eso no me deja tranquila, y tampoco a ella. Estoy segura que sólo lo dice para calmarme. Y la Admiro por la mujer fuerte que es. A mi derecha, Cameron sujeta mi la mano, y me da pequeños apretones de vez en cuando, para que sepa que está conmigo. Y mentalmente le agradezco que siga aquí.

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Y llegue a ti
Dla nastolatkówSoy Samantha, me he mudado con mi madre y hermana a un pueblo donde me hago amiga de un par de chicas del colegio. Todo iba normal hasta que un chico se aparece en mi vida y se incrusta en mis pensamientos sin permiso alguno...