Deborah
La habitación de Sam, Milo y Gerard estaba tres pisos por encima de la mía y la de Enzo.
El pasillo estaba decorado con algunas plantas verdes, bien cuidadas y brillantes. Uno que otro cuadro con fotografías de los cuatro chicos juntos, lo que me hizo sonreír al mirarlas.Toqué dos veces la puerta con los nudillos y atendió unos segundos más tarde. Lo encontré en pijama, con el torso bien trabajado descubierto y descalzo, justo como me había encontrado a Enzo días antes en nuestra habitación.
Sonrió al verme y me dejó pasar sin pensárselo dos veces.
—¿Qué estás haciendo aquí?
—No te veo desde ayer.
—Sí, porque te busqué en todos lados y no te dejaste encontrar.
—Estaba con Wine—mentí.No me importaba decirle, pero se veía muy atraído hacia mí. No lo iba a joder tan rápido.
De todos modos, Enzo estaba convencido de que yo no estaba con ella. Nadie me creía.—Mientes muy bien, linda. No voy a preguntarte en dónde estabas porque supongo que no es de mi interés—volvió a sonreírme de lado y siguió caminando hasta que llegó a una nevera pequeña que estaba en la esquina de la habitación. Sacó dos latas de cerveza y me tiró una.
—Gracias, creo—la levanté en el aire y la destapé para beber. El sabor amargo me inundó la boca y fui a sentarme en la que, supuse, era su cama, sin pedirle permiso—. Tienes día libre hoy, ¿no?
—Sí, los chicos estaban pensando en ir al cine más tarde—se encogió de hombros mientras bebía la cerveza. Después, se sentó junto a mí—. ¿Quieres ir conmigo? No quiero ir solo.Chasqueé la lengua frente la incomodidad de la situación. Sam y yo no nos veíamos desde aquella noche en la que nos besamos, y yo pensaba que ya no querría hablarme. Que ni siquiera me abriría la puerta del santuario que compartía con sus amigos.
—No lo sé, Sam. No soy fan de salir con amigos al cine.
—Entonces quedémonos aquí.
—¿En la habitación?
—Sí, si quieres, claro. Podemos ordenar la cena y ver películas. O besarnos otra vez.Me reí, nuevamente intentando combatir el momento incómodo. ¿Por qué estaba actuando yo de esa manera? Se suponía que yo no era así. No me daba vergüenza ver a un chico después de besarlo, porque realmente me daba igual. Si pasaba nuevamente, pasaba y volvía a terminar.
—Mira, si vamos al cine no quiero ir solo—repitió, acomodándose sobre las sábanas—. Enzo irá con Abigail, lo cual es tonto porque pensábamos que habían terminado su relación—rodó los ojos y, por milésima vez en el día, volví a sentirme celosa de ella—. Milo y Gerard están consiguiendo pareja para ellos... Sólo falto yo.
Sería como una cita a la que realmente no quería ir. Sonaba como una cita cuádruple a la que no estaba dispuesta a presentarme, y mucho menos con Sam.
Yo no era para salir con amigos. No estaba hecha para las citas.
Pero me quedaría sola en una escuela desconocida si no aceptaba ir con él. Supuse que sería divertido después de haberlo pensado durante unos segundos.Sam y yo no seríamos pareja, yo nada más iría como su acompañante. Y sería todo.
—De acuerdo—respondí junto con un suspiro—. Pero nada de agarrarnos las manos o ser cariñosos.
—¿Y si quiero agarrarte el trasero?
—Sigue así, y te aseguro que te corto un testículo frente a tus amigos.
—Bien—levantó las manos a modo de derrota, y después me sonrió—. Seremos amigos. Amigos que se besan solamente por las noches.
—Ni siquiera eso. No arruines mi respuesta ahora, Sam—le golpeé el hombro con mi débil puño y ambos nos reímos—. No lo arruines.Enzo
—Por favor, no me dejes plantado. Ya habíamos quedado en salir, Abby.
—No quiero ir. De veras lo siento, pero no estoy de humor.
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PERSPECTIVA
Teen Fiction«Siempre hay un chico malo, una chica buena y una mala en el medio. Afortunadamente no siempre la buena consigue lo que quiere.» hueleachxrros (ángela pjb) ©