capítulo 23

32 2 1
                                        

Cuándo entro en el salón veo a Ana y Cameron hablando...

Mierda.

¿Le estará contando?

Dios, espero que no.

Mi estómago está revuelto y mi corazón va a mil. Las llamas han vuelto a mi rostro y mis piernas amenazan con desvanecerse y dejarme caer.

- Hey, hola - Ana camina hacia mi y me envuelve en un abrazo.

Yo me quedo rígida, esperando a lo que va a decir.

De reojo veo a Cameron con... ¿Una sonrisa en su cara?

¿Porqué cojones está sonriendo?

En cambio yo... Tengo una cara de pánico, que pareciera que tengo una enfermedad patógena.

Ana se separa y sonríe...

- Tengo una noticia... - espero a que continúe, mientras mis tripas se enredan entre sí - Voy a...

- ¡Vamos a casarnos! - grita Ashton entrando a la habitación.

Una parte de mi se relaja al saber de que no trata de Cameron y de mi.

Pero... A dicho ¿casarse?

- ¿Qué? - digo con una risita nerviosa.

- ¡Siiii! Y... Adivina quien va a casarnos... - Ana Silva fuerte y por la puerta a parece Channing Tatum.

Me atraganto con mi propia saliva.

Espera... Esto es demasiado como para ser verdad.

- Y tendré en mis damas de honor a... Minnie Mouse, Caperucita, Campañilla, obviamente tu y Carla, más...

Siento cómo mi cuerpo es sarandeado, y... ¡Poom!

Me despierto sobre saltada.

¡JODER todo era un sueño!

Me encuentro en el frío suelo de mi habitación, no sé ni cuando me caí; pero lo hice. Estoy empapada en sudor y mi pecho sube y baja como si hubiera corrido una maratón.

Dios, no volveré a comer Brownies de mi tía Lucía. No sé qué les habrá añadido, pero no me sentaron muy bien.

¡Haz tenido un sueño mojado con Cameron! ¡Deja de pensar en los malditos Brownies! - me grita mi subconsciente.

¡Oh Dios tiene razón!

¿Cómo diablos le voy a mirar a la cara sin recordar lo que me...

¡BASTA!

Más vale que borre esas imágenes de mi perturbada mente.

***

Como era de esperar, toda la noche no he pegado ojos. Y se nota en seguida por las grandes ojeras, y no hablar de las bolsas bajo mis ojos.

- Ughh... Que mala cara tienes amiga - comenta Carla con tan sólo abrirle la puerta de mi casa.

- Sabes que puedo dejarte fuera... Con este diluvio que está cayendo, ¿no? - digo sonriendo malvada.

Ella suelta una carcajada.

- No lo harías; pero aprecio tus ideas.

A los veite minutos llega Ana.

Las chicas han llegado para ayudarme hacer las maletas para el viaje, ya sólo faltan dos días. Y como siempre dejo todo para última hora.

- Estas muy callada... ¿Estas bien? - la vos de Carla me saca de mis adentros.

- Si... Sólo estaba pensando - digo sin importancia.

- Parece que ese pensamiento te está comiendo el coco... - dice Ana mientras dobla unos jeans.

- ¡Uy! Dinos de qué trata - dice Ana picaramente al ver como me sonrojo.

Maldito sistema nerviosos simpático.

- Sueltalo ya Sam...

- No es nada... Es sólo que tuve un sueño... M-muy raro. Es todo.

Me giro y llevo una columna de ropa hacia la maleta más grande.

- No parece ser un simple sueño - dice Ana mostrando sus hoyuelos al sonreír.

Carla ríe en alto y entre las dos hacen que me siente en la cama.

Me miran expectantes, hasta que me doy por vencida.

- Ummm... Pues...

No sé cómo empezar... No es en plan decir delante de Ana: Oye ¿sabes que tuve un sueño húmedo con tu hermano?

- ¡Oh Dios mío! ¡¿Haz tenido un sueño húmedo?! - tengo que dejar de subestimar a Carla.

Les aseguro que cuando terminó esa frase, toda gota de sangre de mi organismo, ya estaba en mi cara.

- ¡No es cierto! ¡La madre que me parió! ¡¡Dinos con quien!! - Ana parece loca gritando esas cosas.

- C-claro que ¡no!... Soñé que tu y Ashton se iban a casar... - señalo a Ana con el dedo.

Técnicamente no estoy mintiendo, ¿no? ... Sólo estoy... Omitiendo información. Sí, eso es.

Mi tímpano casi es destruido por las carcajadas de Carla a mi lado.
En cambio la cara de Ana es un poema, y no puedo evitar unirme a mi loca amiga, que ríe como desquiciada.

- ¿Es en serio? ... Bueno digo... Que Ashton es mi chico perfecto, y no niego que me encantaría llegar a eso con él. Pero obviamente todavía no. Además si todavía no lo hemos hecho - dice hablando demasiado rápido y encogiendose de hombros. Carla y yo nos miramos y rompemos otra vez en carcajadas.

****

Después de cuatro horas arreglando y tirando ropa de mi armario, las chicas se van.

Ya son las once de la noche. Trish está plácidamente dormida y mamá está de turno, así que decidí irme a la cama ya.

Quito las sábanas y me meto en mi fría cama.

Un zumbido interrumpe mi propósito.
Cojo mi teléfono de la mesita de noche y lo desbloqueo.

Mi ritmo cardíaco se acelera enseguida.

*Cameron: Hola gatita*

Joder mis hormonas se activan con tan sólo leer de quién es y el apodo que me ha puesto.

Y llegue a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora